Publicado: diciembre 10, 2025, 10:27 am
El año que viene, a estas alturas, con toda probabilidad se estará hablando de Matt Damon en la carrera por el Oscar a mejor actor protagonista. Su papel de Ulises en La Odisea que ha rodado Christopher Nolan parece un puesto seguro en la terna de nominados en la categoría. Al fin y al cabo, a la Academia de Hollywood le encanta en un momento dado de sus carreras otorgarles el gran premio a sus estrellas, máxime teniendo en cuenta que hará prácticamente 30 años que comenzó el camino que le haría convertirse en una de sus mayores leyendas —aquel primer papel importante en Salvar al soldado Ryan— y que ya tiene una estatuilla en su haber, aunque solo al mejor guion original, junto a otras tres nominaciones, dos de ellas por sus interpretaciones en Invictus y The Martian.
Lo más curioso del actor nacido en octubre de 1970 en Cambridge, en el estado de Massachusetts, es que a pesar de ese estatus que ha obtenido durante todo este tiempo, su vida privada ha dado poquísimos titulares y que jamás ha estado en el foco mediático. Algo que, por otra parte, para él ha significado una cosa aparentemente muy sencilla: haber encontrado al amor de su vida. Ella es Luciana Damon, aunque cuando él la conoció se llamaba Luciana Bozán Barroso, la persona con la que ha forjado un matrimonio que acaba de celebrar sus bodas de porcelana. Es decir, 20 años juntos.
Todo comenzó con Pegado a ti, una comedia que estaba grabando en 2003 junto a Greg Kinnear y Eva Mendes. En un momento dado del rodaje, el actor acudió a un restaurante de Miami Beach y, allí, una simpática camarera le cambiaría para siempre la vida. «Estábamos rodando Pegado a ti con Eva Mendes en una playa de Miami cuando un grupo de fans me rodeó. Me estaban acosando como un enjambre de avispas y pude escapar. Pero, escondido detrás de la barra del bar, apareció ella, que me miró y me preguntó: ¿Qué haces aquí?», contó en una entrevista Damon sobre cómo aquel encubrimiento daría lugar a su relación.
Porque de hecho no era la primera vez que se veían, ya que Matt había acudido al local en otros descansos del set, pero no habían hablado hasta entonces. Y la fortuna quiso que ambos estuviesen en ese momento abiertos al amor. Ella seguramente le contaría que acababa de cumplir 24 años —él tenía 32—, que ya era madre de una niña de 4 años a la que le había puesto de nombre Alexia y que se acababa de divorciar, como ya hicieran también sus padres. Le hablaría además de cómo se había criado en Argentina y de que su abuela, precisamente por la separación de sus padres, había sido alguien capital en su vida. Damon, que ya tenía un Oscar y que había comenzado en 2002 su saga más conocida con El caso Bourne, cayó rendido.
En parte porque sus anteriores relaciones, que sí que eran con otras actrices, no le estaban durando en absoluto. Previamente a la argentina, Matt Damon había salido entre 1996 y 1997 con su compañera de reparto en El indomable Will Hunting Minnie Driver, y desde 1998 hasta mediados del 2000 mantuvo una relación con Winona Ryder. Sin embargo, con Luciana fue diferente: el hecho de poder mantener un perfil reservado y alejado de los medios y que ella no fuese famosa se entendió desde la prensa más como un idilio que como algo duradero, sobre todo cuando se supo que había sido camarera.
Pero poco a poco la joven fue acompañándole a eventos y alfombras rojas y la sorpresa saltó en 2005. A finales de aquel año, en concreto el 9 de diciembre, en una ceremonia íntima y con la pequeña Alexia, que entonces contaba con 7 años, de testigo, Matt Damon y Luciana Barroso se dieron el «Sí, quiero». Y empezaron a llegar las hijas. De hecho, en el enlace la excamarera ya estaba embarazada, porque Isabella nació en junio de 2006. Luego llegó el turno de Gia, a la que dieron la bienvenida en agosto de 2008 y, por último, Stella, la benjamina, que vino al mundo en octubre de 2010.
A pesar de que Damon acabó por convertirse en el padrastro legal de Alexia al adoptarla, la joven, tras estudiar en Nueva York, se ha acabado marchando a vivir a Argentina. Pero eso no quita que siga formando parte de la vida de ambos —aunque en un principio vivieron en Miami acabarían trasladándose en 2012 a Los Ángeles— ni de que el actor no la quiera igual que a sus otras hijas. Como prueba, su tatuaje en el brazo derecho, donde se pueden leer los nombres de sus cuatro hijas y el de su esposa. Es, además, bastante curioso cómo todas ellas tienen un enorme parecido físico a su madre.
La familia suele viajar con asiduidad a Sudamérica y, en especial, al país natal de Luciana. En una de esas escapadas, a Costa Rica, circa 2014, la familia acabó adoptando un gato salvaje de la jungla, que se convirtió en la mascota de la familia. Sin embargo, como contó en el late show de Stephen Colbert en 2024, le detectaron un tumor cerebral al animal. Aunque parecía que lo iban a sacrificar, finalmente se decantaron por una opción radical: darle una auténtica cantidad ilógica de esteroides y, entre risas, el intérprete contó que había funcionado de maravilla.
Esas pequeñas anécdotas son las que demuestran que, a pesar de no acaparar titulares, el matrimonio es uno de los más estables y sólidos de la meca del cine y de que su amor sigue más vivo que nunca, con la misma química que el día en que se conocieron. Es decir, que de ser en verdad un Ulises moderno, Matt Damon recorrería todos los mares para volver junto a su Penélope, una camarera argentina llamada Luciana Bozán Barroso.
