Publicado: marzo 24, 2025, 4:00 pm
Seguro que conoces a alguien que colecciona Funkos, o videojuegos antiguos, o reproductores vetustos de cintas VHS. La fiebre por preservar el pasado impulsó la moda de las consolas retro con tamaño mini, conectores HDMI y USB. El mercado del vinilo ha seguido creciendo en pleno 2025 y no es difícil encontrar subastas de productos de los años 80 cuyo valor se ha disparado una barbaridad. La nostalgia es un mercado muy lucrativo, pero también es un ejercicio para poner en su lugar aquello que significó una verdadera innovación.
Y durante los últimos años he mirado con envidia esos grid que tienen algunos amigos por casa. No soy un coleccionista: está claro que si pudiera tendría un puñado de vitrinas con productos tecnológicos, pero ando bastante lejos de esa mentalidad obsesiva que tenía Karl Lagerfeld con los iPod, por ejemplo. Sin embargo, he caído en uno de esos iPhone originales desmontados y convertidos en cuadro de museo. Todavía no tengo una razón que explique el gasto pero sí un argumento en mi defensa: por el iPhone de 2007 no pasan los años. Como ante cierto tipo de cine, sigue pareciendo algo del futuro.
Un simple recordatorio de lo mucho que impulsó la Apple de Steve Jobs
Grid Studio son famosos por «encapsular el arte» y desde hace años es fácil toparse en redes con sus trabajos, con esas Game Boy congeladas en el tiempo. En cualquier caso, en la actualidad hay muchas empresas que realizan estos desmontajes integrales y elaboran composiciones para enmarcar, como FUNBOXDesign y similares.
Lo que es innegable es el mimo que rodea cada paquete, con un sellado en cera, un certificado de autenticidad y una tarjeta donde se habla de la filosofía de la empresa. Y lo mejor para mí y para cualquier coleccionista de Apple: una especie de diorama que se despliega y relata la historia del iPhone desde sus inicios hasta la fecha, con fotos de archivo y un glosario de hitos. Todo en un papel de un gramaje bastante alto y una especie de lacado que lo conserva mejor que el simple papel fotográfico.
Una vez retiras el lazo de cierre se puede ver el cristal desmontable, protegido con un plástico protector, y una lámina con todos los elementos pegados, con todo lujo de detalles, desde la bahía para la tarjeta SIM hasta la lente original de la cámara. No en vano hablamos de un aparato presentado hace 18 añazos. Sí, el iPhone es mayor de edad, fue presentado por Steve Jobs el 9 de enero de 2007, aunque no fue lanzado al mercado hasta el 29 de junio del mismo año.
Hagamos un repaso breve a las características técnicas. Pantalla táctil (capacitiva) LCD de 3,5 pulgadas con resolución de 320×480 píxeles a 163 ppi, cámara de 2MP, un procesador ARM 11 de un solo núcleo a 412 MHz de velocidad, 128 MB de memoria RAM y tres modelos de almacenamiento 4 GB, 8 GB o 16 GB (el mío es de 8GB, igual que todos los que «ensambla» Grid Studio), conectividad GSM cuatribanda, EDGE (2G), Wi-Fi 802.11b/g y Bluetooth 2.0, sistema operativo iPhone OS 1.0, batería de 1.400 mAh —decían que ofrecía «hasta 8 horas de tiempo de conversación»—.
Todo esto se puede ver con lupa dentro de ese iPhone 2G descompuesto y dispuesto meticulosamente en el marco de 33 x 33 x 4,5 cm que llegó a mi casa. Llama la atención detalles como el guiño a la espiral de Euler mencionado en el menú visual de la derecha o la frase de Steve Jobs en el pie del marco. Esta es la cita completa, por cierto:
Brindemos por los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los que causan problemas. Los que no encajan en el molde. Los que ven el mundo de otra manera. No les gustan las reglas. No respetan lo que está establecido. Puedes citarlos, contradecirlos, admirarlos o criticarlos. Lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos son los que cambian las cosas. Los que hacen avanzar a la humanidad. Y mientras algunos los ven como locos, nosotros vemos genialidad. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para creer que pueden cambiar el mundo… son las que lo logran.
Esa famosa cita es una adaptación y proviene de la campaña publicitaria ‘Think Different’ de Apple, lanzada en 1997. Fue parte de un anuncio televisivo titulado “Here’s to the Crazy Ones”, narrado originalmente por Richard Dreyfuss —aunque existe una versión menos conocida narrada por el propio Steve Jobs— y dirigido por Jennifer Golub. Sin embargo, la acreditación es incorretacta porque el texto fue escrito por Rob Siltanen y Ken Segall, quienes trabajaban en la agencia publicitaria TBWAChiatDay, la misma que creó campañas icónicas como la del Macintosh en 1984.
Ensamblado en China, en esta última foto puede verse cada componente, desde la carcasa hasta la placa base, etiquetado y organizado para destacar su función y ubicación en el dispositivo original. Y queda genial. Además, debido a la rareza y dificultad para obtener unidades originales, estas piezas son limitadas, lo que las convierte en objetos más codiciados —de hecho, desde Grid han tenido que paralizar la producción en algunas ocasiones, debido a la falta de stock—.
Hemos hablado muchas veces de las antiguallas como ese iPhone original subastado por casi 50.000 euros y otro por el que pagaron 63.000 dólares hace algunos años. No creo que nadie pague tanto por ninguno de los iPhone posteriores, pasen los años que pasen. Todos sabemos que un iPhone 16 le da cien vueltas a ese vetusto cacharro que puso en el mapa la palabra smartphone, pero para que existieran los demás tuvo que haber un primero, el fundacional, el que abrió el camino. Y por eso quería conservar un pedazo de historia en casa.
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La noticia
Volver al origen: me he comprado un iPhone 2G en pleno 2025 y tengo una buena excusa para haberlo hecho
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Isra Fdez
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