Publicado: mayo 3, 2025, 4:00 pm
Todo empezó a mediodÃa del lunes 28 de abril. A las 12:33 horas exactamente, una caÃda eléctrica repentina dejó sin suministro a buena parte del paÃs. Lo que parecÃa una interrupción puntual se convirtió en cuestión de minutos en uno de los mayores apagones digitales que ha vivido España.
No solo falló la luz. También lo hizo lo que damos por hecho cada dÃa: las llamadas, los datos, los pagos con tarjeta, incluso los semáforos. Las redes móviles —especialmente el 4G y el 5G— colapsaron o directamente desaparecieron de la pantalla de muchos móviles. De pronto, millones de personas no podÃan llamar, ni enviar un mensaje de WhatsApp, ni mirar TikTok. Mucho drama.
Y justo entonces, alguien sacó del cajón un viejo Nokia. Lo encendió. HabÃa cobertura. Probó a hacer una llamada. Funcionó. En mitad del apagón, cuando casi nada respondÃa, los móviles 2G seguÃan operativos. Esos teléfonos con teclado, sin apps y sin WiFi que muchos creÃan enterrados por la historia, fueron los únicos que sobrevivieron. Pero no es cosa de magia y detrás hay una explicación técnica.
¿Por qué funcionaron los móviles 2G durante el apagón?
La clave está en la tecnologÃa. Los móviles 2G operan sobre la red GSM, una infraestructura mucho más simple, eficiente y poco exigente energéticamente. No necesitan Internet ni servicios digitales avanzados. Solo una antena activa.
A diferencia del 4G y 5G, que requieren conexiones de datos, servidores, cloud y otras capas intermedias, la 2G prioriza la voz y los SMS. En zonas donde cayeron los repetidores modernos, algunas antenas 2G siguieron funcionando porque consumen menos y porque, además, estaban menos saturadas al tener menor demanda —pocos se conectan a ellas—.
Precisamente por eso, porque casi nadie usa ya móviles de este tipo, la red no se colapsó. Para quienes aún conservaban un teléfono básico o lo tenÃan como móvil de repuesto, fue una herramienta de emergencia que marcó la diferencia.
En España, el 2G aún vive (y por una razón)
Mientras las principales operadoras españolas ya han comenzado el proceso de apagado progresivo del 3G, con el objetivo de liberar el espectro que ocupa esta tecnologÃa intermedia para reforzar el 4G y el 5G, el 2G de momento, no se toca.
No en todos los lugares es asÃ. Según Rest of World, más de 60 paÃses están cerrando sus redes 2G para liberar espectro y centrarse en el negocio de la conectividad 4G y 5G. El problema es que eso puede dejar atrás a millones de personas.
En Vietnam, el cierre se hizo con estrategia: se ofrecieron móviles 4G gratuitos a familias sin recursos, reduciendo el número de usuarios 2G de 18 millones a 143.000 en un año. Pero en otros paÃses, como India o Sudáfrica, el apagado se ha retrasado porque millones de personas aún dependen de móviles básicos.
Aunque muchas operadoras del mundo ya han apagado sus redes 2G, en España aún están activas. No por nostalgia, sino por necesidad. Se mantienen para sistemas de alarmas, ascensores, dispositivos industriales y, en menor medida, para teléfonos diseñados para personas mayores, que priorizan llamadas y botones grandes frente a pantallas táctiles.
Este mantenimiento tiene un coste para las operadoras, pero también un valor estratégico. Lo que ocurrió el 28 de abril es una prueba real: sin red 2G, el apagón habrÃa sido aún peor. La tecnologÃa ‘obsoleta’ resultó ser el plan B que nadie habÃa pedido… pero que todos necesitábamos.