Publicado: abril 23, 2025, 9:32 am
El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell permaneció durante 645 días en la cárcel tras ser acusado de fraude fiscal. Después, la Audiencia lo absolvió y salió de prisión en 2019. Años después, el exmandatario culé ha compartido en Mis días en la cárcel cómo fue su experiencia en Soto del Real, donde presenció varios actos violentos.
«Hay un poquito de violencia de vez en cuando y sobre todo guantazos. Porque uno se saltaba la cola del teléfono, otro la del café… Guantazos vi muchos. Alguno porque le ha dado un poquito de droga al otro y no le ha pagado lo que le tenía que dar y entonces guantazo… Alguna vez un poquito más», afirmó.
«Una vez tuvimos el caso de uno que le intentó cortar el cuello a otro«, aseguró Rosell a Álvaro Rojo Quintana y Juan Manuel Medina, presentadores del programa de Mediaset.
A Rosell, aunque asegura que «en el fondo se entiende», le sorprendió «el trato que entre los mismos internos había si uno de los otros era violador o pederasta. Ahí sí ves una relación muy distante».
Además, el exmandatario blaugrana habló sobre lo que para él es lo peor de estar en la cárcel: «Se hacían más largos los días y lo peor son los sábados y los domingos porque esos días no pasa nada. De lunes a viernes pasan cosas. Viene tu abogado, a lo mejor han hecho unas diligencias, en mi caso no hicieron ninguna, un escándalo…»
Durante esos dos años, Rosell sí que sacó algo bueno. «Una cosa impresionante que me pasó en la cárcel es que mejoré la vista. Yo soy miope y mejoré porque durante dos años no fuerzas la vista, no hay horizonte, enseguida encuentras un muro», desveló.
Y para hacer más amena su estancia recurría a otro culé: «Lo único bueno que había era la misa del padre Paulino, que como buen sacerdote es culé y nos poníamos ahí con los merengues»,