Publicado: octubre 17, 2025, 8:07 pm
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insistido este viernes en que España merece «una reprimenda» por su falta de «lealtad» al no querer llegar al 5% del gasto en Defensa, a diferencia del resto de aliados. Pero al mismo tiempo, se ha distanciado respecto a sus amenazas anteriores, diciendo que la situación es «un problema entre España y la OTAN«, no de EEUU. A pesar de sus recientes sugerencias o avisos sobre la posibilidad de expulsar a nuestro país o de represalias arancelarias bilaterales.
Trump ha abordado la cuestión respondiendo a las preguntas de un periodista español durante su encuentro con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. «No, España no ha cumplido. España no ha sido leal a la OTAN. España ha sido… es la única [que no ha aceptado subir]. Todos estaban en el 2% y todos subieron al 5%, pero España no estuvo de acuerdo. Creo que España debería ser reprendida por eso. Creo que es muy malo que lo hicieran, pero eso es cosa suya. Eso es cosa de la OTAN y de España», ha dicho.
Ante una segunda cuestión, sobre cómo los tratados de la Alianza no contemplan una expulsión, y cómo España confía en la protección del paraguas comercial de la UE, el norteamericano, que no parecía tener muy claras las normas de la OTAN, se ha limitado a recalcar que «el resto de la gente, muchos de los otros países, también están en la Unión Europea y no se han quejado«.
Esta es la cuarta vez en apenas ocho días que la cuestión española surge en las intervenciones del presidente. En dos ocasiones fue por su iniciativa y en otras dos respondiendo a periodistas de nuestro país. Abrió el melón el jueves pasado, desde el Despacho Oval, mientras recibía al presidente finlandés, Alex Stubb. Sin que nadie hiciera referencia, arremetió contra nuestro país por sorpresa, mientras hilaba un argumento sobre cómo sí defendería a Finlandia de un ataque ruso por ser un miembro (reciente) de la Alianza y por estar comprometida.
Y nuevo sacó la cuestión, delante de Pedro Sánchez, en Egipto. Ahí, en cambio, en vez de dirigirse directamente al presidente, tras buscarlo con la mirada, animó a la OTAN y a su equipo a «trabajarse» a Sánchez para que nuestro país acepte gastar más de lo que parece dispuesto en Defensa. Y 24 horas después, sacó la artillería hablando de posibles sanciones comerciales para forzar a que eso ocurra.
