Adele ha pasado los últimos dos años actuando en Las Vegas, en una residencia llamada Weekends With Adele que le ha reportado una enorme cantidad de dinero —alrededor de dos millones de dólares por noche—, pero ello no quita que, más allá del negocio, ha sido una etapa importantísima en su vida.
Por ello este pasado fin de semana, según varios vídeos de los asistentes, la artista británica de 36 años se ha emocionado al tratarse de su última actuación, decidiendo dedicarle unas palabras a dos de las personas más importantes de su vida: su prometido, Rich Paul, y su hijo de 11 años, Angelo, fruto de su matrimonio con su exmarido, Simon Konecki, con quien estuvo casada de 2018 a 2021, si bien llevaban saliendo desde hacía mucho tiempo.
La ganadora de varios Grammy estuvo al borde de las lágrimas en un momento dado del espectáculo, caminando entre la multitud del Caesar’s Palace mientras sonaban los acordes de su éxito When We Were Young. Se detuvo justo enfrente de su hijo y su pareja para besarles apasionadamente y darles muchos abrazos, bajo la atenta mirada del público y de su madre, Penny Adkins, que también estaba presente.
La cantante de temas como Rolling In The Deep, Someone Like You o Skyfall se dirigió al público para, a su vez, agradecer a su familia que estuviese allí con ella. Sobre todo a su hijo, a quien prefiere mantener lejos del foco mediático y que es, además, de natural reservado.
«Elegí hacer esta residencia para poder mantener una vida normal», comenzó diciendo la cantante, refiriéndose a estar asentada en un sitio y poder disfrutar de su familia. «Así lo decidí y no lo cambiaría por nada del mundo», ha añadido, para después mirar a Angelo y decirle: «Te quiero muchísimo, peanut [literalmente, «cacahuete», si bien también se usa como apelativo cariñoso]. Gracias».
A continuación, se dirigió al representante deportivo, a quien describió como su «compañero» y su «prometido», alzando la mano para que se viese su anillo de compromiso. «Gracias por apoyarme siempre y hacerme sentir que podía hacer lo que quisiera. Ha habido momentos en los que he estado demasiado cansada o con demasiado estrés emocional y agotada, pero tú me decías: ‘Venga, nena, levántate’. Y yo te lo agradezco», ha dicho.
Mientras su familia se emocionaba como ella, Adele explicó que sintió que hubo un cierre de su etapa cuando el mes pasado Celine Dion, un ídolo para ella, asistió y la abrazó tras el espectáculo. «Lloré durante toda una semana», ha dicho la londinense este sábado. «Ha sido maravilloso y lo voy a echar muchísimo de menos», ha añadido.
Para finalizar, aunque ha afirmado que volverá a los escenarios en algún momento, ha declarado entre risas: «Ahora no tengo ningún maldito plan». Sin embargo, en mayo compartió que una vez que acabase la residencia quería tener un nuevo bebé con Paul, amén de que en teoría todavía no ha tenido lugar su boda.