Publicado: diciembre 19, 2025, 6:26 am
Elon Musk está vendiendo a los inversores un futuro de coches sin conductor, asistentes robóticos y vida en Marte. El problema para los inversores es que solo hay una forma de comprar esa visión y es a través de las acciones de Tesla. Los títulos del fabricante de vehículos eléctricos han repuntado más de un 4% este jueves, hasta los 489 dólares por acción, después de marcar su primer récord anual el pasado martes. Desde los mínimos del pasado 8 de abril, en el punto álgido de pánico bursátil por los aranceles decretados desde la Casa Blanca, la acción se ha disparado casi un 120%, situándose entre los 20 valores con mejor comportamiento del índice S&P 500.
El ‘rally’ evidencia la fe de Wall Street en las ambiciones de inteligencia artificial de Musk, especialmente cuando el negocio principal de automóviles de Tesla atraviesa por dificultades. Pero también ha hecho que las acciones de Tesla sean extremadamente caras. A 214 veces los beneficios previstos para los próximos 12 meses, la acción tiene la segunda valoración más alta del S&P 500, solo por detrás de Warner Bros Discovery y muy por delante del número tres, Palantir Technologies, otro valor de alto vuelo que cotiza a 178 veces los beneficios futuros al cierre del miércoles.
«La valoración no tiene ningún sentido», sostiene Vikram Rai, gestor de carteras y operador macro en First New York, que vendió su posición en Tesla a principios de este año tras el muy público enfrentamiento entre Musk y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en redes sociales. Con SpaceX posiblemente saliendo a bolsa el próximo año, los operadores bursátiles que buscan «exposición a Musk» puede que encuentren pronto una manera de obtenerla. La compañía de exploración espacial está planeando una venta de acciones entre insiders que la valoraría en 800.000 millones de dólares, convirtiéndola en la empresa privada más valiosa del mundo. Su oferta pública inicial sería la mayor de la historia.
«Una salida a bolsa de SpaceX podría generar cierta presión vendedora sobre las acciones de Tesla», argumenta Dmitry Shlyapnikov, analista de Horizon Investments que trabaja con gestores de carteras. «Hay inversores que poseen Tesla por la exposición a las ideas de Elon y no por la empresa automovilística asociada al ticker», agrega. Pero también existe otra corriente de pensamiento que respalda que una salida a bolsa de Space X pondría al magnate estadounidense en el foco, dando a Tesla otro impulso, al menos en el corto plazo.
«Históricamente, cuando una de las empresas de Musk alcanza un hito importante, tiende a elevar el sentimiento hacia las otras», dijo Adam Sarhan, director ejecutivo de 50 Park Investments, quien añade que «una salida a bolsa del perfil de SpaceX podría atraer una nueva ola de inversores seducidos por su historia de innovación, y ese entusiasmo suele trasladarse a Tesla». Por ahora, el precio de la acción de Tesla se está beneficiando del hype en torno a SpaceX, según el analista de Bloomberg Intelligence Steve Man.
Las misiones de ambas compañías están interconectadas, afirmó, describiendo un futuro en el que los robots Optimus de Tesla ayudan a la ambición de Musk de colonizar Marte, y el sistema de satélites Starlink de SpaceX refuerza la conectividad de los vehículos en la Tierra. Las empresas también comparten valoraciones elevadas. Pero los escépticos de Tesla cuestionan si los fundamentales de la compañía pueden sostener esas cifras en el tiempo. Sus ventas se están desacelerando y los beneficios están cayendo, mientras aumentan las regulaciones y los consumidores gastan menos en coches. «Si has estado largo en acciones de Tesla, has ganado dinero, no hay duda», expresa Thomas Thornton, fundador de Hedge Fund Telemetry, que tiene una pequeña posición corta en Tesla.
Los optimistas, por el contrario, ven las perspectivas de crecimiento de Tesla como oportunidades en la conducción autónoma y los robotaxis. El objetivo de Musk es transformar Tesla de un fabricante de automóviles en una empresa de inteligencia artificial y robótica. El empresario ha admitido recientemente que el 80% de los beneficios de la empresa acabarán procediendo de los robots.
«Creemos que los beneficios de Tesla van a crecer entre un 30% y un 35% en los próximos dos o tres años basándose en la innovación que tienen en el segmento automotriz», especifica Brian Mulberry, gestor de carteras para clientes en Zacks Investment Management, que posee acciones de la compañía. Si Musk logra eso, la valoración bursátil de Tesla tendría más sentido. Si no lo logra, ahí es donde entra SpaceX. Los títulos cotizados de SpaceX darían a los inversores la oportunidad de poseer una parte de la visión de Musk sin el lastre de Tesla.
La realidad para los inversores es que Tesla es la única manera de apostar por la visión de Musk. Sin embargo, el riesgo es la valoración de la acción, que comienza a acercarse a un territorio peligroso. A nivel técnico, las acciones estuvieron cerca de considerarse sobrevaloradas a principios de esta semana. La última vez que alcanzaron ese nivel, a principios de octubre, la cotización se desplomó alrededor de un 10% en siete sesiones. «Probablemente esté lista para un periodo de cierto enfriamiento después de haber alcanzado ese máximo histórico», dijo Mulberry.
Pero para los defensores de Musk a largo plazo, la valoración puede ser una preocupación. En los próximos años, sin embargo, muchos ven a Tesla como una compra independientemente del precio, posiblemente incluso más que SpaceX. «Creo firmemente que en algún momento habrá una misión comercial a Marte, pero probablemente no en mi vida», enfatizó Mulberry, que tiene 51 años. «¿Significa eso que quiera invertir en esa acción hoy? Tendrías que tener una visión muy a largo plazo, mientras que el impacto de los robotaxis y los robots probablemente se pueda ver en los próximos tres a cinco años», subraya.
