El día de Nochebuena, la sonda solar Parker de la NASA cumplirá un hito: se espera que se acerque más al Sol que cualquier otro objeto creado por el hombre.
La sonda, que tiene un peso de 50 kg, viajará a unos 690.000 km/h mientras se cierne a tan solo 6,1 millones de kilómetros de la superficie. Para ello, tendrá que atravesar enormes columnas de plasma.
Esta nave espacial, que es el objeto más rápido jamás construido en la Tierra, se perderá durante la misión. Los operadores del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de Johns Hopkins en Maryland confirmaron el 27 de diciembre su estado después de pasar por allí.
El científico del programa Parker, Arik Posner, dijo: «Estamos ansiosos por recibir esa primera actualización de estado de la nave espacial y comenzar a recibir los datos científicos en las próximas semanas».
La sonda fue lanzada en 2018. Forma parte del programa Living With a Star de la NASA. Su objetivo principal es ‘tocar’ el Sol. Ya ha dado más de 20 vueltas alrededor de la estrella mientras explora la corona, su capa más externa y caliente. Se espera que revele cómo la vida y la sociedad, incluido el clima espacial y el viento solar, se ven afectadas por el sistema Sol-Tierra.
Estos conocimientos nos ayudarán a aprender sobre las interacciones con el campo magnético de la Tierra y los daños a los satélites, y sobre cómo se sobrecargan las auroras boreales o se interrumpen las redes eléctricas.
El sobrevuelo de Nochebuena se produce hacia el final de la misión, y es el primero de los tres últimos acercamientos. «Ningún objeto creado por el hombre ha pasado nunca tan cerca de una estrella, por lo que Parker realmente nos enviará datos de un territorio desconocido», afirmó Nick Pinkine, director de operaciones de la misión Parker Solar Probe en APL. «Estamos entusiasmados por recibir noticias de la nave espacial cuando vuelva a dar la vuelta al Sol», dice.
La misión debe su nombre a Eugene Parker, un físico estadounidense que estuvo activo en la década de 1950 y que teorizó sobre cómo las estrellas emiten energía. Parte de su trabajo incluía una teoría sobre por qué la corona es más caliente que la superficie del propio Sol, contrariamente a lo esperado. Murió a los 94 años en 2022.