Publicado: mayo 16, 2025, 8:07 am
El 33% de los adolescentes españoles mantiene encendidas las notificaciones de su teléfono móvil mientras está en clase y el 45% deja estas alertas puestas cuando se va a dormir, a pesar de que estos dispositivos pueden provocar «distracción en el aprendizaje» y «afectar a la calidad del sueño», según advierte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un informe que ha publicado este jueves.
El estudio Cómo es la vida de los niños en la era digital ha sido realizado a partir de las estadísticas de los informes PIRLS (que mide el desempeño académico de los alumnos de 10 años) y PISA (el de los de 15 años) y radiografía el uso que hacen de los dispositivos electrónicos los niños y adolescentes de los 38 países analizados.
Cuando se recogieron los datos, no se había generalizado en toda España la prohibición del móvil en los colegios de Infantil y Primaria y su limitación en los institutos de Secundaria, una medida que se extendió por las comunidades autónomas durante 2023 y que la OCDE considera que «puede ayudar a reducir distracciones», aunque ve «difícil» de hacer cumplir. De hecho, incluso en los países donde está prohibido el teléfono se registra de media un 29% de alumnos que lo consultan varias veces al día en horario escolar.
España, con el 33% de adolescentes haciendo mal uso durante la clase, se encuentra, en todo caso, mucho mejor que la media de la OCDE (44%). Estamos entre los cuatro países más disciplinados, junto a Japón (17%), Corea del Sur (20%) e Irlanda (28%). En el otro extremo se sitúan Estonia (60%), Lituania (54%), Eslovaquia (53%) o Polonia (52%).
El informe indica que en la inmensa mayoría de los territorios, los estudiantes de entornos socioeconómicos desfavorecidos son más propensos a dejarse las notificaciones encendidas en clase. «Posiblemente es porque van a colegios sin medidas específicas sobre el uso de los móviles», apunta el informe, que muestra que estos estudiantes con menos recursos también son los que tienen más dificultades para proteger su privacidad en los dispositivos y para utilizarlos con fines de aprendizaje, así como los más propensos a abusar de los videojuegos y a compartir más contenidos inapropiados.
Igualmente, tienden a tener antes su primer teléfono inteligente. El 60% ya recibe el móvil antes de los 10 años, frente al 42% de los de clase media y frente al 27% de clase alta. La media española es del 45%, una de las más bajas de los países analizados (a esa edad ya están conectados el 98% de los niños finlandeses, el 96% de los lituanos y el 94% de los daneses).
El país con menos ‘cyberbullying’
España no sale bien parada en cuanto a la proporción de adolescentes que han recibido mensajes con contenidos discriminatorios (el 63%) o inapropiados para su edad (el 40%). A cambio, es el país con menor proporción de niños que dicen haber sido víctimas de ciberacoso a los 11 años (3%), a los 13 años (3%) y a los 15 años (el 2%) y también el que menos agresores digitales reporta (el 3%).
También destaca para bien porque hay pocos alumnos que hacen un uso compulsivo de las pantallas (sólo el 14% de los adolescentes admite que siente ansiedad si no tiene su teléfono a mano) y el tiempo de uso no es muy elevado (39 horas a la semana de media) si se compara con el resto de países (hasta 62 horas en Italia).
El informe señala que el 80% de los estudiantes de 15 años juega a videojuegos. De ellos, el 31% juega más de tres horas al día durante los fines de semana, aunque esta proporción desciende hasta el 18% entre semana. El 36% se pasa más de tres horas al día en redes sociales, un porcentaje que aumenta hasta el 44% durante los fines de semana.
La postura de la OCDE es que los dispositivos electrónicos «ofrecen a los niños valiosas oportunidades de aprendizaje, creatividad y conexión social, pero también plantean inquietudes sobre potenciales efectos negativos en su bienestar». Entre estos «riesgos», el informe cita «la reducción de las interacciones presenciales», «la exposición a contenidos y comportamientos nocivos», «el abuso» e «impactos negativos en el sueño, en la actividad física y, en general, en la salud física y mental».
«Uso problemático»
El estudio advierte de que, mientras «muchos adolescentes experimentan efectos neutros o positivos», «una minoría vulnerable se enfrenta a un uso problemático de los medios digitales, que se asocia a consecuencias negativas para su bienestar».
«El uso problemático de los medios digitales ocurre cuando los niños tienen dificultades para administrar su tiempo online, sintiéndose obligados a continuar incluso cuando esto interfiere con sus responsabilidades diarias. En algunos casos, esto puede llevar a un uso excesivo o a comportamientos similares a la adicción. Las investigaciones sugieren que dicho uso aumenta el riesgo de depresión, ansiedad, soledad, dificultades académicas, problemas de imagen corporal y falta de sueño, siendo las niñas las más afectadas», avisa.
El informe, en este sentido, llama a los padres, profesores y responsables sanitarios y educativos a «garantizar esfuerzos coordinados» para asumir estos riesgos. «Gestionar los contenidos y el tiempo que los niños pasan frente a la pantalla es uno de los principales retos para los padres. También es una fuente importante de conflictos entre padres e hijos, junto con cuestiones como la hora de acostarse, los hábitos alimenticios y las tareas escolares», indica la OCDE, poniendo como ejemplo de «buenas prácticas digitales» establecer «un límite de tiempo» y «seleccionar el contenido y el tipo de servicios a los que pueden acceder los menores».
El 45% se va a dormir sin silenciar el móvil
Por eso señala que, «dado el efecto disruptivo del uso prolongado de dispositivos digitales antes de acostarse, los padres desempeñan un papel crucial a la hora de facilitar su empleo por la noche». El organismo internacional considera esta cuestión «especialmente importante» porque, de media, casi la mitad de los adolescentes se va a dormir sin silenciar las notificaciones.
En el caso de España, el porcentaje es del 45%. Los chicos (47%) son más propensos que las chicas (42%) a dejar encendidas las alertas por la noche. También los adolescentes con nivel socioeconómico bajo (52%) incurren más en esta mala práctica, frente al 44% de los del nivel medio y al 37% de los del nivel alto.
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha llamado este jueves a políticos, educadores, padres y sanitarios a «colaborar para proteger y apoyar a los niños mientras navegan por el mundo digital». «Fortalecer la regulación y otras herramientas políticas, mejorar la alfabetización y las habilidades digitales de los niños, brindar orientación a padres y cuidadores, ampliar la evidencia empírica sobre las actividades digitales de los niños y sus impacto e incorporar la perspectiva de los niños en el diseño de políticas puede contribuir a mejorar la seguridad, el bienestar y las oportunidades en el mundo digital», ha añadido.