Publicado: julio 22, 2025, 2:07 pm
PP y Vox han rechazado la reforma del Reglamento del Congreso en todos sus términos tanto en lo que implica el cambio del nombre del Congreso de los Diputados para ser recogido únicamente como Congreso, como las nuevas normas que se establecen para permitir el voto telemático de los diputados o el nuevo código de conducta para la prensa con el fin de garantizar el respeto en las relaciones entre medios de comunicación y parlamentarios.
Para el PP este último aspecto implica querer crear una «policía política» en la Cámara para «silenciar a quienes con sus críticas incomodan al Gobierno». Los populares advierten que con esta reforma todos los que la apoyan, incluidas las asociaciones de periodistas, deben saber que a partir de ahora quedan «sometidos a la inquisición». La misma línea ha seguido el diputado de UPN, Alberto Catalán.
Justo en la posición contraria se ha pronunciado Ione Belarra (Podemos) quien ha acusado a Vox y a sus «pringados» que ejercen como periodistas en el Congreso, de ser «terroristas de extrema derecha».
El PNV ha insistido en que el código de conducta responde a la necesidad de frenar actitudes amenazantes, faltas de respeto o allanamientos de despachos y no implicará ninguna restricción a la libertad informativa. Mikel Legarda ha asegurado que no existe un dilema entre el Reglamento de la Cámara y la libertad de expresión y ha recordado que el Código de Conducta nace precisamente de una petición hecha por los propios periodistas parlamentarios. Para los nacionalistas vascos se trata de poner freno a los «sedicentes informadores» y las normas de conducta que hoy se aprueban son «el mínimo exigible».
Jon Iñarritu ha señalado a los «periodistas activistas», que enturbian las relaciones en el Congreso, asegurando que han ido en las listas electorales de Vox, que actúan como directores de comunicación de formaciones de extrema derecha y que incluso alientan el odio en situaciones como la vivida la semana pasada en Torre Pacheco.
Junts comparte la necesidad de la reforma del Reglamento en sus tres aspectos y ha puesto especial interés en defender el código de conducta para la prensa y las sanciones que comportará su vulneración. No obstante, su representante ha insistido en que a ellos no les importa la mejora de las relaciones en el Congreso sino evitar la «españolización» de Cataluña.
Gabriel Rufián se ha autodefinido como «institucionalista» y ha arremetido contra PP y Vox por defender a quienes actúan como activistas y «lacayos» de la extrema derecha utilizando la credencial del Congreso. Rufián sin embargo ha insistido en que la medida que adopta el Congreso «no servirá de nada» porque la actividad de estas personas «seguirá en la calle».
Sumar ha tachado a los «pseudoperiodistas» de «escuadristas mediáticos» y también ha recordado que todas las asociaciones de prensa han reclamado la aprobación del código de conducta para la prensa en virtud del cual se regulará la concesión de acreditaciones.