Publicado: noviembre 16, 2025, 10:27 am
Uno de los concursos de televisión más exitosos de todos los tiempos es ¿Quién quiere ser millonario? Nacido en Reino Unido en 1998, el formato se emitió en más de 100 países en todo el mundo, incluido España.
Esta semana se cumple el 25 aniversario de la primera victoria del bote en el formato original. La ganadora es una mujer británica llamada Judith Keppel, que ahora ha contado en una entrevista a The Times cómo ha sido su vida desde que ganó un millón de libras (el equivalente a algo más de dos millones de euros en 2025).
Lo sorprendente es que esta mujer, que ahora tiene 83 años, aún conserva el dinero. En realidad, no lo ha perdido o gastado. «Siempre pensé que debía invertirse y generar ingresos”, dice. «Parece que no ha cambiado mucho», agrega.
Nada más ganar, Keppel contrató rápidamente a un gestor financiero para invertir el dinero en acciones, lo que le ha generado desde entonces unos ingresos considerables por dividendos e intereses.
Su único lujo fue llevar de vacaciones a la India a su hija Rosie. También donó un Jeep a una organización benéfica de protección de la fauna.
Keppel recuerda las condiciones en las que estaba cuando su vida cambió para siempre: «Participé porque me sentía muy mal económicamente. Estaba sin blanca. Me di cuenta de que las preguntas no eran tan difíciles, pero que el premio era enorme».
Para participar en el programa, llamó tantas veces a la línea de tarificación especial que su compañía le advirtió sobre el aumento de su factura telefónica. Cuando consiguió entrar en el concurso unos días después, Keppel no se lo contó ni a su madre ni a sus amigos.
Keppel, que casualmente es primera tercera de la reina Camila, vive con su gata, tiene cinco nietos y no lleva una vida estresante. Dice que su mayor lujo es la tranquilidad.
«Sobre todo hoy en día, es un lujo no tener que preocuparse. Desde que gané un millón de libras, no me he preocupado. Me di cuenta de que podía relajarme. Realmente marcó la diferencia. Volví a disfrutar de la vida», concluye.
