Publicado: diciembre 28, 2024, 10:27 pm
El pasado jueves 26 de diciembre, Ernesto de Hannover y su novia, Claudia Stilianopolus, hija de Pitita Ridruejo, acudieron al restaurante Le Bistroman Atelier, en Madrid. No era la primera vez que visitaban el local, uno de los mejores valorados por los amantes de la comida francesa. Recomendado por las guía Michelin y consiguiendo hasta tres soles Repsol, el aristócrata y su novia escogían por tercera vez este emblemático lugar en el que el trato dispensado siempre es amable, elegante, discreto y que ha acogido a innumerables celebs nacionales e internacionales. Estrellas de la ‘famosfera’, pero también anónimos comensales, que alaban la cocina pero también la calidad humana del personal de sala.
Sin embargo, lo que parecía una noche tranquila se convirtió en un auténtico infierno. Así, al menos, lo relata el chef Stéphane del Río: «Pues resulta que viene a comer por tercera vez un aristócrata europeo asiduo a las portadas de prensa rosa y con un problema de alcoholismo conocido mundialmente. Rompe copas, las tira a los camareros, insulta al personal y a los otros clientes, grita, agrede al personal sanitario del Samur que viene a atenderle por un atragantamiento y se va cayendo de la borrachera. Las tres visitas igual, la del Samur la última. Cuando le digo a la mujer que si se comportan así la próxima vez avisaré a la policía, el bienestar de mi personal y de mis clientes está por encima de vender vinos caros, se enfada y me pone una mala crítica (mintiendo sobre lo ocurrido por supuesto) en Tripadvisor».
El chef hace referencia a una queja escrita por Claudia S. en una plataforma que permite valorar el servicio prestado y en la que relata una versión totalmente diferente a la expresada por el prestigioso chef. En su discurso, la hija de Pitita Ridruejo refiere un trato vejatorio por parte de los responsables del citado restaurante afirmando que, lejos de estar etílico, su acompañante sufrió una bajada de azúcar que le llevó a un posterior atragantamiento del que se recuperó gracias a sus conocimientos médicos: «Comí con un amigo diabético que tuvo una caída de azúcar que al recuperarse pierde la conciencia tras atragantarse. Le hice la maniobra de Heimlich y se recuperó saliendo a pie. La ambulancia llegó ya cuando quedó recuperado. El dueño llamó diciéndome que no volviera, ya que la primera vez que fuimos rompió una copa y la segunda vez que fuimos fue grosero (le trajeron la comida cuando todos ya estábamos acabando…».
20minutos se ha puesto en contacto con ambas partes, pero Claudia ha declinado, por el momento, hacer declaraciones públicas al respecto de lo sucedido. Por su lado, Stéphane aclara que «yo me dedico a la restauración y solo pido que no se hagan comentarios en plataformas como esa que buscan el descrédito. Nosotros no perdimos las formas en ningún momento. Es más, fuimos nosotros los que llamamos al Samur para que le salvaran. Lo único que le dije a su acompañante es que no iba a tolerar todo esto y que a la próxima llamaría a la policía». Tranquilo pero con cierto temor a represalias, el reputado cocinero advierte que no buscaba más repercusión que la de proteger a su equipo y un nombre que le ha costado mucho trabajo y dedicación.
Cabe recordar que este tipo de comportamiento de Ernesto de Hannover no es nuevo. Son muchos los escándalos que persiguen al ex de Carolina de Mónaco: desde sus intentos de agresión a periodistas y reporteros, a actitudes realmente controvertidas en otros locales de ocio y restaurantes, como la noche en la que mantuvo una acalorada discusión con una amiga de su novia en una terraza que acabó con Claudia intentando templar una situación inadmisible.
