Publicado: abril 11, 2025, 8:30 am
Después de concluir que el mercado es indispensable tanto en el capitalismo (CPL) como en el comunismo (CMN), Márkus (M), Kis (K) y Bence (B) (MKB) continúan diciendo en How is Critical Economic Theory Possible? (HCETP) que si todas las objeciones anteriores fallan, la concepción de Mx enfrenta otra dificultad. Para ser verificable, la teoría del valor trabajo (TVT) requiere que el tiempo (T) de trabajo socialmente necesario (TSN) pueda ser medido independientemente y que los varios tipos de trabajo invertidos en diferentes bienes puedan compararse en términos de una métrica común. Pero en la economía CPL tal medición independiente no es viable. Por tanto, las conclusiones del Vol.1 podrían calificarse como hipótesis verificables sólo en la medida en que haya un mundo posible en el cual los diferentes tipos de TSN puedan ser medidos y comparados en forma independiente. Según Mx, tal mundo es el CMN, porque el progreso de la mecanización reduciría todo tipo de trabajo especializado a combinaciones de movimientos simples y la medición se haría en términos de unidades de trabajo simple. HCETP, dicen MKB, sostiene que la maqueta del CMN no es viable por dos razones: 1) por que la reducción de todos los trabajos a trabajo simple resultó empírica/históricamente errónea; 2) aun cuando ello fuera posible, el TTSN no sería una métrica apropiada de los costos de producción. Encontramos también que la concepción de necesidades radicales (NR) de Mx, centrada en la pauperización, es errónea, añaden MKB. La evidencia empírica muestra que la pauperización no se movió como Mx esperaba. Pero incluso la pauperización sería un indicador dudoso de la idea de NR, pues no es un factor que habilite a los trabajadores para proponer una sociedad en la que los individuos son libres para controlar sus propias vidas. La pauperización podría empujar a los miserables a rebelarse contra el CPL, pero no los proveería de las herramientas motivacionales e intelectuales necesarias para construir un orden basado en la libertad, igualdad y fraternidad (las aspiraciones de la Ilustración). Encontramos, concluye K, que la concepción sustantiva de la teoría económica crítica (TEC) era muy problemática. Al mismo tiempo encontramos su proyecto general de teoría crítica (TC) atractivo y fructífero. Nos pareció, dice K, que la TC basada en el modelo del Vol. I de EC era indefendible. Por tanto, creímos que cualquier versión prometedora de TC debería abandonarlo. Y como la TVT y de la plusvalía eran inseparables de la de una economía central planificada, sin mercado, basada en el TTSN, concluimos que las dos ideas deberían abandonarse juntas. También encontramos poco prometedora la idea de las NR y su sujeto revolucionario en EC. ¿Qué queda si tantas cosas son insostenibles? Estábamos ante una elección. Podíamos decidir como los fundadores de la Escuela de Fráncfort, preservar la crítica del CPL, pero abandonar los compromisos revolucionarios de la herencia marxista. Escoger esta opción nos habría llevado a abrazar una versión no marxista de la TC. Una segunda versión era buscar nuevas instancias de NR y nuevos agentes movidos por ellas, por un lado, y esbozar un nuevo orden social que sería diferente del diseño marxista del CMN, pero que conllevaría la promesa de ser más justo y solidario que el CPL o el SCL tipo soviético.