Publicado: septiembre 30, 2025, 2:41 pm
El Real Madrid se impuso al Kairat Almaty (0-5) en el segundo encuentro de la fase liga de la Champions League. Ante un equipo modesto y tras un viaje tortuoso, Kylian Mbappé se echó al equipo a la espalda, y anotó un hat-trick estelar para asegurar la segunda victoria consecutiva en Europa, que sirve además para olvidar los fantasmas del derbi.
La goleada a manos del Atlético de Madrid supuso el primer bache de la ‘era Xabi Alonso’, y era importante para el tolosarra recomponerse en Kazajistán para, además, encarrilar la primera ronda de la Liga de Campeones. Salió con cierta modorra el cuadro español, que tardó en imponerse sobre el césped al conjunto de la antigua capital kazaja.
Encarrilaron los blancos el choque en el 25’, cuando Franco Mastantuono provocó un penalti que Mbappé no falló. Con Güler dominando el centro del campo, comenzó el asedio, aunque la cascada de ocasiones, en la que todos los futbolistas de ataque a las órdenes de Xabi Alonso probaron suerte, no movió de nuevo el marcador antes del descanso.
Apenas ocho minutos después del paso por vestuarios, Courtois encontró con un balonazo a Mbappé, que logró su segunda diana de la noche con una vaselina quirúrgica.
No se conformaron los merengues, a quienes una goleada no solo les venía bien para reponer ánimos, sino porque en este nuevo formato de la Champions, cada tanto cuenta en la fase liga. Mastantuono insistió y Mbappé siguió buscando el hat-trick, pero todo se detuvo cuando el colegiado señaló un penalti de Ceballos sobre Gromyko. El VAR provocó un suspiro de alivio a los blancos al convencer al árbitro de que la acción no era punible.
Apenas unos instantes después, Kylian, habilitado por el ayer omnipresente Arda Güler, ametralló la portería rival para llevarse después el balón a casa. Llegaron entonces las rotaciones. Descanso para todos los hombres de ataque, y los suplentes salieron con hambre a por una porción del pastel.
Rodrygo encontró la testa de Camavinga, que marcó el cuarto nada más entrar, y Gonzalo asistió a Brahim sobre la bocina para que el internacional marroquí redondeada la manita de un Madrid que ya pone los ojos en los octavos de la Champions. Si las puntuaciones son como el curso pasado, los blancos necesitan diez puntos más.
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