Publicado: abril 24, 2025, 11:27 am
Del mismo modo que hay escritores inseparables de una pajarita y otros que jamás llevan corbata, y escritoras fieles a un peinado, llueva o haga sol, Álvaro Pombo, el último premio Cervantes, no prescinde de su gorro de lana… ni aunque vista chaqué.
Su atuendo, tocado con su clásico accesorio, no careció de elegancia durante la entrega del galardón, el más prestigioso de las letras hispanas y ante la presencia de los reyes Felipe y Letizia. El escritor santanderino, muy enfermo a sus 85 años, llegó a la ciudad de Alcalá de Henares en silla de ruedas, con chaqué oscuro y corbata negra, en señal de luto por la muerte del papa Francisco esta semana. A Pombo, no obstante, le gustan «los trajes formales» y el de este miércoles 23 de abril ya lo tenía preparado para lucirlo.
Pombo, conocido por su gran sentido del humor, que ha hecho extensivo a sus libros, llevaba asimismo puesto uno de sus tradicionales gorros de lana. Una prenda que utiliza «desde hace muchos años», sencillamente, porque le gusta, como se ha visto en otras ocasiones menos solemnes.
Así, su figura quijotesca, como el propio rey se avino a calificarla en su discurso, proyectaba una ternura máxima, pareja a la cordialidad que transmite. Aunque no leyó su discurso -lo hizo en su lugar, el historiador Mario Crespo- sí contó que se encuentra «bien. Me levanto mejor que me acuesto», dijo en un momento del acto.
La asistencia de Pombo fue duda hasta el final, dado su frágil estado de salud. No acudió al almuerzo que los reyes ofrecieron a otros escritores en su honor, el martes 22 en el Palacio Real, por esta misma razón. Sin embargo, finamente, decidió no perderse la gran fiesta de las letras de la que ha sido protagonista central.
Cuando el escritor Luis Antonio de Villena se le acercó para saludarle, él le contestó: «Genio y figura». El sentido del humor de Pombo es una de las características que destacaron todos los presentes, empezando por el rey, quien también habló de la bondad y el sentido de la verdad del autor galardonado. «En tiempos en los que parece que la maldad, -ha dicho el rey-, ofrece más posibilidades en el ámbito literario».
El escritor, a pesar de su precariedad aparente, también quiso quedarse en el cóctel posterior a la entrega del premio. Allí aseguró que «no he perdido el apetito», razón posiblemente por la que sigue enérgico y positivo la evolución de la sociedad de la que habla, llena de «infuencers y mercachifles».
Pombo, que habló de la fragilidad y dijo -apelando una vez más a su humor- que tenía escrito su discurso por si un día le «caía del cielo» el Cervantes, anunció, como prueba de su voluntad creadora, que está escribiendo un nuevo libro sobre la liquidación del colonialismo español.