Publicado: abril 22, 2025, 3:37 pm
Paula Badosa no llega en plena forma al Mutua Madrid Open . En marzo sufrió otra lesión de las que afectan mucho al físico y a la cabeza. Una pequeña hernia en el otro lado donde tiene esa lesión crónica de la fractura por estrés de la L4 y que tanto la ha hecho sufrir, retirada en Miami, sin jugar desde entonces. En este 2025, con más experiencia con esa lesión alargada en el tiempo, siente que respira mejor, está más tranquila y no le pone tan nerviosa entrar en la Caja Mágica. En 2021 alcanzó su techo aquí, las semifinales. Pero más allá de resultados, esta Paula Badosa, nueve del mundo, quiere disfrutar y hacer disfrutar. No está al cien por cien, pero dará el cien por cien. Su primer rival saldrá del partido entre Veronika y Polina Kudermetova. «Engañaría si digo que estoy a plena forma. Estoy recuperándome. La recuperación ha sido una de las más duras, porque era una lesión totalmente distinta. Me estaba tocando el nervio, y es distinto porque lo pasaba fatal en mi vida normal, me costaba dormir, andar. Muy duro. He hecho un par de infiltraciones; la primera no respondió bien, la segunda parece que muy bien. Cada mañana me levanto asustada, pero el feedback está siendo positivo: estoy entrenando, cogiendo forma, recuperándome. Al menos estoy contenta porque en vida normal no estoy sufriendo constantemente», admitía en su llegada a Madrid, sonriente y cordial ante los medios de comunicación. En primavera de hace dos años la fractura por estrés trastocó toda su carrera futura. más pendiente de la espalda que del tenis, bajó en el ranking y en los ánimos. Un partido de euforia y un partido de dolor. Un calvario que ha aprendido a manejar como ha podido. «Es difícil centrarme en el tenis. Intento llevarlo lo mejor posible, desconectar. Estoy constantemente hablando con los médicos, que les agradezco que estén 24/7. Pero es difícil gestionarlo porque empiezas el año tan bien, con buena dinámica. No quiero engañar, pero me sentía como que este año sería el mejor año de mi carrera. Y empecé muy bien, con confianza. Y de repente te paras. Y ya no es el parón, es volver al nivel, porque es muy difícil, se pierde muy rápido. Recuperar todo eso es un proceso que no se ve y es muy difícil». Entre las herramientas, «un equipo espectacular, psicólogos, la gente del día a día» y ella misma. «Solo queda una opción: aceptarlo. La lesión es crónica que siempre va a estar ahí. Me sigue doliendo, pero ya es parte de mí. Y a pesar de todos estos parones y dolores, estoy haciendo una carrera muy buena». Es ahí, en ese saber que ha podido volver a donde quería, el apoyo necesario para continuar. «Me da pena que en los últimos años he tenido que estar hablando de estos momentos duros, pero me ayudó el año pasado demostrarme que a pesar de todo puedo volver a estar en el nivel en el que estoy, entre las diez mejores del mundo o mejor. En una lesión tan larga te entran dudas de que si volverás a estar a ese nivel. Pero si lo he hecho una vez, y tan rápido, en seis o siete meses, me da muchísima seguridad en mí misma. Me ayuda a que ahora que me he perdido muchos torneos, verlo en perspectiva: ahora es duro, pero eres capaz de volver donde te mereces». También tuvo palabras para su amiga Sara Sorribes, que anunciaba esta semana que se da un tiempo de esta vida estresante y tan exigente como es la de tenista. «Crecí con ella, desde los 13 años estuvimos en la misma academia. Hemos pasado muchos momentos juntas. Nos tenemos un aprecio muy grande. Cuando vi la carta se me puso la piel de gallina, me supo muy mal. Poca gente puede empatizar más que yo con ella, por todo lo que la conozco y por todo lo que está pasando y que yo pasé. Le dije que lo mejor que había hecho era tomar decisiones por y para ella. Vida solo hay una, hay que ser felices. Si es jugando al tenis, es increíble; si no lo es, también. Que se tome su tiempo. Me da pena porque le encanta el tenis, es una luchadora. Estoy convencida de que volveré pero ahora necesita su tiempo y ser feliz». Llega a Madrid a medio gas físicamente, pero llena de ilusión porque también observa con perspectiva todo lo que ha conseguido. «Voy a cada torneo y lo que quieres es ganar o jugar las rondas finales contra las mejores del mundo y retarte. Ver dónde están tus límites. Madrid me lo quiero tomar este año, y los siguientes, intentando disfrutar de todo. En los últimos años lo pasaba más como una agonía que disfrutando. Quiero verlo como ‘mira toda esta gente que está aquí viéndote, que también se levanta a las 3 de la mañana para verte en Australia o en US Open’. Quiero devolverles todo ese cariño ojalá sea con seis partidos, porque soy la primera que quiero ganar, pero si no es así, dar mi cien por cien y que disfruten». Ha aprendido a llevar la lesión y también la presión, siempre en el foco tanto en las victorias como en las derrotas. Habla por ella, pero también por Carlos Alcaraz. «Se magnifica mucho todo lo que hacemos. Hace tres años, puedo asegurar que os odiaba a todos los de la prensa. Venía aquí y no quería responder a nada. Pero me estoy haciendo mayor o la experiencia o madurez, y lo he entendido. Yo hago mi trabajo y tú estás haciendo el tuyo. Lo llevo mejor. Empatizo con vosotros y vosotros conmigo. Entiendo cómo funciona esto. A veces leo cosas que no me gustan, que lo veo muy exagerado. Lo mío lo veo exagerado, pero lo de Carlitos también. Es un atleta increíble y cada dos por tres lo están poniendo en duda. Pero forma parte de estar expuestos. Ahora contesto más tranquila, soy yo. Nos llevamos todos mejor».