Publicado: octubre 24, 2025, 4:00 pm
Siempre he pensado que el escritorio es una extensión de nosotros mismos. En él se mezclan las ideas, el trabajo, el ocio y, a veces, incluso los sueños que nacen cuando la pantalla queda encendida más allá de la medianoche. Soy de los nocturnos, de los que le gusta escribir y crear a esas horas. Pero durante años, la iluminación fue el elemento olvidado. Una lámpara cualquiera, un foco improvisado o la tenue luz del monitor bastaban para cumplir con lo básico, aunque los ojos lo pagaran en silencio. En mi caso, tengo una tira LED detrás del monitor, y nunca había probado una barra de luz. Con BenQ ScreenBar Halo 2, me he dado cuenta que la luz también puede ser una herramienta de bienestar. Pero la luz bien entendida.
Nada más sacarla de la caja entendí que no era una lámpara cualquiera. La presentación es meticulosa, con el mismo cuidado casi ceremonial que otras marcas reservan a productos que se disfrutan incluso antes de encenderlos. La barra, sólida y metálica, transmite la sensación de estar ante un objeto de ingeniería más que de decoración. No hay cables sobrantes ni piezas complicadas: basta apoyarla sobre el monitor y dejar que el clip de contrapeso haga su magia. No hay adhesivos, no hay destornilladores. En segundos, la luz está lista.
Y entonces llega uno de los primeros detalles que cambia la experiencia: el control inalámbrico. Un pequeño disco metálico con un aro táctil que gira con la suavidad de un dial de audio analógico. No es un accesorio, es el corazón del sistema. Desde él puedes ajustar la intensidad, la temperatura de color o activar el modo automático que regula el brillo según la luz ambiente. Su peso justo, su tacto, el sonido imperceptible del giro que a veces me ha recordado a la click-wheel del iPod: todo invita a usarlo. Pero además, es muy útil.
Un diseño pensado para desaparecer

Lo curioso de la ScreenBar Halo 2 es que, una vez instalada, desaparece. No visualmente – porque su acabado metálico y su forma limpia le dan cierto aire de pieza futurista – sino en el sentido más importante: deja de ser un objeto para convertirse en parte del entorno. Está ahí, cumpliendo su función sin robar protagonismo.
BenQ ha vuelto a apostar por su sistema de iluminación asimétrica, que proyecta la luz hacia el escritorio sin reflejarla sobre la pantalla. Si pasas horas frente al monitor, esta ausencia de reflejos se traduce en un alivio físico. El brillo se distribuye de manera uniforme, cubriendo la superficie del teclado y los documentos sin generar sombras molestas. Según las especificaciones, ofrece hasta 1000 lux en el punto más cercano, con una cobertura óptima de unos 85 x 50 cm a unos 500 lux, lo justo para un escritorio profesional o de oficina.

Otro de sus pequeños milagros es la luz trasera, una luz en forma de “U” que baña la pared detrás del monitor. No es simplemente estética: reduce el contraste entre la pantalla brillante y el entorno oscuro, disminuyendo la fatiga visual y aportando una sensación de profundidad. Es como si el monitor flotara sobre un fondo suave, casi cinematográfico. En mis noches de trabajo, esa luz posterior convirtió un rincón funcional en un espacio acogedor.

La rueda de configuración es una herramienta cómoda para configurar la luz sin necesidad de mover demasiado la mano de nuestro escritorio
La compatibilidad también es generosa: monitores planos o curvos de entre 0,43 y 6 cm de grosor, incluso ultrapanorámicos. En mi caso, la utilicé con una pantalla de 27 pulgadas, y se adaptó sin problema alguno. La comodidad de conectarla a un puerto USB-C de la propia pantalla permite además liberar nuestra mesa de cables y enchufes.
La experiencia de usarla cada día

Después de unas semanas con la ScreenBar Halo 2, me di cuenta de algo que suele pasar con los buenos productos: no piensas en ellos. Cuando me siento frente al ordenador por la mañana, el mando ajusta la luz automáticamente según la claridad que entra por la ventana. Por la noche, basta un toque para pasar a una luz cálida que convierte el escritorio en un refugio silencioso. La posibilidad de ajustar la temperatura entre 2700K y 6500K permite acompañar el ritmo del día: blanco frío para concentrarse, ámbar suave para relajarse.

La Halo 2 tiene un sensor de presencia que nos permite adaptar la última configuración cuando nos detecta delante
El modo automático merece una mención aparte. A diferencia de otras lámparas que simplemente miden el brillo ambiente, la Halo 2 ajusta la intensidad según cómo incide la luz sobre la superficie del escritorio. Esa inteligencia lumínica evita el efecto “foco” y mantiene una iluminación estable que reduce el cansancio ocular, sin que tengas que hacer nada. Tras jornadas de trabajo o edición fotográfica, la diferencia se nota, sobre todo en los ojos y en la postura. Por ejemplo, ya no me acerco tanto a la pantalla ni entrecierro los ojos para distinguir detalles.

