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El príncipe Harry y Joaquín de Dinamarca mandan un mensaje a Donald Trump… y a sus respectivas familias

Publicado: febrero 4, 2025, 8:33 am

Si hay algo que tienen en común el príncipe Harry y Joaquín de Dinamarca es que siempre se han sentido ninguneados por sus respectivas familias reales. Y ambos, de hecho, lo han dejado bien claro, ya fuera con palabras o con gestos públicos. En el caso del primero, ni que decir tiene que fueron un terremoto para la monarquía británica no solo sus declaraciones sino, sobre todo, las memorias que escribió, En la sombra, que literalmente se llamaban en su versión original Spare [traducible por ‘Repuesto’]. Para el royal escandinavo, ese ha sido también su sino y su pesar: darse cuenta de que siempre le trataban como al segundo.

En sendos casos, por tanto, han sabido desde pequeños lo que es vivir constantemente por detrás de la gran figura de sus respectivas casas, ya sea el príncipe heredero Guillermo de Inglaterra o el actual monarca Federico X de Dinamarca, y los dos, además, han tomado decisiones muy parejas en sus vidas, trasladándose tanto Harry como Joaquín, con sus respectivas familias, a Estados Unidos a vivir. De ahí que extrañe un poco que hayan tardado tanto en aunar esfuerzos para enviar un mensaje de reivindicación, que además puede leerse de dos formas distintas y con diferentes destinatarios.

Lo harán en los Juegos Invictus, una competición que conformó e impulsó el hijo de Carlos III de Inglaterra y Lady Di para veteranos de guerra, la mayoría de ellos lesionados o heridos en combate, y su reincorporación en la sociedad a través del deporte. Este año, desde el próximo 8 de febrero y hasta el día 16, Joaquín de Dinamarca y su esposa, Marie, se reunirán con Harry y, presumiblemente, con Meghan Markle —su presencia no está confirmada, pero se da por segura— en un sitio, además, que a ambos les toca muy de cerca, sobre todo teniendo en cuenta las actuales políticas internacionales del lugar en el que viven desde que lo preside Donald Trump: Vancouver, en Canadá.

Es bastante obvio que el príncipe danés no forma parte activa de su familia real, distanciado de la corona desde que su madre, la reina emérita Margarita, tomase la decisión de revocarles a los cuatro hijos de Joaquín sus títulos de príncipes y princesas. Aunque más tarde se disculpó con él, no se retractó, y el royal decidió dar un paso al lado y alejarse de la monarquía, no acudiendo ni a las comidas navideñas ni a otros actos importantes, a excepción, aunque acudió solo, a la proclamación de su hermano como soberano.

De hecho, desde febrero de 2023 no acude a un evento como representante de la casa real danesa. De ahí la importancia de que haya sido la Casa Real de Dinamarca la que ha anunciado su presencia en los próximos Juegos Invictus, porque se entiende que acude en representación de su hermano mayor y como invitado de honor. Y lo hace, además, trabajando hoy por hoy como enlace diplomático en la embajada de su país en Washington.

Su labor para Dinamarca, además, es indispensable en estos momentos, pues es el encargado, como «número dos de la misión diplomática de Defensa de la Embajada de Dinamarca», de «informar al ministro danés de Defensa, otras autoridades militares y al ministro danés de Asuntos Exteriores de la posición de Estados Unidos y Canadá respecto a las políticas de defensa y seguridad nacional [danesas]».

Y esa posición, con la actual tensión entre los dos países por la promesa de Trump de anexionarse Groenlandia, territorio danés desde 1814, por sus recursos naturales, que incluso ha hecho que el reino escandinavo cambie su escudo de armas por primera vez en medio siglo, se suma al lugar elegido para los Juegos Invictus, Canadá, otro estado que el nuevo presidente estadounidense ha asegurado que pretende anexionar.

Pero el lugar elegido, además, también tiene otro componente importante para los propios duques de Sussex. Por un lado, fue el primer lugar al que se mudaron después de su salida de Buckingham Palace —de hecho, a la propia Vancouver—, además de que para Meghan Markle significa una etapa muy importante de su vida: allí vivía, por trabajo, rodando la serie Suits, cuando conoció al príncipe Harry, y fue en Toronto donde se les tomó su primera fotografía como pareja.

Además, claro de que es vox populi la animadversión mutua que se profesan los Sussex con Donald Trump. El actual presidente, de hecho, ha llegado a decir, en los primeros compases de su segunda candidatura a la Casa Blanca, que le gustaría deportar al príncipe Harry, y los Sussex no solo se mostraron abiertamente antitrumpistas y partidarios de Joe Biden y de Kamala Harris durante la campaña presidencial, sino que han hecho declaraciones en contra de algunas de las políticas estrella del actual mandatario.

Así que la presencia este mismo febrero de Joaquín y Marie de Dinamarca junto al príncipe Harry y Meghan Markle en Canadá por los Invictus Games tiene una doble lectura que poco a poco se verá cómo afecta a sus relaciones futuras: por un lado, ambos matrimonios le mandan un mensaje claro a las familias reales a las que pertenecen de que todavía son útiles a pesar de haber estado siempre a la sombra de sus hermanos mayores y herederos al trono, así como a Donald Trump y sus promesas electorales sobre territorios extranjeros.

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