Publicado: mayo 31, 2025, 2:00 pm
Hace un año y medio, Ferran (nombre ficticio), empleado en una empresa de reciclaje de Tarragona, fue víctima de una explosión en su lugar de trabajo. «Se me quemó el 80% del cuerpo», relata. Las secuelas físicas y psicológicas han sido y aún son tales que accede a hablar con EL PERIÓDICO bajo anonimato. Ferran sigue vivo gracias a un trasplante de piel que le han realizado.