Almudena Cid y Sergio Peris-Mencheta han tenido un encuentro reciente tras el que la actriz le ha dedicado unas bonitas palabras al actor y director, que pasa por un delicado momento de salud tras un año marcado por el cáncer.
«Sergio quien me dio mi primera oportunidad como actriz en un escenario», revela la exgimnasta. «Incrédula, tuve que parar el coche mientras me preguntaba qué había visto en mí para convertirme en una pieza de ese engranaje», opina sobre el papel que le dio en su obra La cocina, en 2016.
«Él no ha parado de dar oportunidades. Desde que lo descubrí, antes de aquella llamada que me cambió para siempre, en todas sus obras siempre descubro a nuevos actores. Lejos de acomodarse con lo que funciona arriesga por aquellos a los que pocas veces les suena el teléfono», le reconoce.
Entonces, hace referencias a su momento actual de salud: «Cuando la vida golpea uno puede pensar en ‘por qué a mí’, o pensar en ‘para qué a mí’. No sé lo que se esconde en su mente, si tuviera un superpoder pediría trasladarme dentro de ella mientras levanta cada una de sus obras y ver que se activa en ella para que surjan todas esas genialidades. Lo que tengo claro es que él es del ‘para qué a mí’, porque mientras el ‘por qué a mí’ paraliza, él hace uso de algo que le caracteriza y es del ‘qué hago con esto para que tenga sentido».
«Todos los placajes de su carrera como jugador de rugby siento que le prepararon para el más importante, ese que ha hecho que se quede aquí. Su experiencia como actor le preparó para enseñarnos esa parte de él que nunca mostró sin interpretar. Y su liderazgo como director ha hecho que en lugar de parar cuando todo apuntaba a que lo haría, haya visto su difícil travesía como el camino para arrancar varios proyectos a la vez, como si se tratara de desafiar a la incapacidad dándole en los morros a la lógica», relata la expareja de Christian Gálvez.
Sobre su encuentro, señala: «En este momento que comparto sentí que esta vez la oportunidad se la daban a él. Una muy grande, tan grande como todas las que dio acumuladas. La más merecida. La mas deseada por él y por todos los que le queremos. Y se la daba la vida. Él ha cambiado la vida de muchas personas, la mía entre ellas, y ojalá algún día pueda ofrecerle algo que esté a la misma altura. Sé que es algo simbólico, pero me llenó de felicidad llevarle de copiloto en mi furgoneta. Que fuera yo quien le llevaba mientras avanzábamos hacia un reencuentro tan deseado como necesario».