Publicado: diciembre 5, 2025, 3:00 am
El Aeropuerto de Perth (Australia) ha confiado a la joint venture armada por CPB Contractors, filial de ACS, y BMD Group un paquete de obras valorado en 1.000 millones de dólares australianos (en torno a 567 millones de euros al cambio actual) para dar forma a su tercera pista. El grupo que preside Florentino Pérez vuelve a escena después de completar la venta del 50% del negocio de transportes de su filial australiana UGL a la japonesa Sojitz por cerca de 500 millones de dólares australianos (283 millones de euros).
La compañía que opera al abrigo de Cimic, la filial puntera de ACS en Australia, repite así el tándem con la constructora local que le ha posicionado con éxito en grandes proyectos de la región durante los últimos años. Un mes atrás, precisamente, ambas firmas se aliaron con Gergiu para hacerse con la mejora del corredor vial Gateway to Bruce, al norte de Brisbane (Australia), a cambio de 950 millones de dólares australianos (unos 540 millones de euros).
El proyecto que ahora incorporan a su cartera bajo la empresa conjunta Skyway contempla la construcción de una nueva pista de 3.000 metros de longitud y 45 metros de ancho, acompañada de un amplio ramillete de obras complementarias. Entre los trabajos previstos figura la preparación del terreno, la reubicación de servicios existentes, la mejora de accesos y seguridad, la instalación de iluminación y señalización aeroportuaria, así como trabajos de drenaje y paisajismo. En conjunto, estas actuaciones permitirán habilitar la tercera pista del aeropuerto en un plazo estimado de tres años.
La nueva pista se enmarca en el mayor programa de inversiones que se ha puesto en marcha sobre esta infraestructura, con 5.000 millones de dólares australianos (cerca de 2.840 millones de euros) destinados a modernizar y ampliar el aeropuerto. La inversión, desbloqueada el año pasado, incluye la nueva pista paralela, nuevas terminales, dos aparcamientos de varios pisos con obras viales asociadas, una modernización de la Terminal 2 y el primer hotel del aeropuerto.
Esta ambición, naturalmente, ha atraído el interés de constructoras españolas como la mencionada ACS o Ferrovial, consolidadas entre las referencias de la infraestructura australiana. La segunda, según informó elEconomista el pasado abril, llegó a presentar una oferta a los fondos australianos que controlan el operador de la infraestructura tras conocer la potencial inversión proyectada sobre el aeropuerto.
El programa millonario de obras nació con la necesidad de atender el crecimiento vertiginoso que está experimentado el aeropuerto. Muestra de ello es su último ejercicio fiscal 2025 (de julio de 2024 a julio de 2025), en el que ha pulverizado su récord de pasajeros con 17.5 millones de personas transitando por sus terminales, un 8,5% por encima de los niveles del año anterior. Estos datos le sitúan entre los cuatro aeropuertos más grandes del país y se asemejan a los registros alcanzados por aeródromos españoles como el de Alicante-Elche (18,3 millones en 2024) y el de Gran Canaria (15,2 millones en 2024), quinto y sexto más grandes, por pasajeros, de España.
En este escenario, la hoja de ruta trazada por los administradores del aeropuerto apunta a duplicar su tráfico de pasajeros hasta alcanzar los 30 millones de usuarios al año dentro de dos décadas. De cumplir sus estimaciones, el aeropuerto calcula una generación de 75.400 empleos y una contribución de 17.000 millones de dólares australianos (casi 9.700 millones de euros) cada año a la economía de Australia Occidental.
