Publicado: junio 23, 2025, 9:27 am
Esta semana tendrá lugar en Venecia una de las bodas del año. Sin lugar a dudas, una de las que reunirá en un menor número de metros cuadrados a algunas de las personas más ricas del planeta. Y lo harán, además, en una ciudad que de un tiempo a esta parte está cada vez más en contra del turismo masificado y de los grandes despliegues de medios de los más poderosos del mundo, que viven Venecia como una experiencia sin tener en cuenta sus habitantes, asomándose por la ciudad italiana haciendo de ella casi un teatro en el que ellos son los protagonistas, como si no fuera con ellos el cambio climático que les afecta a los vecinos de primera mano.
Ese es el germen de la discordia entre la capital del Véneto y el fundador de Amazon, Jeff Bezos, cuyas segundas nupcias, con Lauren Sánchez, tendrán lugar en el norte de Italia. Y tales han sido los preparativos, con varios días de antelación para que todo salga perfecto… Que la celebración ha tenido que suspenderse. Con todos los gastos que ello supone. Porque si el enlace estaba previsto en un primer momento para tener lugar entre este martes 24 de junio y hasta el jueves 26, ahora las fechas que hay marcas en el calendario son del 26 al 28.
Aunque el resto de festejos siguen adelante los días que estaban previstos, todavía podrían cambiarse de nuevo la fecha de la boda como tal. ¿La razón? Las protestas ciudadanas, por los venecianos y los activistas por la lucha por el medio ambiente han convertido su ciudad en un campo de batalla contra el multimillonario, al que acusan de utilizar Venecia a su antojo y sin miramientos, convirtiéndola, con su «arrogancia», en un «escaparate de lujo».
«Ci butteremo nei canali se necessario» («Os tiraremos a los canales si es necesario») o «No space for Bezos» («No hay lugar para Bezos», utilizando la palabra «space», «espacio», en su doble acepción cósmica, por la carrera espacial que mantiene con Elon Musk) son algunos de los lemas de los vecinos —el segundo además ha dado nombre al movimiento—, que también se están enfrentando al gobierno municipal, quien ha tratado de vender la boda del empresario estadounidense como una enorme fuente de riqueza para la ciudad, ya que medios transalpinos como Il Corriere della Sera o Il Giornale cifran el enlace entre 10 y 30 millones de euros.
Un argumento que no ha convencido a quienes protestan, que han colocado sus consignas y pancartas en lugares emblemáticos como el Puente de Rialto en el Gran Canal o en el Campanile de San Marcos. Todo, con la intención de que los vean —ya se pueden ver varios superyates por la ciudad— el tropel de estrellas y celebrities que están invitados al enlace: Katy Perry, Lady Gaga, Ivanka Trump o alguien tan concienciado con el cambio climático como Leonardo DiCaprio.
Nada escapa a la molestia de los venecianos, desde los cacareados 28 cambios de vestuario que tiene previstos Sánchez hasta que se den el «Sí, quiero» en un lugar tan emblemático como la basílica de San Giorgio Maggiore, en la isla homónima o el rumoreado uso de otros emblemas de Venecia, como el Palazzo Pisani Moretta, para cenas privadas. Amén, claro, de la ocupación de grandes hoteles de lujo como el Hotel Aman, el St. Regis, Il Gritti o Il Daniel, como destacan desde Vanitatis.
El origen de las protestas
El movimiento No Space For Bezos tiene su origen en el centro social Laboratorio Morion, pero si ha ganado relevancia ha sido por la anexión numerosa de otras asociaciones de la ciudad, como la Asamblea Social por la Vivienda, Adl Cobas —la cual además está envuelta en u conflicto por las condiciones laborales en Amazon—, Extinction Rebellion, el grupo No Grandi Navi, colectivos estudiantiles y varios comités antiturismo.
Por ahora no cesan de organizar acciones, con el día 28 como momento álgido, con un acto en la Scuola Grande della Misericordia, tras otro la jornada anterior en la Fundación Cini. Pero lo más radical es que buscan torpedear la celebración de la boda por cualquier medio: a pie, a nado, con trajes de buzo o utilizando medios acuáticos como colchonetas hinchables o flotadores con forma de patos, cisnes o flamencos o, incluso, señuelos de gaviotas.
El objetivo claro es «impedir el acceso de los invitados de Jeff Bezos» a la boda, explica uno de los portavoces, Tommaso Cacciari, tal y como recoge Vanity Fair, y lanzar un mensaje al mundo: si están contra del actual modelo económico y social es, entre otras cosas, por estar convirtiendo Venecia en un parque de atracciones exclusivo para ricos.
La respuesta de los organizadores de la boda
Situada en Londres, es la empresa Lanza & Baucina, especializada en eventos de lujo y comandada por tres aristócratas, el príncipe Antonio Licata di Baucina y sus primos, los condes Riccardo y Aleramo Lanza, la encargada de organizar la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez. En un intento por calmar las aguas, han decidido emitir un comunicado explicando los motivos por los que no consideran que el enlace del multimillonario sea nada parecido a una «privatización» de la capital del Véneto.
«Como organizadores de eventos que llevamos más de 24 años trabajando en Venecia, nos sentimos obligados a aclarar ciertas cosas, dadas las desinformaciones, noticias falsas y malentendidos que están circulando», comienzan explicando, dando a conocer que «las instrucciones» de su cliente fueron desde el principio «muy claras»: «Minimizar el impacto del evento para la ciudad, respetar a sus residentes e instituciones y emplear trabajadores locales siempre que sea posible».
La empresa, que rechaza la idea vertida según ellos a través de rumores de que se trata de «una ‘toma’ de la ciudad», puntualiza: «Las habladurías son completamente falsas y diametralmente opuestas a nuestros objetivos y a la realidad». Para ejemplificarlo, dan un dato que se había extendido: «Jamás se han reservado un número exagerado de taxis acuáticos o góndolas, solo que la cifra reservada es proporcional al número de invitados».
«Siempre hemos tenido en cuenta el debate y las críticas que existen sobre al futuro de la ciudad, y en todo momento nuestro cliente ha tenido el honor de apoyar a la ciudad y a su importantísima laguna a través de organizaciones sin ánimo de lucro y otros proyectos asociados», recuerdan finalmente. Sin embargo, las aguas siguen turbulentas y habrá que esperar para saber cómo se celebra la gran boda del año.