Publicado: noviembre 29, 2025, 11:07 am
Casi 48 horas han transcurrido desde que Pedro Sánchez viera entrar en prisión a un segundo secretario de Organización de su partido. Si bien varios ministros y dirigentes socialistas se han pronunciado en las últimas horas sobre este asunto, trasladando su «dolor» por la imagen ofrecida y acusando a José Luis Ábalos de «mentir» por sus declaraciones previas al ingreso en prisión, el presidente del Gobierno aún no se ha referido a este asunto. Tampoco lo ha hecho este sábado, en la intervención que ha protagonizado durante el Consejo de la Internacional Socialista en Malta.
«Las costuras del Estado se están tensando mucho», dijo ayer el presidente del PNV, Aitor Esteban, refiriéndose a la entrada en prisión de Ábalos, pero también a la situación que atraviesa Santos Cerdán, la Fiscalía y la «inestable» mayoría parlamentaria que sujeta la legislatura. Pero Sánchez ha trasladado este sábado un parecer casi contrario: «Donde los progresistas gobiernan, las personas viven mejor, las sociedades son más estables y las democracias son más fuertes», ha defendido desde Malta.
Así, en una intervención en inglés, el jefe del Ejecutivo ha defendido su modelo de gobierno y, recurriendo a la metáfora, ha cargado contra el opuesto, el de la derecha: «Ayer fue Black Friday. Bueno, para los conservadores, Black Friday no es solo un día. Es un método político, un estado de mente permanente», ha criticado. Y, así, Sánchez se ha extendido en este razonamiento: «Viven en un Black Friday constante. Liquidan los principios, descuentan las convicciones y ponen la democracia a la venta».
El presidente del Gobierno ha acusado a la derecha de imponer un «40%» de descuento en los servicios públicos, de poner «en rebaja» los derechos de las mujeres, de «reducir drásticamente» el progreso social y de disminuir las «libertades que llevó generaciones obtener». «La extrema derecha ni siquiera necesita gobernar. Puede sentarse y ver cómo el conservadurismo vende su propia alma pieza a pieza», ha ahondado.
Por esta vía ha proseguido Sánchez en su crítica al lado opuesto del abanico, acusando a la derecha tradicional de haber «abandonado sus valores para no ceder votos a la extrema derecha». Sin referirse explícitamente al panorama español, el presidente del Gobierno se ha extendido en los reproches que, en el marco nacional, apuntan directamente al PP: «Creían que podían controlar a la extrema derecha y la metieron en los gobiernos y la normalizaron», ha censurado, acusando a los conservadores de «copiar no solo las ideas» de la extrema derecha, «sino también sus tácticas». «Ahora», cree Sánchez, la derecha tradicional «va a terminar perdiendo valores, y votos».
En su intervención en el Consejo de la Internacional Socialista, que ha presidido este sábado, el jefe del Ejecutivo español ha apuntado a cuatro desafíos en los que, a su juicio, «no podemos permitirnos dar ni un paso atrás»: el cambio climático, la desigualdad económica, el feminismo y la paz. En este último punto, Sánchez ha llamado a responder mediante el «diálogo» y la «diplomacia» a los conflictos abiertos, ha instado a acordar una «paz justa» para Ucrania y ha vuelto a reclamar que la solución de los dos Estados se aplique para resolver la situación en Palestina.
