Publicado: abril 13, 2025, 1:07 am
Suele ser un deje muy de madre. Tener una buena vajilla que sacar sólo en ocasiones especiales. «Esa no hijo, que es la buena, la otra, la de diario». El viernes en la Casa de Huéspedes Nacional Diaoyutai, donde Pedro Sánchez se reunió con Xi Jinping y hubo un posterior almuerzo entre las delegaciones, de nueve platos, en el que pusieron la vajilla buena, la amarilla, la que impresionó a la delegación española por su estética imperial. Es un detalle, pero que muestra la buena sintonía entre Pekín y Madrid. En los últimos tres años el equipo del presidente del Gobierno percibe que se ha asentado una relación de «confianza, complicidad y simpatía».
El presidente chino por primera vez saludó a todos los miembros de la comitiva española. No lo hizo en ocasiones anteriores. Se preveía una duración de dos horas y la cita se alargó hasta las tres. Y como postre se espera que en los próximos meses puedan concretarse inversiones millonarias de empresas chinas en España. La guinda con la que el Ejecutivo español espera acallar las críticas o dudas por su hoja de ruta de convertir a China en un socio preferente.
Para Xi, Sánchez se ha convertido en un interlocutor privilegiado en la UE. El jefe del Ejecutivo lo sabe y quiere jugar la baza de que España desempeñe un papel de constructor de alianzas más equilibradas entre Europa y China. En septiembre de 2024, cuando terminó su segunda visita oficial, Sánchez ya trasladó a su equipo que había que volver en 2025, que había oportunidades y viento a favor. Ahora, fuentes del Gobierno no descartan más viajes. Y el de esta semana, pese al difícil contexto geopolítico, en plena escalada comercial entre EEUU y China, y con la Administración Trump lanzando ataques a España por su cercanía al gigante asiático y con el PP poniendo en cuestión la visita, nunca estuvo en duda, algo que el Gobierno chino agradeció.
Ante las críticas de los populares de que había que haber suspendido el viaje, fuentes de Moncloa señalan que es ahora cuando se precisa «mirada larga de cuáles son las respuestas que tenemos que dar a desafíos extraordinarios». En el complejo presidencial señalan que no es tanto haber mantenido el viaje a pesar del complicado momento, sino que «el presidente ha sabido leer la relevancia de mantener este viaje bilateral, precisamente porque la complejidad de la situación geopolítica necesitaba de manos tendidas y de diálogo».
Fuentes del Gobierno explican que Sánchez ha tenido claro desde hace años la necesidad de intensificar y ahondar las relaciones con Asia, donde no sólo mira a China, sino también a países como Vietnam, para diversificar mercado y minimizar la dependencia de EEUU. Insisten en su equipo que no se trata de sustituir Washington por Pekín, pero sí más Pekín. «En un momento en el que se está transformando el orden mundial, es oportuno hablar con China, India, Brasil o Sudáfrica para volver a elevar el proyecto europeo», reflexionan fuentes gubernamentales.
Pedro Sánchez conversa con Xi Jinping.AP
«Si alguien piensa que puede estar en el tablero global actual sin hablar con China, es como si dices q quieres estar sin hablar con EEUU». Las fuentes diplomáticas consultadas no temen que haya represalias por parte de la Administración Trump hacia nuestro país por este viaje y por la buena sintonía con China. Circunscriben el ataque del secretario del Tesoro a una conversación informal en una cena. Ni en la conversación telefónica que recientemente mantuvieron el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ni en la reunión de trabajo de la OTAN celebrada en Bruselas, los representantes de EEUU transmitieron nada sobre el viaje, según fuentes diplomáticas.
Europa y su relación con China
Sobre las dudas que puede generar en Europa abrirse en canal a un país como China, en La Moncloa recuerdan que la UE y el país asiático celebrarán una cumbre bilateral en julio, lo que implicará que la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, y el presidente del Consejo, Antonio Costa, se desplacen para reunirse con Xi Jinping. En el Gobierno analizan que Europa planea responder a la actual coyuntura internacional rediseñando su relación con China y ampliando sus vínculos comerciales con el resto del mundo. «Y España ha decidido no ser un mero observador de ese proceso, sino un actor relevante y protagonista».
Sánchez y su equipo se marcharon satisfechos de Pekín. La sensación que imperaba en la delegación es que visitas como estas hacen que la política exterior «tenga identidad propia y eso es un valor en el mundo». Y resaltan que España, «en un momento de guerra arancelaria», sea «capaz de hablar con todos con una visión multilateral».
Con todo, el gran argumento que maneja Sánchez para defender su conexión china y su pretensión de convertirse en un socio preferente, un interlocutor privilegiado, son las inversiones que se esperan puedan anunciarse próximamente de empresas chinas en España. A primera hora del viernes en Pekín, Sánchez se reunió con una docena de grandes compañías chinas (Chery automobile, Tianqi Lithium, Hygreen, China Three Gorges, Catl, Hithium, China Energy Engineering Corporation, Trina Solar, Leapmotor, Sermatech, Saic, GCL y Envision) que están presentes en España o están considerando invertir en él en los ámbitos de automoción, baterías y energías renovables. Además, celebró encuentros bilaterales con los presidentes de Chery y Leapmotor y con el CEO de Envision.
Inversiones chinas en España
Fuentes del Gobierno exponen que en próximas fechas habrá noticias de inversiones de algunas de estas compañías en España, lo que consideran que, además de avalar su hoja de ruta y estrategia de sintonizar con China, «deja descolocado al PP» porque esas inversiones irán para comunidades presididas por los populares. Inversión y empleos, señalan. Por ejemplo, España es favorita para acoger una inversión de 180 millones de Stellantis y Leapmotor en un proyecto del que se encargaría la planta de Zaragoza de Stellantis para fabricar el B10, un todocamino eléctrico.
En 2022, el Gobierno firmó un protocolo con Envision para impulsar cuatro proyectos con una inversión de 3.800 millones. En 2024, Sánchez presentó un compromiso con Envision Energy de invertir 1.000 millones de dólares, junto con otros socios empresariales, para el desarrollo de una planta de producción de electrolizadores en España. Esta planta generaría más de 1.000 empleos.
Chery y Ebro impulsan en Barcelona la producción de vehículos. La instalación de la multinacional supone en su conjunto una inversión de 532 millones de euros y la creación de más de 1.000 puestos de trabajo directos.
«El presidente ha mostrado determinación en un momento en el que lo más inteligente, para España y para Europa, es expandir horizontes y redoblar esfuerzos, ya sea para para preservar la paz como para avanzar hacia una apertura que es positiva para todos», concluyen fuentes de La Moncloa.