Publicado: mayo 31, 2025, 12:07 am

A veces conviene incentivar los comportamientos más virtuosos de la tropa. En las encuestas autonómicas de Sigma Dos publicadas por EL MUNDO se ven fortalecidas las posiciones críticas de Emiliano García-Page, mientras por todas las autonomías los socialistas tienden a la baja y su diferencia en intención de voto respecto al PP aumenta. Hay otra señal del hundimiento en Aragón, donde el sanchismo se ha librado de Lambán para sustituirlo por la indocumentada de Pilar Alegría.
Recordemos que el ex líder aragonés acaba de pedir a Sánchez que ponga fin a esta agonía y le recordaba que «desde 2023 no es posible gobernar con estos socios y aliados». El socialismo baturro de Pilarín pierde 3,7 puntos mientras el PP casi dobla su ventaja sobre el PSOE, que pasa de seis puntos a 11,5. En Castilla y León el PSOE pierde 0,8 puntos, mientras la distancia con el PP aumenta de 1,4 puntos a 7,6. Por no hablar de Extremadura, donde pierde más de tras puntos y pasa de ganar las elecciones a perderlas por más de cinco puntos. Más por vosotros no puedo hacer, que venía a decir Miguel Ángel Gallardo, el Aforado, al tiempo que le subía el sueldo a Luis Mª Carrero, asesor del hermanísimo David Sánchez.
Ya veníamos diciendo que a Pedro Sánchez se le estaba estrechando el cerco y el ascenso de la intención de voto para Page es un dato, solitario pero elocuente del desastre.
Hoy se cumplen siete años de aquel infausto día en el que el honesto Pedro Sánchez, auxiliado por José Luis Ábalos, espejo de virtudes, pusieron en pie una moción de censura que sacó de La Moncloa a Mariano Rajoy para instalar en su lugar a un plagiario y a una catedrática sin estudios, que expusieron la necesidad inaplazable de echar al PP del Gobierno. El argumento fue la sentencia trucha de José Ricardo de Prada que luego fue corregida por el Tribunal Supremo.
Y en este plan estábamos cuando ha venido a ponerse de manifiesto la mayor ventaja que asiste al okupa de La Moncloa para perseverar en su posición. Tiene a su favor la falta de entendimiento entre los dos partidos de la oposición: el PP y Vox. Algo parece haber entendido Feijóo, que ha decidido empujar con todo lo que tiene a mano y ha convocado una manifestación para el 8 de junio.
Todo ha venido a coincidir en las peores circunstancias, hasta el punto de haber enmudecido al presidente del Gobierno, tras las portentosas revelaciones de Leire Díez, la asesora con la que no tenía trato alguno, pero con la que mantenía contactos desde 2011, el año en el que se hundió el zapaterismo. Marlasca está a punto de desahucio y un posible relevo es la directora general de la Guardia Civil, a quien Aldama implicaba en la conjura contra la UCO. Y hasta ahora no se ha equivocado en nada.
Sin embargo, el líder de Vox no parece estar por la tarea y se muestra más empeñado en marcar al líder de la oposición los deberes que tiene que afrontar, sí o sí y se hace el estrecho a la hora de sumarse a la manifestación del día 8. Es una negativa curiosa que no es de alcance universal. Esta semana Vox le ha aprobado a Mazón los Presupuestos, aunque quizá tengan razón los que sugieren que es un apoyo envenenado, se lo da porque le debilita. Creo que este es el mayor error político de Abascal. Por mucho que se esfuerce, su público, como el del PP, tiene un objetivo prioritario, que es echar a Pedro Sánchez. Sus votantes no se lo van a perdonar.