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Toda la cúpula socialista se «quema» con Cerdán: los siete grandes del PSOE condenados por «poner la mano en el fuego»

Publicado: junio 12, 2025, 10:07 pm

Sobre Santos Cerdán ya pesaban las primeras acusaciones de Víctor de Aldama cuando Pedro Sánchez ratificó la confianza en su lugarteniente en las postrimerías del 41º Congreso Federal del PSOE en Sevilla, hace más de seis meses. Durante este tiempo, cargo tras cargo, el PSOE ha puesto más de una vez «la mano en el fuego» por el número tres del partido. Tras implicarlo ahora la UCO en actividades ilícitas, varios miembros han salido quemados de aquel respaldo.

Desde el líder del Ejecutivo hasta Zapatero, pasando por la próxima candidata del PSOE en Andalucía, fue cerril la defensa de Cerdán. Sin grietas. Hasta el último minuto. Según aumentó la información, el Gobierno pasó de presentar al empresario como «una persona sin credibilidad» que difundía «mentiras, bulos e insidias» a poner en duda la existencia del informe cuando afloraron las primeras informaciones sobre él.

Tras revelarse el miércoles las grabaciones que implicaban a Cerdán en el cobro de comisiones, el PSOE incluso catalogó como «una cuestión endémica» la filtración de las actuaciones policiales . «Santos Cerdán no ha participado, mucho menos influido, en adjudicaciones de obra pública. Jamás ha cobrado una comisión», rezaba el comunicado. Antes de eso, hasta siete miembros de la cúpula hicieron un férreo cierre de filas en torno a Cerdán, poniendo manos «en el fuego» e invocando sus relaciones «personales» ahora carbonizadas.

Total «confianza»

«Tengo una magnífica relación con el señor Santos Cerdán, […] una relación personal y de complicidad y de amistad con él. Por él también pongo la mano en el fuego». Así lo defendió en la comisión del caso Koldo la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que expresó su confianza en su propio número dos, también implicado en la trama tras las primeras declaraciones de Aldama en sede judicial.

Huelga decir que fue Montero quién popularizó la expresión que ha terminado chamuscando a buena parte del Ejecutivo. Meses después, en una entrevista en Onda Cero, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, contestó que «con toda claridad» pondría la suya también. Artículo 14 avanzó que la UCO vinculaba a Cerdán con el caso Koldo: «Yo no voy a defender en la vida a una persona que tenga un comportamiento irregular o delictivo o corrupto. En la vida. Al revés, a la cárcel con él», dijo, si bien ya había indicios de actitudes cuando menos dudosas.

«Me parece una indefensión absoluta que, sobre la base de la hipótesis de que mañana pueda haber un documento, cierto o no, estemos cuestionando la honorabilidad de un compañero», elaboró Bolaños en defensa de Cerdán, ironizando acerca de la existencia del documento.

En cuanto las preguntas registradas por Cerdán en el Congreso sobre la obra pública en su territorio tras las sospechas levantadas, la ministra portavoz, Pilar Alegría, le restó importancia: «Yo he sido diputada durante años y seguramente si entran al registro de las preguntas que realicé, como todos los diputados, trasladábamos a los distintos ministerios interés sobre obras, carreteras o medio ambiente». También la ministra Elma Saiz se unió a la fanfarria definiéndolo como una «persona honrada», añadiendo: «Traslado mi máxima confianza a Santos Cerdán».

Y Patxi López, portavoz parlamentario, salió en su auxilio acusando una «cacería de la ultraderecha«: «Ahora resulta que es noticia que se haya interesado por algunas obras de su territorio. Es tremendo ¿eh? Ya vale de tanta condena de telediario. Nosotros siempre protegemos al partido y al colectivo. Como hicimos en otros casos, si hay algún indicio queremos saber la verdad hasta el final».

Dijo esto cuando EL MUNDO reveló que la Policía implicaba en una trama de narcotráfico a un líder del PSOE afín al ministro Torres, Gustavo Matos, que se explicó un día después. «Todo vale contra el socialista: da igual que sea Matos, da igual que sea Santos. Nosotros respetamos todas las actuaciones judiciales y lo que hemos dicho por activa y por pasiva es que estamos esperando a que sepa la verdad de todas estas cuestiones de una vez. Siempre respaldamos a los que se sienten indefensos ante tantas portadas de medios de comunicación señalándolos sin ninguna prueba, a todo el que sufre el acoso o la cacería de la ultraderecha», añadió.

En línea con los ministros, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero manifestó su «confianza» en el número tres y subrayó: «Ante todo, quiero recordar que el señor Cerdán es diputado y aforado». Señaló que «lo que nos debe preocupar de esta información es» que, «si hay un informe, se haya filtrado, porque eso es una actuación secreta». También él puso en duda su existencia, tildando el supuesto de «gravísimo».

Y si bien Sánchez evitó entrar demasiado en harina, le afeó al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que se dedicase «a difamar a personas honestas» -en alusión a Cerdán- cuando éste le preguntó en sede parlamentaria si avalaba o no su gestión.

«Son las mismas mentiras de siempre, pero propagadas rápidamente […] e incluso en sede judicial», recalcó Cerdán ante el aplauso de los asistentes al Congreso Federal, antes de confirmar si permanecía en la Ejecutiva. Y se mantuvo firme en su carta de dimisión seis meses después: «Jamás he cometido una ilegalidad, ni he sido cómplice de ninguna». Pero el Gobierno, ya achicharrado, le soltó la mano ayer colocándose el apósito sobre la propia quemadura: «No debimos confiar en él«.

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