Publicado: octubre 14, 2024, 11:27 pm
Los grandes problemas a los que se que enfrenta la humanidad, como las crisis económicas y sociales, la desigualdad y los problemas laborales o las consecuencias de los conflictos armados afectan al bienestar y la salud mental de millones de personas en España y en todo el mundo. Según Unicef, el 41% de jóvenes entre 13 y 18 años manifiesta o cree haber tenido un problema de salud mental en el último año. Así, problemas como el estrés, la ansiedad o la soledad afectan a miles de personas y, otras muchas, no terminan de encontrar el sentido de su vida.
En este clima, el autoconocimiento personal se ha convertido en una herramienta clave para muchas personas que buscan una vida más satisfactoria. Psicólogos y coachs sostienen que el autoconocimiento puede ayudar a aceptar nuestras fortalezas y debilidades, mejorando la autoestima y nuestras relaciones sociales. Además, permite gestionar mejor las emociones, tomar decisiones alineadas con nuestros valores y adaptarnos a los cambios.
Al respecto, Daniel Ramos Autó, autor del libro Conecta con tu esencia a través del eneagrama, (Editorial Luciérnaga/Planeta), explica en una entrevista a 20minutos en qué consiste esta herramienta de autoconocimiento, el eneagrama, que sus detractores consideran una pseudociencia.
¿Qué es el eneagrama y para qué sirve?
El eneagrama es un mapa de la personalidad que identifica nueve maneras distintas de pensar, sentir y actuar. Cada una de estas formas, llamadas eneatipos, nos ofrece una visión única del mundo. El eneagrama no solo nos describe, sino que también nos muestra nuestros patrones de comportamiento automáticos.
Sirve para conocernos mejor, para identificar esos hábitos y miedos que a veces nos frenan, y nos ayuda a tomar decisiones más conscientes en nuestra vida, mostrando cómo podemos avanzar hacia una vida más plena, serena y consciente. Además, el eneagrama también nos permite identificar nuestros potenciales, habilidades naturales y fortalezas, ayudándonos a desarrollarlas y a vivir de manera más auténtica.
¿Cuáles son las 9 personalidades del eneagrama?
Los nueve eneatipos son los siguientes:
El Perfeccionista: Se caracteriza por su integridad y un fuerte sentido de la justicia, aunque también puede caer en la rigidez y la autoexigencia excesiva. El Ayudador: Destaca por su generosidad y capacidad de conectar con los demás, pero puede volverse dependiente emocionalmente, necesitando ser necesitado. El Triunfador: Sobresale por su eficiencia y capacidad para lograr objetivos, aunque puede preocuparse en exceso por la imagen y temer al fracaso.
El Individualista: Es creativo y busca la autenticidad, aunque a veces puede verse atrapado por la envidia y la melancolía. El Observador: Posee una gran claridad mental y objetividad, pero puede aislarse y distanciarse emocionalmente de los demás. El Leal: Se distingue por su lealtad y sentido de la responsabilidad, aunque a menudo se ve atrapado por la ansiedad y la duda constante. El Entusiasta: Es optimista y lleno de entusiasmo por la vida, pero tiende a evitar el dolor y a dispersarse entre demasiadas actividades. El Desafiador: Destaca por su fuerza y capacidad de liderazgo, aunque puede volverse dominante y evitar mostrar vulnerabilidad. El Pacificador: Busca la paz interior y es excelente conciliador, aunque puede evitar el conflicto y caer en la pasividad.
Cada eneatipo pertenece a una tríada que refleja su motivación principal y la forma en que procesan la realidad:
Por ejemplo, la tríada emocional (eneatipos 2, 3 y 4) se caracteriza por la búsqueda de validación externa. Estas personalidades procesan el mundo principalmente desde la emoción, buscando ser vistas y valoradas por los demás. En la tríada mental (eneatipos 5, 6 y 7) la motivación principal es la búsqueda de seguridad. Procesan la realidad a través del intelecto, y su enfoque está en anticipar y prepararse para los posibles riesgos o cambios. Las personalidades que forman parte de la tríada visceral (eneatipos 8, 9 y 1) buscan el control sobre su entorno. Procesan la realidad a través del cuerpo y la acción, reaccionando de manera más instintiva y directa ante los desafíos.
En tu opinión, ¿cuál es el mayor error que se comete al usar el eneagrama?
