La presión política y social contra el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha aumentado este miércoles con la presentación de una moción parlamentaria por parte de la oposición para su destitución, después de que el mandatario impusiera la ley marcial y la revocara horas después esta madrugada.
La principal fuerza opositora de Corea del Sur, el Partido Demócrata (PD), y otras cinco formaciones presentaron este miércoles una moción parlamentaria para la destitución de Yoon, iniciando así el proceso que podría desembocar en la suspensión del ejercicio del poder del mandatario, cuyo partido gobierna en minoría.
La moción de destitución fue anunciada ante los medios en la Asamblea Nacional por los 192 diputados que suman los seis partidos.
Sus impulsores señalaron que prevén votar la propuesta el viernes 6 o el sábado 7, dentro del plazo de 72 horas que fija la normativa. Para aprobarla serán necesarios los apoyos de al menos 200 de los 300 escaños que componen el órgano unicameral legislativo.
El PD y otras fuerzas sumaron 190 votos en la víspera en favor de revocar la ley marcial, con lo que solo necesitarían en torno a una decena de votos más para suspender de sus funciones al presidente.
Desde el propio Partido del Poder Popular de Yoon se ha criticado su decisión de aplicar la ley marcial -el líder de la formación, Han Dong-hoon, dijo que era una medida «errónea»-, y algunos de sus diputados votaron de hecho a favor de revocarla.
Antes de iniciarse la moción, el Partido Demócrata exigió hoy a Yoon que abandonara su cargo y tachó su declaración de la ley marcial como «una clara violación de la Constitución».
Durante una reunión de emergencia del PD, el partido ya había advertido que comenzaría el proceso de destitución de Yoon si este no dimitía.
Yoon anunció la imposición de la ley marcial en una declaración televisada antes de la medianoche del miércoles para proteger el «orden constitucional» de actividades «antiestatales», de las que acusó al PD, al que también calificó de «fuerzas pronorcoreanas».
El propio PD, que tiene mayoría en la Asamblea Nacional y ha arrinconado a Yoon desde que ganó las elecciones legislativas del pasado abril, y otras fuerzas opositoras sacaron adelante una moción para levantar la ley marcial unas seis horas después de ser declarada por Yoon, forzando al Ejecutivo a retirarla.
Todo ello deja en una posición de creciente debilidad al mandatario surcoreano, que no ha vuelto a hacer ninguna aparición ni declaración pública desde que anunciara esta madrugada el levantamiento de la ley marcial.
En caso de ser aprobada la moción de destitución, Yoon quedaría despojado de sus funciones hasta que el Constitucional delibere durante un plazo máximo de 180 días sobre si ha violado la Carta Magna.
Manifestaciones y huelgas contra Yoon
La mayoría de los millares de personas que se congregaron en la víspera frente a la Asamblea Nacional para reclamar la dimisión de Yoon se habían dispersado ya a mediodía del miércoles, aunque algunos grupos todavía permanecían concentrados frente al edificio, rodeado de un amplio dispositivo de seguridad, informaron los medios locales.
Los manifestantes desafiaron las órdenes del mando militar decretado bajo la ley marcial, que prohibió durante la vigencia de esa medida toda actividad política, y mientras cerca de 300 soldados entraban en el reciento de la Asamblea Nacional para tratar de tomar el órgano legislativo, lo que no llegó a producirse.
Parlamentarios del PD y simpatizantes de este partido participaron en otra concentración este miércoles frente al Parlamento y reclamaron la dimisión de Yoon con lemas cantados y escritos en carteles, en los que también se llamaba a sacar adelante la destitución del presidente.
El líder del grupo parlamentario de este partido, Park Chan-dae, afirmó que Yoon «no está en su sano juicio» y le acusó de «liderar una rebelión interna» por la que debe ser «investigado» y «destituido parlamentariamente», en declaraciones a los medios.
Park también afirmó que las tropas surcoreanas enviadas por el mando militar bajo la ley marcial «bloquearon junto a la policía la entrada (de la Asamblea Nacional) y llegaron a penetrar en el edificio, lo que supone un crimen de sedición».
Asimismo, la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), el mayor grupo sindical de Corea del Sur, prometió este miércoles iniciar una huelga indefinida hasta que el presidente dimita.
«Nos mantendremos unidos con el pueblo y lideraremos la lucha por la renuncia inmediata del presidente Suk-yeol», dijo un funcionario de la KCTU durante una rueda de prensa.
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