Publicado: noviembre 21, 2025, 12:07 am

El ingeniero José Antonio Hernández, que en estos momentos espera sentencia en la Audiencia Nacional por el Caso Púnica, ha contratado durante al menos los últimos 10 años con la trama que presuntamente robó hasta 25 millones de fondos de lucha contra el cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), denunciada por los directores de Operaciones y Cumplimiento Normativo de la institución pública española puntera en investigación médica.
Hernández, que tras ser detenido en 2014 por los contratos amañados de Púnica confesó en 2017 prácticas corruptas vinculadas a esa causa en la Audiencia Nacional, ingresó hasta 2.150.000 euros públicos provenientes del CNIO por diversas prestaciones, algunas de ellas ni siquiera realizadas según los denunciantes. Lo hizo, además, cobrándolas en parte a través de su mujer, A.C., siempre según la denuncia, que ha venido desglosando desde el lunes en exclusiva EL MUNDO.
La llegada de Hernández al CNIO, de hecho, se habría producido hace más de 15 años de la mano de Cofely, la empresa de capital francés que precisamente centralizó amaños del Caso Púnica en ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, comprando a alcaldes y falsificando servicios a cambio de mordidas. Hernández, que acabó confesando, era jefe de Operaciones de Cofely en España a la comisión de los hechos.
Pero fue después, en el momento en que aquella trama emergió tras la investigación de la Guardia Civil, cuando Hernández comenzó a facturar al CNIO a través de su esposa, afirma la denuncia presentada por los directores de Operaciones y Compliance del centro ante la Fiscalía Anticorrupción, y también ante el Ministerio de Ciencia, que ni siquiera respondió ni amparó a los denunciantes, finalmente despedidos tras su investigación.
Hernández cambió su manera de cobrarle al centro al pasar a hacerlo a través de sociedades -como Líneas y Cables SA y Asinproycon SLU– que estarían controladas por él, la segunda a través de su esposa, abogada de profesión, según los denunciantes.
Estos últimos prueban esta mecánica potencialmente corrupta con declaraciones del propio director técnico de la casa transcritas en su denuncia: «[Hernández] factura a través de su mujer, es una historia muy larga que si quieres te puedo contar personalmente», le explicó este alto cargo al director de Operaciones cuando éste le pidió explicaciones por presuntos desmanes, el pasado mes de abril, según se atestigua en el documento que ya está en manos de la Fiscalía de Madrid, turnado por Anticorrupción.
Además de las dos empresas antedichas, la mujer de Hernández, de hecho, llega a contratar ya directamente con su propio nombre con el CNIO en enero y mayo de este 2025, y la denuncia, finalmente, plantea serias dudas sobre la realidad de las prestaciones vinculadas al entorno de Hernández.
La alarma, en definitiva, salta en marzo pasado, cuando los directores de Operaciones y Compliance, que durante el invierno pasado auditan 18 años de presuntos contratos fraccionados, otorgados a dedo o directamente sin contenido en el CNIO, reciben la petición de que se encargue la sustitución de un simple climatizador de aire.
El contrato propuesto es de 4.750 euros. El director de Operaciones pide una justificación. Primero, denuncia, se le dice que no existe. Luego, «con la presunta finalidad de entorpecer el análisis», le entregan un dossier de 2.000 páginas con «vaguedades y ninguna justificación real», incluso con incoherencias. El responsable le pregunta entonces al director técnico, que tampoco justifica la necesidad. Es entonces cuando pone sus ojos sobre la proveedora, y la investiga. A través de A.C. llega a Hernández.
Observando el papel de Cofely, comienzan a emerger prestaciones no realizadas. En 2015 hay una inundación en un ala del CNIO, por ejemplo. Cofely pasa una factura de 16.771 euros por la reparación del suelo, que se le abona. Sin embargo, la reparación nunca se llevó a cabo, e incluso a día de hoy los empleados que trabajan en ese área siguen demandándola. La factura parece claramente falsa, señala la denuncia.
Luego Púnica estalla y Hernández pasa a un segundo plano. Comienza a facturar, siempre según la denuncia, a través de dos sociedades pantalla, Líneas y Cables SA y Asinproycon SLU (la segunda de las cuales tiene a A.C. como administradora), y factura diversos trabajos al CNIO sobre todo entre 2016 y 2019: lo mismo mantenimientos integrales (a 41.000 euros al mes) que cámaras, fuentes de alimentación, la reparación de una tubería de vapor y varios «estudios».
En abril pasado, ante las dudas del director de Operaciones, el director técnico le admite que es Hernández quien está detrás de todo, aunque figure por delante su mujer: «Las cosas en un despacho se ven diferente que trabajando de noche bajo presión […]. Ayer, a las 0.00, se produjo una avería y José Antonio Hernández nos salvó el culo. Como él tenemos 20 ó 30 empresas externas que nos han salvado de situaciones muy complejas».
Este diario intentó contactar ayer, sin éxito, con José Antonio Hernández. La Fiscalía de Madrid estudia la denuncia por el presunto desfalco.
