Publicado: agosto 8, 2025, 3:31 am
La soledad en la adolescencia, o en cualquier etapa de la vida, es un estado de aislamiento que, cuando no es elegido, se considera una emoción secundaria que proviene de la tristeza, que sería la emoción primaria; así la define Irene Ampuero López, psicóloga general sanitaria especializada en terapia infanto-juvenil y adultos. “Es decir, sentimos soledad cuando percibimos que no tenemos vínculos con los demás, y eso nos genera esa sensación de desconexión. En ese caso, la función de esa emoción es informarnos de que necesitamos vincularnos, que necesitamos conexión”. Ahora bien, la soledad también puede ser una elección personal. Hay personas que buscan esos momentos de aislamiento de manera voluntaria, para escucharse, disfrutar de su propia compañía o hacer cosas que les gustan, según prosigue Ampuero: “En estos casos, no está relacionada con la tristeza, sino más bien con la alegría, porque ese tiempo en soledad aporta a la persona bienestar”.