Publicado: noviembre 20, 2025, 3:13 am
Aún creo que puedo oír cuando se acerca el final de año aquello de «en estas Navidades, turrón de chocolate; en estas navidades, turrón de Suchard». Y es que hay cosas que por mucho que cambie el mundo siempre perduran en nuestras costumbres. Porque para los amantes del turrón de chocolate no hay otro como el de Suchard.
Gracias a su sabor inigualable, para este producto no había crisis económica que le pudiese hacer frente ni marca blanca que fuese capaz de restarle clientes. No cabía la duda: entre el turrón de chocolate de Suchard o cualquier otro, siempre Suchard, costase lo que costase. Era casi un sacrilegio pensar lo contrario.
Sin embargo, en los últimos años, muchos consumidores han mostrado su malestar por el importante aumento de precio que ha sufrido este manjar navideño, que casi ha duplicado su coste. Según un reciente estudio llevado a cabo por la compañía española FITstore, en los últimos cinco años su precio ha subido un 88%, mientras que la cantidad de producto que ofrece se ha reducido un 11,5%, en un claro caso de reduflación.
Esta práctica consiste en reducir el tamaño o cantidad de un producto manteniendo o incluso elevando su precio. Ese proceder, no obstante, es legal siempre que se informe en el envase del nuevo volumen de producto que se pone a la venta. En el caso de Suchard se informa con claridad en el envase del nuevo peso del producto, que en 2023 pasó de 260 a 230 gramos, lo que supone una reducción de hasta 30 gramos. Su precio, por otra parte, se ha trasladado de los 2,99 euros que costaba en 2020 a los actuales 4,99 euros.
Javier Cuervo, profesor de ADE en UNIE Universidad, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, explicó a este medio que «el problema es que muchos compradores no detectan estos cambios de inmediato, ya que los nuevos tamaños no siempre se comunican claramente en el etiquetado» y que esa falta de transparencia provoca que «los consumidores se sientan engañados». «La reduflación, si no se comunica adecuadamente, puede erosionar la relación entre las marcas y los consumidores a largo plazo, dañando la confianza en un contexto económico ya complicado», advirtió.
«Reducir el gramaje para esconder subidas de precio se ha convertido en un recurso habitual, y no es casualidad», explica Luis Cañada, CEO de FITstore. «Con una inflación persistente, materias primas más caras y costes operativos en aumento, muchos fabricantes recurren a la reduflación como fórmula discreta para encarecer sus productos sin elevar el precio final de forma evidente».
De entre las causas que expone Cañada para explicar la reduflación en el turrón de chocolate Suchard, la más determinante quizá sea el incremento de precio que ha experimentado en los últimos años el cacao fruto de la escasez de las cosechas. Aunque en 2025 su coste ha bajado más de un 50%, entre principios de 2023 y finales de 2024, el cacao alcanzó su máximo histórico: tocó los 12.565 dólares por tonelada en la Bolsa de Nueva York, disparando así los precios un 380%.
Fuentes de Mondelez International, propietaria de Suchard, han querido precisar a este medio que «la evolución del precio del turrón está directamente relacionada con el incremento real de los costes industriales de los últimos años, especialmente los derivados del cacao» y que «este aumento ha sido progresivo, no un fenómeno puntual ni abrupto de un año para otro». Además, han recordado que «los fabricantes no fijamos el precio de venta al público». «Nuestro papel se limita a definir un precio recomendado para mayoristas, mientras que el PVP lo decide cada punto de venta de forma independiente, según su estrategia comercial, promociones o márgenes propios».
El estudio de FITstore se ha hecho popular en las redes sociales, cuyos usuarios no han tardado en opinar sobre este asunto. «Cómo ha adelgazado el turrón Suchard, ya casi es una chocolatina», ha bromeado la cuenta en X (antes Twitter) Yo fui a EGB de Javier Ikaz y Jorge Díaz. Otros usuarios, sin embargo, se han mostrado más duros. «Antes compraba dos tabletas para la familia; ahora me conformo con una y me sale más cara”, cuenta María. «Pronto vamos a comprar turrón al corte, como si fuera jamón serrano», ironizan otros.
El Gobierno obligará a las empresas a avisar
Tal y como informó Elena Omedes, el Gobierno tiene previsto regular la reduflación en la nueva Ley de Consumo Sostenible para «garantizar que las personas consumidoras reciben una información sobre precios y cantidades de los productos puestos a la venta».
Para ello, el departamento que dirige Pablo Bustinduy obligará a las empresas a avisar «de forma clara y comprensible» cuando reduzcan la cantidad o el número de unidades incluidas en un paquete sin bajar el precio y manteniendo el mismo diseño en su envase o empaquetado.
Consumo considerará que se ha cumplido la legalidad cuando se indique «de forma legible y visible» que, efectivamente, hay una cantidad envasada inferior o menos productos empaquetados, así como el aumento de precio derivado de esa reducción. Las empresas dispondrán de un plazo de máximo 90 días desde la primera comercialización para indicar las nuevas características del producto comercializado.
