Publicado: septiembre 9, 2025, 1:07 am
Dicen los expertos que no es lo mismo sentirse solo que estar solo. Y que en esa distinción, sería peor lo primero, porque lo segundo puede ser una elección personal. Pedro Sánchez ha iniciado el curso político con el propósito de intentar hacer ver que ni está solo ni se siente solo políticamente hablando. En un momento clave de la legislatura, el presidente del Gobierno ha emprendido una suerte de despliegue de medidas y decisiones para contentar y aglutinar a sus socios de gobernabilidad, una mayoría con sensibilidades tanto de izquierdas como de posiciones más conservadoras. Recomponer el bloque que lo sustenta y transitar su propósito de mantener vivo su mandato.
Si la semana pasada hubo gestos hacia los independentistas catalanes, en especial Junts -reunión Illa–Puigdemont, aprobación en Consejo de Ministros de la condonación de la deuda, suspensión del Pleno del Congreso el día 11 por ser la Diada-, este lunes Sánchez logró foco mediático y quiso transmitir liderazgo anunciando nueve medidas contra el «genocidio» en Gaza, entre ellas la de «consolidar» por ley el embargo de armas a Israel; puertos españoles cerrados a barcos con combustible militar para este país; cierre del espacio aéreo a aviones con material de defensa o la prohibición de entrada en España a responsables de genocidio y crímenes de guerra, entre otras medidas.
Desde las formaciones de izquierda, incluidas Sumar y Podemos, con los que Sánchez ha gobernado, exigían más contundencia y dureza con Israel. Los morados, incluso, situándolo como línea roja para la negociación de los Presupuestos. Los magenta exigiendo desde hace una semana romper relaciones. Sánchez dio un paso más allá, no sólo en el lenguaje, hablando de «exterminio» por primera vez -ya había empleado el término «genocidio» anteriormente, por ejemplo en su comparecencia del 9 de julio en el Congreso-, sino en la puesta en escena y el relato de las medidas, aunque no todas serán factibles o fáciles de acometer. EEUU, sin ir más lejos, si quiere podrá enviar material a Israel haciendo uso de sus bases en España.
Pero en un contexto donde nuestro país está desenfocado en la guerra de Ucrania, donde el liderazgo corresponde a otros países, Sánchez apuesta por capitanear la causa palestina, una bandera que ha enarbolado desde el principio y que le supone reconocimiento y prestigio internacional. Pero, al tiempo, accede a una de las exigencias de sus socios de izquierda en un momento en el que arranca la negociación para tratar de aprobar los Presupuestos para 2026 -La Moncloa no ha logrado aprobar unas Cuentas Públicas en esta legislatura-. Y el PSOE necesita del voto de todos sus socios para lograr este objetivo. Y ante la debilidad parlamentaria de La Moncloa, éstos quieren hacer valer sus exigencias en materias que nada tienen que ver con los números.
Activistas en la etapa de la Vuelta por Vegadeo.EUROPA PRESS
Sánchez no rompió relaciones con Israel, aunque finalmente el Gobierno llamó ayer a consultas a la embajadora de España en Tel Aviv, ante «las calumniosas acusaciones» hacia nuestro país y «las inaceptables medidas contra dos miembros» del Ejecutivo de nuestro país. Y es que tras la comparecencia sin preguntas que el presidente del Gobierno protagonizó en las escalinatas de La Moncloa -el escenario de los anuncios solemnes, donde hizo oficial en mayo de 2024 el reconocimiento del estado de Palestina-, el ejecutivo israelí cargó contra el «corrupto gobierno de Sánchez», aludió a «los crímenes de España contra el pueblo judío» y prohibió la entrada a la vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Sira Rego.
En el Ejecutivo defienden el hecho de no que se rompan relaciones comerciales y diplomáticas con Israel argumentando que es una medida que sólo se hace en ocasiones excepcionales -el único precedente es con Guatemala en 1980 tras un asalto a la embajada española- y que ni siquiera en el caso de Rusia se ha tomado la decisión de retirar al embajador.
El sentir general de los socios de Sánchez en esta nueva escalada en el choque diplomático con Israel fue de congratulación por las medidas, aunque criticaron que fueran insuficientes y tardías. Eso sí, no las desecharon ni despreciaron. Podemos, uno de los partidos más beligerantes en este asunto, acusó a Sánchez de mentir por instaurar ahora el embargo de armas y decir que no se habían vendido a este país desde octubre de 2023, pero avisó de que estará «vigilante» para que las medidas se concreten y no se queden en un mero «titular». Los morados, que exigían romper relaciones con «el Estado terrorista y genocida» de Israel ya anticiparon hace unos días que veían sus condiciones como «asumibles». Sólo unos días después, Sánchez dio un nuevo paso.
Para Bildu, aunque «lleguen tarde» son medidas «esperadas y ampliamente respaldadas» por la sociedad aunque se mostraron partidarios de dar más pasos. En la misma línea, desde ERC, su portavoz, Gabriel Rufián, valoró que lo anunciado «está bien pero llega tarde», y en el PNV estimaron que las medidas anunciadas «parecen ir en la buena dirección» aunque las analizarán para ver si son mejorables. Hasta Junts, que evitó criticar las medidas, habló también de «genocidio» en Gaza. Por tanto, una suerte de voto de confianza de sus socios, sabiendo que tienen la espada de Damocles en sus manos.
No obstante, Sánchez dejó otra miguita en el camino a los partidos que lo sustentan. En la inauguración ayer del acto con motivo del Día de las personas cooperantes no descartó tomar más medidas: «Vamos a hacer lo que esté en nuestras manos para el genocidio en Palestina y haremos aún más si hace falta. Es imperativo moral, una obligación legal».
El jefe del Ejecutivo capitalizó este anuncio, este choque diplomático con Israel, después de un fin de semana de negociación entre los partidos de la coalición. Fuentes gubernamentales señalan que no hubo diálogo directo entre Sánchez y Díaz, sino una interlocución a otros niveles, a nivel de socios, «la que hay con normalidad». Pero fue Díaz la que el fin de semana anticipó que el Gobierno trabaja en este paquete contra Israel. «Yolanda se quiere apuntar un tanto. Legítimo, pero innecesario», exponen fuentes socialistas.
«Prefiero la soledad de la humanidad que la compañía de la sinrazón y la barbarie», reflexionó Sánchez ayer.