Publicado: junio 9, 2025, 11:27 pm
La hipertensión consiste en una elevación de la tensión arterial crónica y mantenida. Se estima que en España este problema de salud lo padece entre el 33 y el 43% de la población adulta, porcentaje que asciende hasta el 60% en los mayores de 65 años. La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) calcula que en nuestro país hay alrededor de 14 millones de hipertensos.
Una presión arterial alta puede ocasionar serios problemas de salud. Es una condición común que se asocia claramente con el riesgo de padecer varias enfermedades cardiovasculares, desde un ataque cardiaco a un accidente cerebrovascular, pasando por una insuficiencia cardiaca o una renal. La hipertensión está detrás del 26% de los fallecimientos en España (según datos del Instituto Nacional de Estadística de 2021).
A partir de los 40 o 50 años es importante controlar la tensión al menos una vez al año, recomienda de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Es clínicamente silente, no da manifestaciones; cuando se detecta, por tanto, puede haber pasado mucho tiempo desde que el paciente lo sufre.
Una toma puntual elevada no supone padecer la enfermedad, no significa ser hipertenso, pues la tensión debe mantenerse elevada a un valor igual o superior a los 140/90 mmHg en la mayoría de mediciones. Cuando la tensión sistólica supera los 180 mmHg se produce lo que se denomina crisis hipertensiva.
Las causas más comunes de un pico de tensión son haber olvidado la medicación o una transgresión dietética (un consumo excesivo de alimentos con altos niveles de sal puede descompensar en gran medida la tensión arterial). Respecto a la medicación, la adherencia al tratamiento es fundamental para mantener los niveles de tensión estables. Otros motivos son la apnea del sueño, una crisis de ansiedad o el ejercicio físico.
Cómo detectar una crisis de hipertensión
Una crisis de hipertensión puede cursar sin síntomas o presentar síntomas difusos como dolor de cabeza, mareo, taquicardia, dolor en los ojos o más graves como dolor en el pecho. Si nos enfrentamos a una crisis de este tipo conviene seguir al menos estas tres pautas:
- Ser consciente de la gravedad: la crisis hipertensiva puede llevar al paciente a una insuficiencia cardiaca, un ictus o un cuadro serio que podría conducir a la muerte.
- Atención médica inmediata: cuando se produce una crisis de hipertensión la persona debe ser atendida por un médico para que evalúe el cuadro que está sufriendo y determinar si se debe a una crisis de ansiedad o hipertensiva.
- No ponerse nervioso: mientras se consigue acceder a la atención médica es importante tranquilizar a la persona para que el nerviosismo no contribuya a elevar la tensión aún más.
La gravedad depende del paciente y del cuadro clínico que le acompañe, pero una crisis hipertensiva puede tener consecuencias muy graves en los órganos más dañados por la hipertensión que son cerebro, corazón y riñón e incluso provocar la muerte.
Estilo de vida: cómo bajarla de manera natural
De modo que vayamos al origen. ¿Qué estilo de vida debemos llevar para tener la hipertensión bajo control? Se trata de saber cómo bajar la tensión arterial de manera natural y fácil. La Clínica Universitaria de Navarra enumera cinco medidas.
Peso adecuado
Las personas con sobrepeso suelen tener alta la tensión. La mejor medida de saber si nuestro peso está empezando a ser un problema es el índice de cintura/talla. Para ello dividimos el perímetro de cintura por la estatura en cm. Está aumentado cuando es superior a 0,50, en cuyo caso tenemos que perder peso.
Caminar a paso rápido
Durante un mínimo de 45 minutos, pero… ¡todos los días! Es decir, hay que ser constante. También es muy recomendable, correr, montar en bici, nadar y hasta bailar. En esos casos, nos puede valer con unos 30 minutos.
Colesterol bajo control
El colesterol LDL no debe superar los 115 mg./dl. Si es superior hay que aconsejar una dieta mediterránea. Y como de tanto mencionarla sin seguirla se nos olvida, esta dieta baja en grasas saturadas se resume en abundante fruta, vegetales, pescado y aceite de oliva.
Alcohol, poco o nada
No debemos ingerir más de 30 g./día. de etanol (no sobrepasando los 300 ml. de vino, 720 ml. de cerveza ó 60 ml. de whisky). Generalmente se aconseja a los hombres que no beban más de dos vasos de vino al día y a las mujeres no más de uno.
Cuidado con la sal
Si la tensión nos ha subido, de entrada, dieta estricta sin sal durante dos semanas. Si no bajamos, se puede continuar con una dieta baja en sal (4-5 g./día). Y quien dice sal, dice sodio. Hay que reducir su consumo, de modo que se recomienda mirar las etiquetas de los alimentos para descartar los que lleven mucho sodio.
Otros tres consejos
Es obvio ya, pero nada de tabaco. Fumar es malo, siempre y para todo nuestro organismo; también para la presión arterial. Si dejamos de fumar nuestra tensión arterial bajará.
El estrés es otro enemigo de la presión de nuestras arterias. En ese sentido, practicar técnicas de relajación puede ayudarnos. Y la alimentación: evitemos los alimentos procesados (suelen tener un alto contenido en sal, en grasas y en colesterol malo).