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Por qué la compra de Warner Bros. a manos de Netflix tiene a Hollywood temblando: «Podría destruir el mercado»

Publicado: diciembre 6, 2025, 5:00 am

El gran culebrón industrial de los últimos meses en Hollywood estaba protagonizado por Warner Bros. Discovery, con la duda de cuál sería la gran empresa que finalmente la comprara. El estudio de David Zaslav llevaba tiempo asolado por las deudas y de hecho pretendía que, de cara a 2026, se volviera a dividir en las dos empresas originales (Warner y Discovery). Pero antes de que pasara esto se ha consumado su venta por parte del que posiblemente sea el mayor gigante de la industria.

Netflix ha adquirido Warner Bros. Discovery por 82.700 millones de dólares: 72.000 millones de ellos correspondientes a su capital social, y el dinero restante a las notables deudas acumulaba la empresa. Los accionistas de Warner recibirán 27.75 dólares por acción, mientras la anterior interesada tiembla de furia por lo sucedido. Nos referimos a Paramount, a la que se ha impuesto el gigante de streaming en la puja.

Paramount, como sabemos, ahora se llama Paramount Skydance, una vez el magnate David Ellison la absorbiera. Este conglomerado inmenso quería sumar a Warner entre sus múltiples propiedades. Sin embargo, en las últimas semanas le había salido competencia en esta operación.

Por un lado estaba Comcast y por otro, sorprendiendo a propios y extraños, la susodicha Netflix. La que (gracias a su preponderancia en el mercado del streaming) es la empresa más grande y boyante del audiovisual ahora mismo. Y la que consolida su poderío ahora que cuenta a Warner (junto a HBO y HBO Max) entre sus propiedades.

Las intenciones de Netflix sorprendieron lo suyo porque nunca antes había mostrado interés por los activos históricos de Hollywood. No obstante, controlar Warner supone sumar a su catálogo una inmensa biblioteca de contenidos clásicos y propiedades intelectuales de lo más jugosas, así que Netflix no dudó en unirse al combate contra Paramount Skydance y Comcast, y en acabar dando un golpe sobre la mesa.

El peor de los escenarios

La posibilidad de que fuera la empresa triunfadora ya causaba inquietud en la industria horas antes de que se confirmara la venta, y ahora es posible que nos hallemos ante un punto de inflexión en el funcionamiento de Hollywood. Existe la posibilidad de que la Administración de Donald Trump (gran aliado de Ellison, habiendo sido central en la compra de Paramount) quiera torpedear el proceso pero igualmente Netflix se ha impuesto a sus rivales, y habrá que examinar en qué puede derivar esto.

Que Netflix comprara Warner era la perspectiva que más desazón creaba, y la que antes de darse a conocer el resultado ya había provocado comunicados en contra de organismos como el Sindicato de Directores o Cinema United. Esta última es la principal asociación de exhibidores cinematográficos de EEUU, que hace horas alertaban sobre cómo el control de Warner a manos de Netflix podría ser letal para su negocio.

Su portavoz, Michael O’Leary, cuestionaba para empezar el compromiso de Netflix con las salas de cine. “Los estrenos esporádicos y truncados en salas de cine para cumplir con los criterios de los premios en un puñado de salas no es un compromiso con la exhibición”. Porque ese sería el problema fundamental: una vez Netflix haya comprado Warner, la ventana de exhibición en salas de sus producciones podría haberse reducido drásticamente.

No hay detalles de qué haría Netflix con estas películas, aunque por lo pronto Paramount Skydance sí se había apresurado a aclarar que su intención era mantener a Warner como empresa independiente, produciendo mínimo 14 películas para cines a lo largo de un año. Por su parte ha trascendido que, bajo el control de Netflix, la producción de Warner tendría un periodo de exclusividad en salas de cine de tan solo dos semanas, antes de saltar al streaming. Una fuente de la empresa lo ha negado, afirmando que los periodos serían más largos.

Lo que parece claro es que, con Netflix al frente, la distribución y exhibición de las producciones de Warner sufrirán algún tipo de alteración. Y es lo que conducido a una carta abierta, firmada por un grupo de figuras de la industria que no han dado su nombre (aunque entre las que se cree que hay varios directores consagrados), y dirigida al Congreso de EEUU. El texto busca concienciar a los congresistas de ambos partidos (y en particular dentro de un contexto tan inestable como el que favorece la Administración Trump) sobre el peligro de que Netflix controle el funcionamiento de una major histórica de Hollywood.

El temor de los cineastas

El colectivo de la carta se define como “productores preocupados de películas”, y deja la carta sin firmar por temor a las represalias a las que pueda conducir el poder de Netflix. La cual, según la carta, “podría destruir” el mercado cinematográfico al alterar el tiempo en que las películas de Warner llegaran a Netflix o HBO Max. Estos firmantes dicen que Netflix “ejercerá un control efectivo sobre el mercado cinematográfico”, reduciendo la presencia en salas y forzando a bajar las tarifas de ventanas posteriores al estreno.

También recuerdan que Ted Sarandos, gerifalte de Netflix, llegó a decir en una ocasión que sus objetivos empresariales no tenían nada que ver con el cine. “Llevar gente al cine no es nuestro negocio”, dijo Sarandos en 2023. Finalmente, el comunicado insta a la Cámara de Representantes y al Senado a que se pronuncien contra la adquisición y sometan el acuerdo al “máximo nivel de escrutinio antimonopolio”. “Están en juego millones de puestos de trabajo y una forma de arte”, concluyen.

Que Ellison no logre hacerse con el control de Warner no es exactamente una mala noticia, pues su afinidad con el gobierno de Trump podría haber conducido a censuras similares a las que dentro de ABC (bajo el paraguas de Disney) afectaron a Jimmy Kimmel. Supone tener alejado a Ellison y el Partido Republicano de activos tan vitales como la CNN, también bajo el control de Warner, y eso sin duda es una buena noticia.

Lo que no despierta tanto optimismo, evidentemente, es que ahora Netflix tenga bajo su poder la división cinematográfica de Warner (la que siempre hemos conocido como Warner Bros).

La cual justamente, en los últimos tiempos, ha tenido un excelente desempeño creativo a través del liderazgo de Michael De Luca y Pamela Andy, garante de estrenos como Los pecadores, Weapons o Una batalla tras otra. Películas originales que han llevado a la gente a las salas entre encendidos elogios, y que suscribían un compromiso con las salas de cine que seguramente Netflix no tenga interés en mantener.

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