Publicado: abril 24, 2025, 2:07 am

En La historia interminable, la nada avanza en el reino de Fantasía absorbiéndolo todo y amenazando la supervivencia de este reino de la imaginación. Hace un año, ese vacío que destruye la esperanza y el sentido de la vida se apoderó del PSOE. Shock. Parálisis. «Fue un golpe muy duro. Sobre todo por el silencio, la incertidumbre», recuerdan quienes vivieron de cerca lo sucedido hace un año.
A las 19.09 horas del 24 de abril de 2024, la nada entró en La Moncloa y en Ferraz. Pedro Sánchez publicó una «carta a la ciudadanía» en la que dejaba abierta la puerta a dejar la Presidencia del Gobierno. Se tomaba un periodo de reflexión de cinco días para decidir. Un movimiento que se producía sólo horas después de que saliera a la luz que un juez investigaba a su mujer por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Los cargos socialistas y las personas que vivieron de cerca ese aislamiento recuerdan el vacío, la nada a la que se enfrentaron. Sánchez sólo consultó con su esposa la carta. A su equipo se la entregó para que la hiciera pública. En el Gobierno y en el partido se enteraron de que su líder, cual Emperatriz Infantil de La historia interminable, se apagaba. «El estado de incertidumbre, el no saber qué pensaba, generó mucha tensión, preocupación e incertidumbre», consensúan cargos socialistas de primera línea.
Sánchez se recluyó en La Moncloa, sin hablar ni siquiera con sus colaboradores más cercanos. Los ministros con más peso político –María Jesús Montero, Félix Bolaños, Óscar Puente, Pilar Alegría…- y su entonces jefe de Gabinete, Óscar López, se reunían en el complejo presidencial sin saber si Sánchez se iba o se quedaba, o qué pensaba. «No había ningún tipo de información. No hablaba ni con su núcleo duro. Fue un retiro total». Un país, un Gobierno, paralizado cinco días, algo inédito. «Todos a ciegas. La incertidumbre mataba a todo el mundo», recuerdan quienes estaban en primera línea.
Hasta ese momento, el melón de la sucesión en el PSOE no se había abierto. El hiperliderazgo de Sánchez no dejaba margen. Su decisión de seguir colapsó los movimientos subterráneos que se gestaron. Porque ante el abismo que se veía, haberlos, los hubo, aunque se cortaron de raíz. «El PSOE no estaba preparado para que hubiera dicho que se iba»; «No estábamos preparados para el relevo en aquel momento; ahora tampoco hay ninguna alternativa«, señalan las personas consultadas.
Un año después de la carta de Sánchez, el partido sigue sin plan b. Porque Sánchez pasó de amagar con irse, escudándose en una «máquina del fango» mediática, política y judicial, a estar convencido de volver a presentarse en las próximas elecciones. «En este momento no hay dudas de que va a ser el candidato«, constatan fuentes socialistas.
El melón sucesorio, en la nevera. El plan a sepulta el plan b. Será el resultado de las próximas generales el que determine si se abre o no.
Investigación a Begoña Gómez
Esos cinco días de abril de 2024 «fueron de sus peores momentos políticos». Varios miembros de la Ejecutiva del PSOE coinciden en que notaron a Sánchez «abatido» durante los meses posteriores a su decisión de mantenerse al frente de La Moncloa. «Fueron sus peores momentos personales». Coincidió en el tiempo con que el juez Juan Carlos Peinado amplió los delitos que imputaba a Begoña Gómez –apropiación indebida e intrusismo– y con la decisión de la Audiencia de Madrid de rechazar archivar la causa, aunque la acotó.
La investigación a su mujer, según quienes tratan con Sánchez, es un «tema personal que le afecta mucho», e, incluso, ha llegado a quejarse de que los suyos no le defendían con la virulencia suficiente que él consideraba necesaria.
Elecciones en 2027
Distintas fuentes consultadas señalan que ahora ven a Sánchez «muy fuerte», que «está que se sale» y dispuesto a agotar la legislatura «con o sin Presupuestos» -los que están en vigor son los de 2023-. Y eso que las investigaciones judiciales siguen cercando a La Moncloa -el caso de su mujer, el de su hermano, el caso Koldo– y que hasta 47 cargos públicos entre imputados (21) y testigos (26) han sido ya interrogados por las cuatro causas judiciales que acorralan al Gobierno.
El presidente transmite a su cúpula la intención de aguantar hasta 2027 en las reuniones que mantienen a puerta cerrada en Ferraz, sin que en ningún momento haya planteado la opción de un adelanto electoral.
En la dirección nacional reconocen que igual que el debate del aumento del gasto en Defensa les incomoda, porque a la oposición unánime de los socios se suma el hecho de que «hay votantes que pueden no entenderlo», la polémica de los aranceles anunciados por Donald Trump les va bien para proseguir en ese objetivo porque la rápida respuesta por parte del Gobierno articulando un plan de ayudas para las empresas españolas que exportan a EEUU «convence». «El discurso contra la ultraderecha nos beneficia», sostienen.
Además, en estos 12 meses que han transcurrido desde que la convulsión interna que sufrió el PSOE al abrirse el abismo de la posible sucesión de Sánchez se ha producido una profunda renovación territorial del partido que ha incidido en su homogeneización orgánica. Ocho federaciones han cambiado de secretarios generales, todos ellos afines al líder y tres de ellos incluso ministros en activo -María Jesús Montero (Andalucía), Óscar López (Madrid) y Pilar Alegría (Aragón)-, lo que ha permitido apuntalar aún más el mensaje oficialista.
La única voz mínimamente discordante con el argumentario de Ferraz que se escucha ahora es la del presidente y barón castellanomanchego, Emiliano García-Page, que lejos de levantar el pie del acelerador ha intensificado sus críticas al Ejecutivo central. De hecho, su gobierno autonómico se ha adelantado incluso a los de comunidades del PP en la presentación de un recurso de inconstitucionalidad contra el impuesto a la banca pactado por sus compañeros de militancia y Junts.