Publicado: marzo 23, 2025, 10:00 am
El ascensor se detiene, se abren las puertas y entra Steve Jobs. ¿Qué toca ahora? Pues según varios relatos de empleados como Michael Dhuey, lo que toca es una lotería. Si subías con él en el cuarto piso, más te valía tener algo brillante que decir antes de llegar al primero.
Un instante podía marcar la diferencia entre el olvido o una carrera en ascenso. «Todos empezaron a prepararse preguntas por si se lo encontraban en el ascensor», dice Michael Dhuey, en un vídeo para VentureBeat. «Una buena pregunta te quitaba la presión». Irónicamente, Steve Jobs también diseño un ascensor, que está presente en el Apple Park y es perfectamente funcional, pero ese realmente no llegó a disfrutarlo.
Una charla en el ascensor podía suponer un despido
{«videoId»:»x95g0mo»,»autoplay»:true,»title»:»Tim Cook On His Philosophy When Dealing with the Chinese Market I Fortune», «tag»:»», «duration»:»295″}
Al parecer, tras regresar a Apple en 1996, la gente evitaba compartir el ascensor con Steve Jobs. Se dice que, durante los diez o quince segundos que duraba el trayecto, «él se giraba hacia la gente en el ascensor y les preguntaba qué hacían. Si lo que decían no encajaba con sus planes para Apple, los despedían al instante», relataba el usuario gewgwegweegw para Reddit.
Por supuesto, estamos hablando de recuerdos mitificados. Steve Jobs es su propia leyenda y conviene escuchar a Michael Dhuey, mucho más templado. Él no era un empleado cualquiera sino que fue el ingeniero que cocreó el Macintosh II y desarrolló el hardware del primer iPod. Pasó años en Apple viendo de cerca el genio y el torbellino de emociones que era Jobs. «Lo que no le gustaba estaba muy claro. […] Si algo no le interesaba, lo cortaba de raíz. No toleraba a nadie tonto».
Lo que sí está históricamente documentado es que trabajar con él no era fácil. Justin Santamaría, Andrea Cunningham o Joanna Hoffman son solo algunos nombres de personas clave en la historia de la compañía que tenían sus reservas con Jobs, que lo tildan inequívocamente de genio… y de ser un déspota con quien convenía mantener ciertas distancias.
Al parecer, había días en que su presencia bastaba para helar la sangre en las venas de todo el equipo. Pero también había momentos de puro ingenio, donde la visión de Jobs te empujaba a crear algo que ni siquiera sabías que eras capaz de construir. En aquellos pasillos silenciosos, donde el futuro se diseñaba pieza a pieza, Jobs no se distraía. No hablaba de más. Solo importaba una cosa: el producto.
La marcha antes de NeXT
Incluso cuando se creó el iPod, hubo detalles que pasaron desapercibidos para el mundo exterior. Como el hecho de que Jobs tenía pérdida auditiva. «Teníamos que asegurarnos de que el iPod tuviera el volumen suficiente para que él pudiera oír la música», revelaba Dhuey. El equilibrio entre sus necesidades y la normativa europea sobre límites de volumen se convirtió en un desafío inesperado.
Y si algo detestaba Jobs, era el ruido. Tal y como recuerda este empleado, «No le gustaban los ventiladores ruidosos. Sus productos eran silenciosos y se veían bien. No le interesaba cómo se fabricaban los componentes electrónicos, sino la experiencia final. Su modelo era Sony. No quería crear tecnología. Quería crear objetos de deseo». Quizá por eso los iPods siguen siendo objetos de culto.
Pero Jobs también fracasó. Tuvo la suerte de convertir NeXT, su tropiezo, en otro éxito evidente. Pero esta empresa, nacida tras su salida de Apple en 1985, fue un experimento caro que nunca encontró su público. Con la adquisición, Jobs volvió a la compañía que había fundado, dispuesto a reinventarla una vez más. «A los medios les gusta crear la impresión de que Steve hizo todo solo», dice Dhuey frente a ese relato. «Pero Apple no está dirigida por un solo hombre. Nunca lo estuvo«. Está claro. Es imposible erigir un emporio de 3 billones sin nada de ayuda.
Fuente | VentureBeat Portada | Derrick Treadwell para Unsplash
En Applesfera | Las mejores frases de Steve Jobs, creador del iPhone e inspirador de la filosofía Apple
En Applesfera | Cómo era el día a día de Steve Jobs cuando trabajaba en Apple y Pixar
(function() {
window._JS_MODULES = window._JS_MODULES || {};
var headElement = document.getElementsByTagName(‘head’)[0];
if (_JS_MODULES.instagram) {
var instagramScript = document.createElement(‘script’);
instagramScript.src = ‘https://platform.instagram.com/en_US/embeds.js’;
instagramScript.async = true;
instagramScript.defer = true;
headElement.appendChild(instagramScript);
}
})();
–
La noticia
Toparse a la puerta del ascensor con Steve Jobs podía ser el mejor o el peor momento del día: era una prueba
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Isra Fdez
.
