Publicado: octubre 19, 2025, 11:27 pm
Las relaciones personales en general, y las amorosas en particular, no es fácil que terminen con ambas partes satisfechas y con todas las heridas y fisuras cerradas. Lo más habitual cuando se produce una separación es que existan malestares, dudas y sentimientos dolorosos que se hayan quedado en el tintero. Hasta aquí, se trata de un proceso natural que necesita su tiempo.
Sin embargo, cuando mantenemos los (malos) recuerdos en nuestra mente, y los sacamos a pasear a menudo en conversaciones con nuestro entorno, una y otra vez, acaba por mostrar que esos recuerdos se han convertido en una obsesión. Y las obsesiones nunca traen nada bueno, según la psicología. Por lo tanto, aunque hablar mal de una ex pareja produzca alivio a corto plazo, a la larga no nos dejará avanzar emocionalmente.
Avanzar en el duelo es el mejor camino para pasar página
Cuando se produce una separación sentimental, es normal necesitar de un periodo de duelo en el que se mezclan los sentimientos, hay pensamientos de ida y vuelta que nos confunden, recuerdos agradables que dan paso a la dramatización más absoluta… pero este proceso vital debe tener una fecha de caducidad, no puede existir por siempre.
Durante el programa La Mesa Caliente, en Youtube, la psicóloga Jennifer Flórez explica a la perfección las fases a seguir religiosamente después de haber dejado una relación sentimental. «En el horizonte hay que ponerle fecha de finalización al hecho de estar hablando de tu ex todo el tiempo. No interesa en absoluto prolongar la exteriorización del conflicto porque necesitamos una recuperación para avanzar».
Si mantenemos a nuestro ex constantemente en la cabeza, «estaremos abriendo circuitos de memoria y emociones en bucle. Cuando yo hablo desde el ‘me hizo’, estoy hablando desde una herida abierta». Aunque al principio cueste, los psicólogos proponen cambiar el relato (al comienzo resultará forzado, pero al final se instaurará en la mente) e intentar evitar el reproche y el insulto hacia la otra persona: una cosa es expresar que estamos dolidos, y otra alimentar el rencor.
Oblígate a dejar de contar siempre la misma historia en bucle
Desahogarnos con las personas de nuestro entorno nos provoca cierto alivio, por supuesto, y es comprensible. Sin embargo, cuando el discurso se repite una y otra vez, con el mal rollo en el epicentro de todas nuestras conversaciones, es una señal clara de que ha llegado el momento de zanjar el tema.
La psicóloga mencionada, por ejemplo, sitúa el límite en un año después de haber dejado la relación para dejar de contar la misma historia en bucle. Transcurrido ese tiempo (si es antes, mejor) se acabó hablar de esa persona, y menos hacerlo con insultos o descalificaciones.
El dolor debe ir aminorándose poco a poco, para poder abrirnos la puerta a la posibilidad de nuevas relaciones sentimentales. Si necesitamos ayuda profesional, ellos te guiarán por el camino de poner el acento en lo que hemos aprendido, lo que ese tiempo nos ha aportado, cómo nos ha ayudado a crecer y ser quienes somos… proyectar enfado constante, al final, acabará jugando en nuestra contra.