Publicado: agosto 20, 2025, 4:00 pm
Una de las cosas imprescindibles cuando empleamos los baños públicos es lavarnos las manos después, un gesto sencillo que puede reducir el riesgo de contagio y desarrollo de algunas enfermedades. Un gesto que conviene repetir tantas veces como sea necesario al día, tal y como quedó demostrado en España y el mundo entero tras la pandemia.
No obstante, por muchos beneficios que podamos obtener por lavarnos las manos, puede que los perdamos todos si empleamos un secador de manos una vez finalizado el proceso, tal y como señala la biotecnología Lucía Almagro a través de sus redes sociales, que emplea para compartir parte de sus conocimientos y dar algunos tips, como este.
El riesgo de emplear secadores de mano
A través de un vídeo, Lucía Almagro explica los motivos por lo que emplear determinados secadores de manos no es la mejor opción si lo que queremos es protegernos ante determinadas enfermedades o evitar contagios, también si buscamos tener las manos lo más limpias posibles.
En contra de lo que pueda parecer, aquellos que secan las manos empleando aire caliente son los menos recomendados, “existe evidencia científica que explica que son capaces de absorber las bacterias que hay en el entorno del baño, acumularlas en su interior y luego liberarlas por el chorro de aire, lo que se traduce en que, recién lavadas tus manos, se vuelven a contaminar de bacterias”, explica mientras muestra a qué secadores de mano se refiere.
Porque si hablamos de secadores de manos que emplean el aire hay algunos que funcionan como una suerte de secador, que son los que se podrían denominar como los de ‘toda la vida’, pero también hay otros más actuales, esos que nos invitan a colocar nuestras manos entre dos chorros de aire. Estos son todavía menos recomendables, “según los estudios son los que más contaminación producen, además de acumular bacterias, también acumulan humedad, un medio perfecto para que ellas puedan crecer”.
Estas son afirmaciones que ha querido señalar acompañándose de evidencia científica, aunque, tal y como ella misma reconoce, “es algo escasa porque no es algo de vida o muerte, evidentemente”. No obstante, existen algunos estudios que avalan esto que ella señala, “Un estudio de la Universidad de Connecticut encontró que los secadores de aire caliente pueden depositar hasta 254 colonias bacterianas en solo 30 segundos de uso, mientras que el aire del baño sin el secador encendido apenas mostraba crecimiento bacteriano”.
La mejor solución para secarse las manos
Que estos secadores de aire no sean la mejor de las opciones no quiere decir que tengamos que evitar lavaros las manos tras usar el baño público, ni mucho menos. De hecho, Lucía recomienda usar las toallas de papel. “Son las que han demostrado que más bacterias arrastran y mejor absorben la humedad”.
Además, estas toallas tienen un factor extra que juega a su favor, y es que podemos usarlas para abrir la puerta antes de salir, evitando de este modo tocar el picaporte, que no suele estar especialmente limpio. No en todos los aseos públicos existe la posibilidad de escoger la forma más saludable de secarse las manos, por lo que en caso de que solo haya este tipo de secadores, ella recomienda dejar que las mano se sequen solas al aire.
Referencias
Del Carmen Huesca-Espitia, L., Aslanzadeh, J., Feinn, R., Joseph, G., Murray, T. S., & Setlow, P. (2018). Deposition of Bacteria and Bacterial Spores by Bathroom Hot-Air Hand Dryers. Applied And Environmental Microbiology, 84(8). https://doi.org/10.1128/aem.00044-18