Keira Knightley no es alguien muy dado a hablar de su vida privada. Sobre todo, porque para ella está por encima de su vida pública. Sin embargo, en una de las últimas entrevistas que ha concedido, al periódico The Times, ha explicado cómo cambió su vida tras su matrimonio y su maternidad.
La intérprete, una de las más solicitadas de Hollywood tras alcanzar el estrellato con la saga Piratas del Caribe y pelÃculas como Expiación, ha reconocido que se volvió mucho más selectiva en su trabajo tras casarse con el músico James Righton en 2013. Y todavÃa más tras dar a luz a Edie y Delilah en 2015 y 2019, respectivamente.
«Ahora ya no podÃa ir de rodaje en rodaje [en el extranjero]. Ni serÃa justo para ellas de ninguna forma ni yo no querrÃa hacerlo», ha comenzado diciendo la nominada al Oscar, de 39 años, puntualizando: «Yo elegà tener hijos. Y quiero criarlos. Asà que tuve que dar un enorme paso atrás [en mi carrera]».
Además, como ahora tiene otras prioridades y otra edad, ha confesado que jamás volverá a ser parte de ninguna otra franquicia cinematográfica porque «los horarios son una locura». «Son años de tu vida y no tienes el control sobre dónde vas a estar rodando, ni cuánto tiempo ni tampoco el qué estás rodando», ha añadido.
Knightley también ha comentado cómo han logrado ella y Righton que su matrimonio funcione, bromeando sobre que 11 años juntos «está bien para ser una actriz y un músico». «La verdad es que nos chinchamos mutuamente. Pero, joder, nos reÃmos», ha admitido la intérprete de Orgullo y prejuicio, puntualizando que colaborar en algún proyecto en el futuro serÃa una gran idea.
Pero pone un impedimento. «Él intenta que yo le haga las palmas en sus cosas de vez en cuando y, por lo visto, no sé seguir ritmo, y acabamos teniendo una gran pelea», ha confesado, por lo que la posible colaboración «serÃa un horror». Pero hay que puntualizar que no es imposible, ya que Righton, después de que su grupo, Klaxons, se separase en 2015, se dedica a componer para pelÃculas y programas de televisión.
Por último, la actriz ha añadido que ambos se equilibran mutuamente, porque ella es introvertida y le cuesta ir a las fiestas de la industria de Hollywood, y él es todo lo contrario.
«Si James viene [a las fiestas], se vuelven divertidas. Él se ve con derecho a pasar un buen rato y lo crea de la nada allá donde quiera que vaya. Y a mÃ, a menos que esté muy borracha (y no puedes beber mucho si estás en uno de esos eventos), me parecen demasiado intensos y complicados. Pero James sà que consigue romper con la formalidad de la gente y yo no», ha finalizado.