Publicado: diciembre 5, 2025, 1:01 pm
Netflix ha propiciado un nuevo golpe en la mesa del ‘streaming’ mundial con la compra de Warner Bros en un acuerdo histórico valorado en 72.000 millones de dólares (cerca de 62.000 millones de euros al cambio actual) que ha planteado entre los analistas un dilema: ¿cómo planea financiar una transacción de tal magnitud? La respuesta obedece a un enorme paquete de deuda respaldado por algunos de los bancos más importantes de Wall Street.
Según comunicados recientes recopilados por Bloomberg, Wells Fargo, BNP Paribas y HSBC proporcionarán un préstamo puente no asegurado de 59.000 millones de dólares (en torno a 50.000 millones de euros), uno de los más grandes de la historia, para cubrir el grueso del coste del acuerdo. Este tipo de préstamo es temporal y normalmente se reemplaza con deuda más permanente, como bonos corporativos, una estrategia habitual para financiaciones de gran escala.
El acuerdo contempla que los accionistas de Warner Bros reciban 27,75 dólares por acción (23,82 euros), divididos entre efectivo y acciones ordinarias de Netflix, mientras que el valor total empresarial de la operación ronda los 82.700 millones de dólares (casi 71.000 millones de euros). Antes del cierre, Warner Bros completará la escisión de su división de canales de televisión por cable, incluyendo CNN, TBS y TNT, operación que se espera finalizar en el tercer trimestre de 2026.
Netflix, que históricamente ha crecido sin depender de estudios propios, da un giro estratégico con esta compra. Con ella, se convierte en propietario de HBO y de un amplio catálogo de series y películas icónicas, incluyendo franquicias como Harry Potter y Los Soprano. La adquisición no solo amplía su capacidad de producción en Estados Unidos, sino que también promete generar ahorros significativos, estimados entre 2.000 y 3.000 millones de dólares anuales (de 1.700 a 2.500 millones de euros) a partir del tercer año.
La financiación mediante un préstamo puente es clave para Netflix, ya que permite asegurar el capital necesario de manera inmediata mientras se estructuran las emisiones de bonos corporativos a largo plazo que reemplazarán esta deuda temporal. Desde otro ángulo, la operación también fortalece las relaciones de Netflix con bancos globales, que ven en este tipo de acuerdos oportunidades para futuros mandatos financieros.
Si bien la noticia marca un hito en la historia del streaming y la industria cinematográfica, naturalmente, también genera inquietudes en cuanto a la carga financiera y la supervisión regulatoria. Netflix ha acordado pagar una penalización de 5.800 millones de dólares (en torno a 5.000 millones de euros al cambio) si el acuerdo no recibe la aprobación regulatoria o falla por alguna razón, y se espera que la transacción se cierre en un plazo de 12 a 18 meses.