La configuración se muestra en la pantalla para poder adaptarla de forma cómoda. No necesitamos apps ni software externo.
El mando inalámbrico tiene además un pequeño detalle que se vuelve imprescindible: guarda la última configuración y detecta cuando estás delante para volver a encenderla. Si dejas la luz en un tono cálido y al 60% de brillo, al volver encenderla, todo sigue igual. Sin apps, sin cables, sin menús ocultos. Es una simplicidad muy Apple, por decirlo de algún modo. Y eso, en una era de dispositivos cada vez más ruidosos, se agradece.
Calidad, detalles y una mejora sustancial

El acabado de la Halo 2 es excelente. El aluminio cepillado disipa bien el calor, y el sistema de anclaje transmite confianza, incluso en monitores caros o curvos. No hay holgura ni vibraciones, y el cable USB se conecta con discreción, alimentándose directamente desde el ordenador o un adaptador estándar. BenQ incluye incluso una fuente de alimentación propia, algo poco común en estos accesorios, pero que demuestra la intención de ofrecer una experiencia completa.
Durante las pruebas, me llamó la atención el cuidado en los pequeños gestos de uso. El giro del dial tiene una resistencia sutil, los botones táctiles responden con precisión sin necesidad de mirarlos, y la base del mando evita que se deslice incluso en mesas de cristal. Son detalles que delatan un diseño muy pensado para que incluso la experiencia de usarlo sea cómoda. Y aunque parezca una exageración, esa es una diferencia importante cuando se trata de algo que usas todos los días.
Quizás lo más sorprendente es lo silenciosa que es su presencia. No hay zumbidos eléctricos, ni parpadeos, ni latencias en el mando. En un mundo lleno de notificaciones y luces innecesarias, esta barra logra algo casi poético: iluminar sin interrumpir. Y eso, de alguna forma, conecta con la filosofía que siempre me ha fascinado de Apple: la tecnología como herramienta invisible que amplifica la experiencia, pero no nos distrae de ella.
¿Vale lo que cuesta?

La BenQ ScreenBar Halo 2 no es barata. Su precio ronda los 180€, y a primera vista puede parecer una inversión excesiva para una “simple luz de escritorio”. Pero después de convivir con ella, esa percepción cambia por completo. No es solo una lámpara: es una mejora tangible en la forma en la que trabajas, lees o estudias frente al ordenador. Es un producto que se nota menos en el brillo que emite y más en el cansancio que evita.
Comparada con las versiones anteriores o con modelos más económicos, la diferencia está en los matices. La uniformidad de la iluminación, la estabilidad del clip, el diseño del mando, el rango de color o la sensación de uso sin fricción. Todo está un paso por encima. En mi opinión, hacer una inversión de este tipo en un producto que vas a usar todos los días, durante varias horas, es una muy buena idea.

No todo es perfecto: si tenemos una webcam integrada en nuestro monitor, el sistema de sujeción no lo tapará, porque apenas recoge el marco superior. Pero si usamos webcam externa, se incluye un accesorio en forma de L para pegar en una zona plana arriba de la barra, con la que apoyar la cámara en ella. Esto funciona sin problemas, pero en mi opinión acaba posicionando la webcam quizás en un ángulo algo alto para lo que solemos estar acostumbrados.
Quizás su mayor mérito sea recordarnos que el confort visual también es parte del rendimiento. Pasamos horas frente a pantallas, a veces sin darnos cuenta de que los ojos también se fatigan. Esta barra no promete productividad, pero la potencia, simplemente porque hace que estés más cómodo. Y en un día de trabajo de diez horas, esa diferencia importa: lo noté al escribir los análisis de todos los productos de Apple Presentados en el Apple Event de Septiembre, donde prácticamente no me levantaba del escritorio.
Una luz que mejora más de lo que ilumina

Las buenas zonas de iluminación, calidad de construcción, versatilidad de configuración y facilidad de uso mejoran el día a día a quienes pasamos muchas horas deltante de la pantalla.
Cuando llevas varios días usándola, la ScreenBar Halo 2 se convierte en una presencia natural en mi escritorio y es probablemente la mejora más importante que he tenido en mi escritorio. Es una de esas tecnologías que no quieren impresionar, sino acompañarte. Me recuerda a aquel momento en que los AirPods dejaron de ser una rareza para convertirse en parte del paisaje: no porque fueran llamativos, sino porque solucionaban un problema cotidiano con elegancia.
La tecnología también debería ser una forma de bienestar. Y durante muchos años, quizás nos hayamos castigados sin darnos cuenta usando luces en nuestra zona de trabajo o ocio que no acompañan nuestro ritmo o nos cansan más que nos ayudan. Productos como esta Halo 2 buscan no sólo reducir esa fricción invisible, también que seas consciente de la mejora.
La BenQ ScreenBar Halo 2 no solo ilumina el escritorio: también lo hace con la forma en que trabajamos, descansamos y habitamos ese rincón del mundo que, al fin y al cabo, es donde pasamos buena parte de nuestras vidas. Si nunca habíais considerado una iluminación de este tipo, quizás sea el mejor momento de hacerlo: os arrepentiréis (como yo) de no haberlo hecho antes.
En Applesfera | El mejor accesorio para el Mac no es ningún dispositivo: hay uno imprescindible que solemos pasar por alto siempre
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La noticia
Si quieres mejorar tu productividad con el Mac, empieza por este accesorio. No tiene nada que ver con Apple
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Pedro Aznar
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