Publicado: octubre 1, 2025, 10:07 pm

No lo hizo tras consumarse la primera prórroga presupuestaria en Extremadura y Aragón, y tampoco lo está haciendo ante la amenaza de una segunda. Vox no incluye en su discurso la exigencia de adelantar elecciones si los populares no logran sacar adelante las cuentas para 2026, pese a que sería el segundo año sin Presupuestos en estas autonomías. En ambas, y también a nivel nacional, los de Santiago Abascal responsabilizan al PP de no lograr un consenso con ellos a este respecto, y de las consecuencias que la prórroga de las cuentas pueda provocar en el futuro de la región, pero dejan el adelanto electoral como una decisión en manos de los barones populares, sin exigirlo.
«[María] Guardiola intenta culpar a los grupos de la oposición de la situación de bloqueo», criticó el presidente del grupo parlamentario Vox en la Asamblea de Extremadura, Ángel Pelayo, después de que la presidenta de esta autonomía anunciara que adelantará los comicios si no logra aprobar los Presupuestos. Sin manifestar su grado de acuerdo con esta decisión -«es su prerrogativa [de Guardiola]», se limitó a decir-, Pelayo sí valoró que una convocatoria electoral antes de tiempo reflejaría que «esta ha sido una legislatura absolutamente estéril».
Desde el grupo parlamentario de Vox en Extremadura insisten en su disposición a sentarse con el PP para hablar de Presupuestos, un ofrecimiento que se replica en Aragón. Aunque el presidente de esta comunidad, Jorge Azcón, aún no ha hablado de un posible adelanto de los comicios, su situación es similar a la de Guardiola: tiene las cuentas prorrogadas y depende, en principio, de Vox para las de 2026. Pero los dirigentes de Abascal en esta región tampoco contemplan presionar a Azcón a ir a las urnas. «Nuestra voluntad es alcanzar un acuerdo de Presupuestos», señalan fuentes de la formación a nivel autonómico, que por ahora no contemplan reclamar elecciones.
Ello no quita que en Vox se digan «preparados» para una hipotética llamada a votar en las regiones susceptibles de ello. Y, en consonancia, los de Abascal no parecen dispuestos a rebajar sus exigencias de cara a la negociación de Presupuestos, el asunto clave para desencadenar -o evitar- un adelanto electoral. En Extremadura, Vox plantó a Guardiola en la reunión que convocó el lunes para abordar las líneas generales de las cuentas de 2026. El partido dijo que su ausencia se debía a que no participará en reuniones en las que esté el PSOE, pues su líder en la comunidad, Miguel Ángel Gallardo, está imputado en la causa abierta al hermano de Pedro Sánchez.
Además, fuentes de la formación señalan sus reticencias a formar parte de una «negociación a cuatro» -Guardiola convocó a Vox, PSOE y Podemos– y se desmarcan de la responsabilidad de que no haya cuentas: «Es un problema suyo». Así, enumeran un listado de reclamaciones que la presidenta popular debería aceptar para cualquier consenso: bajada de impuestos, un mayor esfuerzo por mantener abierta la central de Almaraz, asuntos de memoria histórica e inmigración… La mayoría de estas demandas, que ya exponían el curso pasado, son compartidas con el grupo de Vox en Aragón, donde unos nuevos Presupuestos están aún más lejos. «No nos han llamado», trasladan desde el partido a nivel regional, y reprochan el retraso en los plazos previstos por Azcón.
Así, ni en Extremadura ni en Aragón está Vox presionando para un adelanto electoral. Aunque no lo teme. «Temblando estamos», ironizó en sus redes sociales el portavoz de Vox en la Asamblea extremeña, Óscar Fernández, en respuesta al anuncio de Guardiola de una llamada a las urnas si no hay consenso para los Presupuestos. «Estamos perfectamente preparados», recalcó Pelayo. En Aragón ven esta posibilidad más lejana, aunque en esta región el partido apenas ha sufrido vaivenes en estos dos años de legislatura y tiene un líder, Alejandro Nolasco, bastante consolidado.
La tesis de que Vox «está preparado» se replica en las comunidades que, sí o sí, afrontaran una convocatoria electoral en los próximos meses. Desde el partido en Andalucía apuntan a que «las elecciones serán cuando más le convenga a [Juanma] Moreno» -puede convocar cuando quiera, siempre antes de junio de 2026- y aseguran que llevan «cuatro años trabajando», recorriendo las provincias para «estar cerca y escuchar a los andaluces». Aunque Vox aún no ha nombrado al candidato -suele hacerlo una vez convocados oficialmente los comicios-, su portavoz en el parlamento autonómico, Manuel Gavira, ejerce en la práctica como líder. Más abiertas están las cosas en Castilla y León, donde el partido no tiene un perfil de referencia pese a que los comicios serán el 15 de marzo de 2026. La salida de su líder regional, Juan García-Gallardo, les obligó a recomponerse hace solo unos meses.
En Castilla y León y en Andalucía, y en cualquier otra comunidad que decida llamar a las urnas, el reto de Vox pasa por evitar una mayoría absoluta del PP y hacer sus escaños decisivos. En las autonomías se muestran optimistas, mirando de reojo a las encuestas que, a nivel nacional, sitúan a los de Abascal rozando -o superando- su techo histórico. Aunque mantienen su habitual desconfianza respecto a los sondeos, en Vox reconocen su tendencia ascendente. Bajo ese paraguas afrontan cualquier cita con los electores.