Publicado: julio 30, 2025, 11:27 am
hace ahora tres años, MarÃa Amores e Ion Aramendi daban la bienvenida al mundo a Marieta, su tercera hija. Con ella, además, se convertÃan en familia numerosa. Pero, más allá de la felicidad propia del momento, el parto en sà fue una auténtica pesadilla que a punto estuvo de tener consecuencias fatales para la mamá.
Asà lo recuerda ahora la comunicadora en un bonito texto con el que ha querido felicitar los 3 años a su hija. «Hace tres años cumplÃa 40 semanas de embarazo. TenÃa 45 años, por protocolo me tenÃa que presentar en La Paz a parir aunque Marieta no daba señales de querer salir… Y allà que me pusieron monitores… ¡Pero nada! Tardé un dÃa entero en reaccionar y sentirme un poco de parto«, escribe Amores en sus stories de Instagram. «Yo pensaba que iba a ser un paseo. Que el tercer parto estaba chupado… Ingenua de mÃ. La cosa se complicó bastante», apunta en su texto.
«El tema es que estuve mucho tiempo empujando y Marieta venÃa mirando para arriba y parecÃa grande, se encajaba. Pasaban muchos médicos por allÃ, demasiados, hasta que llegó la jefa de servicio y les echó una buena peta a todos y me mandó a quirófano», continúa.
Entonces, revela la decisión de los médicos. «Intentaron el parto con aparatos y finalmente decidieron cesárea. Oigo: ‘aquà está Marieta, sà que es grande, madre mÃa, menudo lechoncito’. Me la enseñan y de repente locura, ruidos, nerviosismo. Echan a la niña y al padre del quirófano y siento mucho frÃo, miedo y me voy a negro…«, relata.
«Me despierto sola, llena de cables, sin Marieta, sin Ion, uno de los peores momentos de mi vida. Me explican que estoy en observación, que se me reventó el útero. Me metieron un globo dentro y que no me podÃa mover porque habÃa perdido mucha sangre. La niña está con su padre y yo sin móvil, sin poder beber agua. Solo lloraba. Una señora de la limpieza les llama la atención a las enfermeras porque no paro de llorar y deciden avisar a los médicos para que permitan a Ion traerme a Marieta porque yo no me creÃa que estuviera bien. QuerÃa verla, estar con ella, olerla y no separarme jamás. Vino un médico y me dijo que estaba muy grave. Que habÃa estado unos segundo en quirófano «ahÃ, ahû y que lo importante es que tenÃa que recuperarme. Pero yo le imploré ver a mi bebé y lo conseguû, recuerda Amores en un relato que estremece.
Finalmente, pudieron sonreÃr. «Y me trajeron a mi niña. Nos conocimos un dÃa después, y ahà volvà a vivir. Se la volvieron a llevar pero yo empecé a recuperarme vertiginosamente y en menos de un dÃa me mandaron a planta con ellos. Su padre se encargó de ella él solito desde el minuto uno sin saber muy bien cómo iba a ir la cosa conmigo. ¡Fue brutal! Estuvimos varios dÃas allà porque yo no me podÃa mover y necesitaba transfusiones. Él fue madre y padre. Un 10″, dice sobre el presentador.