Publicado: junio 5, 2025, 3:02 am
La Guayana Francesa es una región y departamento de ultramar de Francia, entre Brasil y Surinam, que, como nuestras Islas Canarias, forma parte de la Unión Europea como región ultraperiférica. Allí se encuentra la Isla del Diablo, famosa por aquella infame prisión que funcionó hasta 1938. El relevo de aquella lo va a tomar Saint-Laurent-du-Maroni. El Gobierno francés quiere construir allí, en el Amazonas, una prisión en plena ruta de la cocaína.
Fue el pasado 17 de mayo cuando el ministro de Justicia de Francia, Gérald Darmanin, anunció la apertura de una prisión de alta seguridad en Saint-Laurent-du-Maroni, destinada a narcotraficantes e «islamistas». Su construcción ya estaba prevista en los Acuerdos de la Guayana Francesa de 2017, que sucedieron a la huelga general que tuvo lugar en protesta por los elevados índices de pobreza y desigualdad de este lejano trozo de Francia (a 7.000 km de París).
En el corazón de la selva amazónica, la comuna de Saint-Laurent tiene unos 40.000 habitantes. La prisión tendrá capacidad para 500 reclusos y será uno de los edificios que conformarán un complejo que será accesible por carretera y donde habrá también un juzgado. Según Darmanin, la cárcel quiere «poner fuera de combate a los narcotraficantes más peligrosos» y a los islamistas radicales.
El coste del proyecto es de 400 millones de euros y su apertura está prevista para 2028. La novedad radica en que contará con una unidad de alta seguridad, compuesta por 60 plazas para narcotraficantes y otras 15 para islamistas o personas radicalizadas, según las explicaciones del Ministerio de Justicia.
«He decidido establecer la tercera prisión de máxima seguridad de Francia en la Guayana Francesa. Sesenta plazas, un régimen penitenciario extremadamente estricto y un solo objetivo: poner a salvo a los narcotraficantes más peligrosos», declaró el ministro en su visita a la región en mayo pasado, según recoge France Guyane.
La región francesa con más delincuencia y homicidios
Según Darmanin, la construcción de la nueva prisión se decidió en 2017, a petición de numerosos funcionarios, «ya que las condiciones de vida de los reclusos en la prisión de Cayena son insoportables y ponen en peligro a los funcionarios». La otra prisión del departamento es la de Remire-Montjoly, que sufre un serio problema de hacinamiento. Su capacidad se ha visto superada y su ocupación es hoy del 165%.
El último abogado que ejercía en Saint-Laurent abandonó la ciudad hace tres meses, detalla el medio francoguayanés. Entonces, el presidente del Colegio de Abogados de la Guayana Francesa declaró: «Corremos el riesgo de que surja de la nada un complejo judicial sin nada que lo gestione. Necesitamos abogados, pero también jueces».
La Guayana Francesa es el departamento con mayor incidencia delictiva de la República en proporción a su población. En 2023, registró una cifra récord de homicidios, con 20,6 muertes por cada 100.000 habitantes, cuando la media nacional se situaba en 1,5 por 100.000. De aquí parte hasta el 30% de la cocaína que se consume Francia, según France24.
Saint-Laurent-du-Maroni es un cruce estratégico para las mulas de la droga, especialmente de Brasil. Estas personas intentan a diario volar al parisino aeropuerto de Orly desde el vecino Surinam, y lo hacen transportando cocaína en su equipaje o en el estómago. También aquí está el antiguo puerto de entrada a la colonia penal donde desembarcaron convictos de la Francia continental entre 1850 y 1938.
Parte de Francia, pero ¿abandonados?
La Guayana Francesa se ubica en la costa norte de América del Sur, limitando al norte con el océano Atlántico. Su población se ha multiplicado por 11 desde 1950 gracias a una elevada tasa de natalidad y a una fuerte inmigración sudamericana y caribeña. Hoy se estima que aquí viven algo más de 300.000 personas (dato de 2023).
Es el único territorio de las Guayanas y de la América del Sur continental que ha elegido su integración completa en Francia. Es decir, es parte integral del país cuya república preside Emmanuel Macron. Sin embargo, hay resistencia a la dependencia del país europeo. Muchos se consideran abandonados por París y en 2017 hubo protestas, que derivaron en una huelga general.
En ese contexto, el proyecto de una nueva cárcel de máxima seguridad ha generado polémica entre los habitantes de este departamento francés de ultramar. La Colectividad Territorial de Guyana lo rechaza y lo describe como una «réplica de muy mal gusto» de un sistema penal que recuerda a otro momento histórico.
Los abogados franceses tampoco ven con buenos ojos la nueva prisión. El Consejo Nacional de Abogados de Francia (CNB) considera el proyecto estigmatizador para las poblaciones de ultramar. «Asociar la Guayana Francesa con el confinamiento de las personas más peligrosas alimenta una narrativa peligrosa, reavivando recuerdos dolorosos de la colonia penal», denuncia el organismo.
El Consejo Nacional de Abogados también se muestra alarmado por las posibles vulneraciones del derecho a la defensa, en concreto en los casos de traslados de detenidos desde la Francia continental. «La distancia geográfica pondría en peligro el acceso a abogados, tribunales y familias», señala el CNB.
Uno de los principales opositores a la medida es Davy Rimane, diputado francoguayanés de La France Insoumise en la Asamblea Nacional francesa. «El ministro no consultó eso con nadie, ni siquiera con los diputados de Guayana, y por eso hay una fuerte oposición por parte de los políticos guayaneses y la población en general», ha declarado a la BBC. Según Rimane, representa un «retroceso al colonialismo». Opina el diputado que Francia no puede trasladar a sus detenidos de un sitio a otro como si fueran desechos.
A las críticas del parlamentario francoguayanés, el ministro Darmanin ha contestado recordando que ya hay medio centenar narcotraficantes en la Guayana Francesa y las Antillas «que amenazan a funcionarios de prisiones, magistrados, funcionarios electos locales y periodistas, como en los Países Bajos, donde dos periodistas fueron asesinados». Según el titular de Justicia francés, «¡Esto debería preocuparles a todos!».
Otra de las alertas que se lanzaron en relación con el proyecto tiene que ver con las condiciones en las que estarían los reclusos. Guayana Francesa, en la actualidad, vive distintas epidemias y cuenta con pocos recursos médicos para tratar a sus enfermos.