Uno de los mayores errores es pensar que descubrir tu eneatipo es el final del camino, cuando en realidad es solo el principio. Identificarte demasiado con tu eneatipo puede convertirse en una trampa: te quedas atascado en una etiqueta y dejas de explorar nuevas formas de ser. Otro error común es usar el eneagrama para autojustificarte, evitando asumir la responsabilidad de cambiar y crecer. En lugar de eso, el eneagrama debería ayudarte a ver tus patrones automáticos, no a excusarlos. El eneagrama no pretende ser una muleta para nuestras inseguridades, sino una guía para superarlas.
¿Qué son los eneatipos y cómo describirías el proceso de identificar el propio eneatipo? ¿Puede llegar a cambiar la comprensión de uno mismo?
Identificar tu eneatipo es un proceso de autoobservación y reflexión, y como cualquier trabajo de autoconocimiento, requiere paciencia y compromiso. No es solo hacer un test, sino mirar hacia adentro con honestidad y preguntarte qué te motiva realmente, qué miedos te frenan o qué comportamientos dañinos repites sin darte cuenta. Descubrir tu eneatipo puede transformar por completo la comprensión que tienes de ti mismo, porque te muestra de dónde vienen muchos de tus conflictos, desde los más simples, como la dificultad para decir «no» y poner límites, hasta los más profundos, como la inseguridad o la dificultad para expresar tus emociones.
¿La gente admite con facilidad que se deja llevar por la ira, que son cobardes o envidiosos?
No, generalmente no es fácil admitir nuestras sombras. Vivimos en una cultura que valora la apariencia y la perfección, por lo que reconocer aspectos más oscuros de nuestra personalidad puede ser incómodo. Sin embargo, es precisamente en ese espejo de la verdad donde empieza el verdadero trabajo de autoconocimiento. La humildad es clave para reconocer que todos tenemos que lidiar a diario con defectos, contradicciones y miedos. Si podemos mirar esos aspectos sin juicio, podemos empezar a trabajar en ellos y crecer.
¿Cómo podemos reconocer nuestras fortalezas?
Reconocer nuestras fortalezas implica mirar con honestidad lo que hacemos bien de forma natural, pero también preguntarnos qué es lo que nos hace sentir más vivos, auténticos y plenos. A menudo, nuestras fortalezas están tan integradas en nosotros que las damos por sentadas. El eneagrama también ayuda a destacar esos rasgos positivos que a veces pasan desapercibidos, y nos anima a desarrollar nuestras virtudes, no solo a trabajar sobre nuestras áreas de mejora.
Por ejemplo, el eneagrama puede ayudarnos a darnos cuenta de nuestra capacidad de liderazgo, habilidad para resolver conflictos, creatividad, empatía, gran habilidad comunicativa o disposición para conectar profundamente con los demás. Estas son solo algunas de las fortalezas que podemos descubrir y potenciar a través del autoconocimiento que nos ofrece el eneagrama.
¿Qué impacto tuvo el eneagrama en tu vida tras la crisis personal que mencionas en el libro?
El eneagrama me permitió ver con claridad las dinámicas destructivas que estaban presentes en mi relación de pareja. Reconocer cómo mis miedos e inseguridades influían en mi manera de vincularme y de enfrentar la vida fue revelador. Gracias al eneagrama, comprendí que muchas de mis acciones venían motivadas por la necesidad de seguridad y la búsqueda de aprobación, lo que generaba dinámicas de dependencia emocional. Esto me permitió tomar conciencia de esos patrones automáticos y empezar a relacionarme de una forma más saludable conmigo mismo y con los demás.
¿Cómo sugieres abordar el reconocimiento de nuestras «zonas oscuras» sin que ello nos genere rechazo o incomodidad?
Lo primero es abordarlo con mucha humildad y compasión hacia nosotros mismos. Todos llevamos con nosotros nuestras mochilas: heridas, miedos, limitaciones. El secreto está en vernos como aprendices de la vida, aceptar que somos humanos, que lo hacemos lo mejor que podemos y sabemos en cada momento, en lugar de juzgarnos y castigarnos por no ser perfectos. La humildad nos permite aceptar que no lo sabemos todo y que siempre estamos en proceso de aprendizaje y crecimiento, mientras que la honestidad nos ayuda a mirar nuestras sombras sin dramatismos, como un paso necesario para mejorar y avanzar en la vida.
