Publicado: marzo 26, 2025, 3:08 am
Pedro Sánchez explica hoy en el Congreso la estrategia de rearme propuesta por la Comisión para paliar el alejamiento de EEUU de la defensa común y mantener en pie la ayuda a Ucrania. Poco se espera de la intervención del presidente más allá de, como anticipan en La Moncloa, hacer un esfuerzo «de pedagogía» insistiendo en la necesidad de defender los valores europeos, plantar cara a tentaciones imperialistas y, sobre todo, incrementar el gasto destinado a «seguridad» que, recalcará, no tiene por qué implicar recortes en el Estado del bienestar.
Todo ello mientras el Gobierno asume ya que no presentará el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) a no ser que tenga asegurados previamente los apoyos parlamentarios para su aprobación. «Si no, podemos hacer perder el tiempo al Congreso y, por tanto, a los ciudadanos», justificó ayer la portavoz, Pilar Alegría, tras el Consejo de Ministros.
Pese a la labor didáctica que va a desplegar en el hemiciclo, Sánchez chocará con un muro, el que levantan su propio socio de coalición, Sumar, y la mayoría de los aliados de izquierda del bloque de investidura. El rechazo de quienes hasta ahora han sido sus compañeros de viaje se convierte en oposición frontal a un aumento del gasto en Defensa que consideran aliento para el belicismo y tijeretazo para las políticas sociales, más aún cuando el presidente se muestra dispuesto incluso a sustraer al Parlamento su facultad de decidir sobre órdenes de gasto troceadas.
Orillar al Congreso frente a un aumento sustancial del presupuesto para rearme y la intención de sortear por segundo año consecutivo la elaboración de los PGE son dos decisiones que se solapan y logran unir a los muy diferentes en un frente de rechazo. Dentro del propio Gobierno, las discrepancias son radicales. El socio minoritario, Sumar, ya las ha expresado en público y ni siquiera un hipotético intento de mediación de Yolanda Díaz con las formaciones que integran su plataforma serviría para dulcificar la oposición de partidos como En Común, Compromís, IU o Chunta en su negativa a elevar el gasto militar. La voz de estas formaciones se une a la de fuerzas como el BNG, EH Bildu o ERC opuestas no sólo a lo que entienden como una política belicista sino, en algunos casos, reivindicativas de una salida de España de la Alianza Atlántica.
La situación para Sánchez es difícil. Su salvavidas para cumplir con los compromisos que reclaman la UE y la OTAN pasa por apoyarse en el PP. La primera fuerza de la oposición respalda la necesidad de elevar el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB, e incluso empezar a poner la meta en el 3% que previsiblemente adoptará la Alianza en la Cumbre de La Haya del mes de junio. Sin embargo, el PP exigirá hoy que cualquier partida destinada a este objetivo sea votada por el Congreso. La mayor parte de los grupos están de acuerdo con esta demanda, más aún reclaman que el incremento forme parte de unos Presupuestos que, de momento, ni están ni se les espera.
En cualquier caso, en La Moncloa aseguran que Sánchez tendrá «la mano tendida» al PP y recuerdan que así lo hizo en la reunión «cordial y en muchos términos de entendimiento» que mantuvo con Feijóo hace dos semanas. Aun así, son conscientes de las dificultades que plantea la comparecencia del presidente, en la que tratará de explicar «qué se juega Europa» y por qué es necesario el incremento del gasto en Defensa.
Añaden también que no está previsto que haga ningún anuncio concreto -cifras o calendario- más allá de insistir en su compromiso de que dicha partida alcance «lo antes posible» el 2% del PIB. Y justificará la falta de concreción argumentando que aún no se ha avanzado en los detalles del plan de seguridad en el ámbito de la UE. Probablemente también haga referencia a la subida salarial para los militares, acordada ayer por el Consejo de Ministros y que implica una partida de 400 millones de euros a sumar como aumento del presupuesto en Defensa.
En el equipo del presidente -que ayer despejó su agenda pública para preparar su discurso- asumen que el debate será duro y esperan que las críticas lleguen incluso de su socio de coalición. No obstante, señalan que Sumar es «un partido serio», que ambos entienden la «trascendencia» de este momento» y que coinciden en que la «línea roja» es que el aumento del gasto no se haga a costa de recortar el gasto social. También confían en que «más allá de cómo lo expresen, se visualice que la mayoría de los grupos está en contra de la guerra en Ucrania y dentro de la estrategia europea».
Feijóo ha olido sangre. El presidente del PP apretará hoy a Sánchez. Le preguntará «en calidad de qué comparece en el Congreso de los Diputados», tras la «precariedad evidenciada en las últimas jornadas en torno a las políticas de defensa, seguridad y soberanía», por la falta de apoyos entre sus socios. Según fuentes de Génova, Feijóo pedirá a Sánchez que explique «cómo va a comprometerse ante la OTAN si parte de su Gobierno quiere abandonarla».
También le solicitará que especifique si ha renunciado a aprobar los Presupuestos, «cuando debería ser el primer punto de su plan de defensa», y que convoque «a la mayor brevedad» el debate del estado de la nación. Y le pedirá datos sobre el aumento del gasto -«¿el 2%, el 3%, el 3,5% del PIB?»- y le recalcará que debe someterse a la «autorización de la Cámara» antes de cualquier decisión.
