Publicado: octubre 12, 2025, 1:07 am
En China hay una suerte de peregrinación contemporánea de delegaciones comerciales españolas encabezadas por alcaldes de ciudades y municipios en ocasiones impronunciables para el oído mandarín: Zarzuela de Jadraque, Puebla de Cazalla, Alcázar de San Juan… La liturgia es siempre la misma: aterrizaje en Pekín o Shanghai, apretón de manos con funcionarios locales, visita a una urbe moderna de segundo o tercer nivel para sellar un hermanamiento y, con suerte, volver a casa con algún ambicioso contrato de inversión bajo el brazo.
Los alcaldes que representaban a las citadas localidades de nombre «impronunciable» formaban parte de un grupo de más de una docena de regidores (del PSOE y de otros partidos que apoyan el Gobierno de coalición) que estuvieron por China el pasado abril en un viaje sufragado por organizaciones conectadas con el gobernante Partido Comunista Chino (PCCh).
Un par de meses antes, de paseo por el país asiático estuvo la alcaldesa de Zaragoza, una ciudad con un nombre más fácil de recordar para el anfitrión, aunque sea porque Natalia Chueca (PP) ya ha viajado a China dos veces este año, en febrero y en septiembre. Además de la foto, la popular no volvió a casa con las manos vacías. En el primer viaje cerró un acuerdo con un gigante chino de las energías renovables, TDG Ibernavitas, que instalará su sede europea en Zaragoza. En el último firmó un contrato de inversión con el grupo Juneyao, que toca muchos sectores y que instalará en la capital aragonesa su primera sede para la venta y distribución de vehículos eléctricos en Europa.
Chueca coincidió el mes pasado en un foro en la ciudad de Weihai, en la costa este de China, con el alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP), quien visitó varias empresas con el propósito de captar inversores para su ciudad. Lo mismo hizo también en septiembre el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez (PP), que apareció por una feria comercial en la ciudad sureña de Xiamen.
Las actuales estrechas relaciones del Gobierno de Pedro Sánchez con el régimen de Xi Jinping han abierto las puertas (y oportunidades comerciales y de inversión) de la superpotencia asiática a muchas ciudades españolas, independientemente del partido que las gobierne.
Después del desfile de alcaldes -y de algún presidente autonómico como el catalán Salvador Illa, quien estuvo en verano más de una semana de gira institucional por China- ahora llegan al país asiático al menos un par de delegaciones españolas de más alto nivel encabezadas por ministros de Pedro Sánchez.
Así, mañana lunes aterrizará en Pekín la ministra de Igualdad, Ana Redondo, para participar en un acto por los 30 años de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en la capital china en 1995 y que impulsó la hoja de ruta más completa a nivel global para la igualdad de género.
Alcaldes de más de una docena de municipios españoles, en su visita a China el pasado abril
El miércoles, en Hangzhou, una megaurbe al este de China que es la actual cuna de las startups, esperan al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. Allí previsiblemente será recibido por su homólogo chino, quien le devolverá la cortesía del recibimiento que el español le brindó cuando el jefe de la diplomacia china visitó Córdoba en febrero de 2024.
Un año después, Albares y Wang Yi también mantuvieron un encuentro al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich. El pasado septiembre, el ministro español hizo de anfitrión en el Palacio de Santa Cruz de Madrid, sede del Ministerio, de la última ronda de negociaciones comerciales entre los equipos de China y EEUU, que eligieron la capital española como terreno neutral para las conversaciones.
En Madrid también estaban trabajando de cara a otra visita que se está torciendo en el último momento: había previsiones de que el ministro de Transportes, Óscar Puente, volara a Shanghai a finales de este mes para participar en un foro internacional sobre el transporte marítimo, pero el viaje del socialista por ahora ha quedado en suspenso.
La visita de Redondo y Albares calentará el esperado viaje a China de principios de noviembre de los Reyes de España, Felipe VI y Doña Letizia, quienes realizaron su última visita al país asiático en 2007, cuando todavía eran Príncipes de Asturias. El jefe del Estado será recibido en Pekín por el líder chino Xi Jinping. También visitará Chengdu, una moderna ciudad al oeste, en la provincia de Sichuan, conocida por tener la mayor reserva de pandas gigantes del mundo.
El viaje de los Reyes será la culminación de un acercamiento sin precedentes de España a China que fue impulsado durante los dos viajes muy seguidos de Pedro Sánchez a Pekín (en septiembre de 2024 y abril de 2025). En un contexto en el que la segunda potencia mundial trata de extender su influencia económica por Europa mediante inversiones estratégicas, España parece decidida a ofrecerse como un socio dócil, abriendo continuamente las puertas de los puertos, las telecomunicaciones o las universidades, mientras que cada vez más delegaciones -ya sea un alcalde de segunda línea, un presidente autonómico con veleidades internacionales o un ministro- se lanzan hacia Oriente conscientes de que es el momento idóneo para cazar inversiones y acuerdos comerciales.