Publicado: diciembre 12, 2025, 4:00 pm
La peor cara del fútbol volvió a verse la noche del pasado miércoles en Polonia, cuando un numeroso grupo de aficionados radicales perpetró un grave ataque contra los autobuses que transportaban a aficionados del Rayo Vallecano, que se enfrentó un día más tarde al Jagiellonia (1-2) en la Conference League. Un incidente que el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha condenado este viernes.
«Los matones de los estadios vuelven a actuar», lamentó, sin paliativos, el mandatario, recordando las agresiones en Gdynia, donde «golpearon brutalmente a un niño de 12 años», y en Bialystok, a la afición del cuadro madrileño: «Atacaron a aficionados españoles con martillos y objetos afilados», criticó.
En este sentido, el dirigente polaco expresó que este tipo de aficionados ultras «siguen siendo tan descarados como siempre», y confirmó que «la Policía ya ha detenido a algunos de los autores». Y concluyó su mensaje mostrando claramente su posición con los grupos radicales: «Por suerte [para ellos], aquí el presidente no tiene derecho a veto».
La noche del miércoles al jueves, un grupo de ultras asaltaron en una emboscada el autobús que trasladaba a los aficionados en la autopista S8 entre Varsovia y Bialystok, en un incidente que se saldó con una decena de heridos, entre ellos tres hospitalizados, y siete detenidos.
Según explicó un portavoz de la Policía regional de Radom, «una patrulla llegó al lugar [del incidente] cinco minutos después del aviso, que fue recibido a las 00:46 horas, y encontró a dos autocares con aficionados de España». Además, explicó que, «gracias a la rápida llegada de la Policía, se evitó una escalada de la confrontación«, añadió el portavoz policial.
Los agentes hallaron «una valla que bloqueaba la vía de servicio de la S8», y encontraron «cizallas para cortar metal, pasamontañas y porras» en el lugar de los hechos.
