Publicado: mayo 12, 2025, 11:27 am
Brigitte Bardot, que hace siete décadas se convirtió con sus éxitos cinematográficos en un símbolo de la liberación sexual de las mujeres y también en objeto sexual, marca claramente distancias con el feminismo y defiende a algunos actores acusados o incluso condenados por agresiones sexuales.
«El feminismo a mí no me va. A mí me gustan los tíos», declara Brigitte Bardot a sus 90 años en una entrevista que emite este lunes el canal BFMTV, la primera que da a la televisión en once años. La actriz se queja de los procesos judiciales contra los actores Nicolas Bedos y Gérar Depardieu, el primero condenado por agresiones sexuales y el segundo pendiente de una sentencia por ese mismo delito.
«Al menos se les podría dejar seguir viviendo», subraya antes de considerar que «con lo que les ha pasado, ya no van a encontrar mucho trabajo». Además, a su parecer, «a los que tienen talento y ponen la mano en el culo a una chica, se los tira al fondo de un pozo negro». Brigitte Bardot ya se había significado en el pasado por criticar la ola de denuncias por acoso sexual de actrices al calor del movimiento #MeToo.
La estrella de películas como Et Dieu créa la femme, que la propulsaron a una fama internacional, retirada del cine desde hace más de medio siglo, vive en su mansión de Saint Tropez, en la Costa Azul francesa, y sigue dedicándose a la que ha sido una de sus ocupaciones en las últimas décadas, la defensa de los animales frente al maltrato.
Preguntada sobre cómo se encuentra de salud, la nonagenaria responde primero alzando los brazos, dando a entender que basta con verla, y luego con un «muy bien». Sin embargo, asegura que «no sirve de nada», y que lo que le ocurre se lo guarda para ella.
Brigitte Bardot lamenta haber sido «prisionera de (sí) misma», del símbolo que se creó en torno a su figura y de la fama porque eso le ha impedido hacer cosas banales como tomar un café en un bar, ya que eso suscitaba una gran curiosidad y atención.