El coma, también conocido como estado vegetativo persistente, es un estado de inconsciencia profunda, distinto de la muerte cerebral. Según explica en un artículo el Dr. David Cañadas, Especialista en Medicina General de MAPFRE, «una persona en coma sigue con vida, pero no es capaz de moverse ni de responder o interactuar con su entorno». Este estado puede ser consecuencia de una complicación de alguna patología subyacente o de una lesión en el sistema nervioso central, como un traumatismo craneal.
La joven valenciana Ángela Agudo se encuentra desde el pasado 6 de octubre en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en un hospital de Tailandia tras haber sufrido un grave accidente de moto durante su viaje al país asiático. Los padres están tratando de que la trasladen de urgencia a España. Pero, ¿qué posibilidades existen de que una personas en coma pueda despertar?
Durante el coma, los pacientes no perciben su entorno pero mantienen funciones no cognoscitivas y patrones normales de sueño. «Durante el estado de coma se pueden apreciar movimientos espontáneos de los músculos y en ocasiones los pacientes abren los ojos en respuesta a estímulos externos, sin que ello quiera decir que perciban lo que ocurre a su alrededor» indica el Dr. David Cañadas. En algunos casos, los pacientes pueden fruncir el ceño, llorar o reír, pero son incapaces de hablar o responder a órdenes verbales.
Desde el Instituto de Rehabilitación Neurólogica Irenea advierten de que «es improbable que pacientes que lleven mucho tiempo en coma, despierten. La realidad no es como las películas».
No obstante, cabe mantener la esperanza ya que «las personas más jóvenes y quienes han tenido como causa del coma un traumatismo craneoencefálico, causado por un accidente de tráfico (como el caso de Ángela Agudo) o un ictus, tienen más probabilidades de despertarse».
El 75% de los pacientes permanecen en coma un año después del incidente que los llevó a esa condición, como puede ser un accidente de tráfico o un accidente cerebrovascular (Ictus). Pasado este periodo, las probabilidades de que despierten disminuyen significativamente, según un estudio publicado en la revista ‘Archives of Physical Medical Rehabilitation’, realizado por Enrique Noé, neurólogo del Servicio de Daño Cerebral de Hospitales Vithas.
Coma prolongado e inducido
El coma prolongado puede llevar a una disminución de las funciones cerebrales superiores, mientras que las funciones vitales, como el control de la respiración y la circulación, permanecen relativamente intactas. La evolución y resolución del coma dependerán de la causa subyacente, la gravedad de la lesión y el área cerebral afectada. «Siempre se debe valorar con los especialistas la posibilidad de que el paciente evolucione y las posibles secuelas que puedan quedar tras un coma prolongado», añade el Dr. Cañadas.
Es común inducir el coma en pacientes con lesiones cerebrales o aquellos que requieren reposo absoluto. Los médicos pueden decidir sedar al paciente para reducir su consumo de energía y oxígeno. «Lo que se busca sobre todo es proteger el cerebro al mantener al paciente profundamente sedado. De este modo se da tiempo al cuerpo para que se recupere», explica el Dr. Cañadas. Este tipo de coma puede mantenerse durante días o meses, dependiendo de la causa y evolución del paciente.
Causas del estado de coma
Diversos problemas de salud pueden provocar un estado de coma, según explican desde Mayo Clinic. Algunos ejemplos incluyen:
Lesiones cerebrales traumáticas: Estas suelen ser resultado de accidentes de tránsito o incidentes violentos.
Accidentes cerebrovasculares: La disminución o interrupción del flujo sanguíneo al cerebro, conocido como accidente cerebrovascular, puede deberse a la obstrucción de arterias o la ruptura de un vaso sanguíneo.
Tumores: Los tumores en el cerebro o el tronco encefálico pueden causar un estado de coma.
Diabetes: Niveles extremadamente altos o bajos de glucosa en la sangre pueden llevar a un estado de coma.
Falta de oxígeno: Personas rescatadas de un ahogamiento o revividas tras un ataque cardíaco podrían no despertar debido a la falta de oxígeno en el cerebro.
Infecciones: Infecciones como la encefalitis y la meningitis provocan hinchazón del cerebro, la médula espinal o los tejidos circundantes. Los casos graves pueden causar daño cerebral o estado de coma.
Convulsiones: Convulsiones continuas pueden inducir un estado de coma.
Toxinas: La exposición a toxinas como el monóxido de carbono o el plomo puede resultar en daño cerebral y coma.
Alcohol y sustancias adictivas: Sobredosis de alcohol y otras drogas pueden provocar un estado de coma.
Recuperación y secuelas
El estado de coma generalmente no dura más de dos a cuatro semanas. Algunos pacientes logran recuperar un cierto nivel de conciencia después de permanecer en estado vegetativo. «Al despertar del coma, los pacientes pueden presentar una serie de complicaciones físicas, intelectuales y psicológicas que requerirán de una atención especializada», señala el Dr. Cañadas. La recuperación suele ser gradual, con algunos pacientes recuperando progresivamente su capacidad de respuesta, mientras que otros pueden quedar con limitaciones.
En casos de lesiones cerebrales graves, algunos pacientes pueden permanecer en estado vegetativo durante meses o años. Estos pacientes suelen mantener sus constantes vitales gracias a la respiración asistida y la alimentación por vía enteral o parenteral. La causa más común de fallecimiento en estos pacientes es una infección nosocomial. «Las atenciones de los médicos se centran en prevenir infecciones y úlceras por presión, mejorar el estado físico mediante la nutrición, y recuperar la función respiratoria con fisioterapia».