Publicado: noviembre 25, 2025, 1:50 pm
España tiene una economía resiliente, pero que mantiene viejos vicios y problemas estructurales que todavía no ha resuelto. Así lo señala el informe del Semestre Europeo, publicado este martes por la Comisión Europea, que aborda por ejemplo la escasez de vivienda como uno de los grandes debe del país, así como la baja productividad o una desigualdad social que se ha hecho perenne en los últimos tiempos. Bruselas reconoce los avances en tiempos complicados, pero avisa también de los elevados datos de déficit y deuda, así como del hecho de mantener una tasa de paro de las más altas de la UE pese a las reducciones que se han ido dando sobre todo después de la pandemia.
Además, Bruselas señala que el Gobierno va a aumentar el gasto público por encima de lo comprometido en 2026, por lo que estaría en riesgo de incumplir las reglas fiscales de la UE, y de hecho se queda muy cerca de recibir un aviso formal. Así, la Comisión Europea pide «tomar las medidas necesarias en su procedimiento presupuestario nacional para asegurar que la política fiscal del año que viene está en línea con las recomendaciones» que se han hecho en el informe. En ese contexto, cabe recordar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha presentado un proyecto de Presupuestos Generales, por lo que no hay nuevos datos disponibles en los que la Comisión pueda basar una opinión más completa.
El foco de Bruselas se pone sobre todo en la parte fiscal, y avisa de que en España los niveles de deuda y déficit siguen siendo muy elevados y esto choca además con una población cada vez más envejecida. El gasto en pensiones y sanidad aumentará de forma significativa en las próximas décadas, comprometiendo la sostenibilidad presupuestaria si no se avanza en la eficiencia del gasto y en una mayor capacidad recaudatoria, advierte el Ejecutivo comunitario. En este sentido, dicen, el sistema tributario presenta brechas importantes, especialmente en imposición al consumo y en la lucha contra el fraude, lo que limita su capacidad redistributiva.
En el terreno del mercado laboral, el informe hace hincapié en la elevada tasa de desempleo coexiste con importantes desajustes de capacidades, sobrecualificación y escasez de mano de obra en sectores clave. Las reformas, en este y otros campos, se están dando a un ritmo que no es tan alto como el que se exige en este momento para España y para el conjunto de la UE.
Por otro lado, la vivienda sigue siendo el elefante en la habitación en el caso español. Según la Comisión Europea, la escasez de vivienda asequible y un déficit estimado de 600.000 unidades agravan las dificultades para jóvenes y familias vulnerables, mientras el parque de vivienda social permanece muy por debajo de los estándares europeos. Otro de los avisos más relevantes tiene que ver con las brechas sociales, puesto que el análisis de Bruselas refleja que la pobreza y la desigualdad continúan elevadas, especialmente entre niños, y las transferencias sociales muestran una eficacia reducida. A ello se suman los riesgos derivados de la transición ecológica: una fuerte dependencia de materias primas críticas, retrasos en economía circular, riesgo importante de sequía en algunas zonas y alta exposición a riesgos climáticos, concluyen.
En este contexto, los fondos de recuperación siguen siendo el gran aval para que España tome impulso. La Comisión recuerda que equivalen a más del 13% del PIB y pretenden impulsar reformas estructurales en productividad, transición verde, digitalización y cohesión social. Sin embargo, explica el documento, la ejecución afronta serios cuellos de botella: solo un 30% de los hitos se han cumplido a mediados de 2025, la capacidad de absorción es limitada y la fragmentación administrativa entre niveles de gobierno ralentiza la llegada de los recursos a empresas y ciudadanos. Aunque se han logrado avances en renovables, reducción de la temporalidad y reformas fiscales y verdes, persisten retrasos en ámbitos como justicia, innovación, vivienda y gestión del agua.
La conclusión es clara, España crece, pero no como debería. El mercado laboral sigue siendo frágil y la productividad baja, lo que se suma a las desigualdades sociales que no se corrigen; el Gobierno ha conseguido en los últimos tiempos importantes avances, pero se ha olvidado de resolver problemas estructurales que solo se podrán paliar, termina la Comisión Europea, con un uso efectivo de los fondos.
«Estamos situando la competitividad de Europa en el centro de nuestra agenda, en consonancia con la Brújula de la Competitividad. En un entorno mundial difícil, Europa debe generar su propio impulso de crecimiento impulsando la productividad, fomentando la innovación y eliminando los obstáculos a la inversión«, ha explicado en rueda de prensa el comisario de Economía, Vladis Dombrovskis, para quien ha llegado el momento «de liberar todo el potencial de crecimiento de Europa y garantizar la prosperidad a largo plazo».
