Publicado: noviembre 19, 2025, 9:07 pm

Con la sintonía de fondo de ‘100 mariposas’, una de las canciones estrella del grupo de moda extremeño, ‘Sanguijuelas del Guadiana’, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha intervenido por primera vez en la precampaña de las elecciones autonómicas en Extremadura (a la que le quedan 32 días). Lo ha hecho en Mérida, donde tuvo que suspender hace dos semanas un acto debido a un temporal meteorológico y en plena tormenta por el vídeo que publicó EL MUNDO donde cargos internos del PSOE de Extremadura criticaban la elección de Miguel Ángel Gallardo como candidato por su procesamiento en el caso del hermano del presidente del Gobierno y su presunta colocación ilegal en la Diputación de Badajoz.
Aunque precisamente Gallardo no ha eludido el caso durante su intervención previa a la del secretario general de los socialistas, llegando a decir que David ‘Azagra’ -que será juzgado como él por prevaricación y tráfico de influencias en febrero- se tuvo que marchar de su cargo en la institución pacense «por la presión de la ultraderecha», en cambio Pedro Sánchez no ha mencionado en ningún momento el tema, tampoco el de rosario de casos que cercan al PSOE, como por ejemplo, hoy mismo con la petición de la Fiscalía de 24 años de cárcel para el que fuera su Secretario de Organización, José Luis Ábalos. Silencio absoluto. Ni una sola mención ni a éste ni a otros casos, a pesar, de que el propio Gallardo propició con su discurso anterior que tuviera la oportunidad de ofrecer su versión de los hechos, y más en una precampaña electoral como la de Extremadura, la primera que se prevé en los próximos meses. El candidato socialista llegó a hablar incluso de que lo distingue al PSOE es «la honradez» y le espetó a Pedro Sánchez a continuación: «Estamos orgullosos de tu gobierno y de tenerte a ti como presidente».
Por el contrario, Sánchez se aferró a los datos macroeconómicos de España en comparación con otros países europeos y los comparó con la gestión de Mariano Rajoy, su predecesor en Moncloa.
Sin embargo, no mencionó otro de los asuntos clave estrella de la actualidad, el de la continuidad de la central nuclear de Almaraz (Cáceres), que pende de un hilo, Pedro Sánchez tampoco se pronunció en ningún momento de su intervención. Ni una palabra, a pesar de que también el líder de los socialistas extremeños consideró que su cierre es «un bulo» del PP que, en su opinión, ya se ha desmontado al remitir el Gobierno al Consejo de Seguridad Nuclear la petición de prórroga solicita por las empresas.
Sánchez se dedicó a comparar las políticas del PSOE con las del PP y Vox: «La derecha lo que quiere es hacer negocio con los derechos de la gente», señaló el presidente del Gobierno, quien hizo balance de su gestión: «Subida del 61% del SMI en siete años; subida de las pensiones todos los años con respecto al IPC; aumento de los permisos de maternidad y paternidad», además de presumir de haber otorgado a las comunidades autónomas «300.000 millones de euros más en 7 años que los gobiernos de Rajoy» con respecto a la financiación autonómica, de ellos «7.300 millones más para Extremadura con el malvado Sánchez», se autodenominó irónicamente. Para él, cuando gobierna la derecha se realizan «recortes» de los servicios públicos y demuestran -puso como ejemplo la labor de los incendios de este verano- que son «malos o nulos gestores», además, apuntó, de regirse por la «mentira». Por el contrario, con él en Moncloa, existe «la estabilidad» desde «la capacidad de diálogo» para conseguir, por ejemplo, resultados como la situación política en Cataluña con Salvador Illa como presidente donde antes, con Rajoy, se produjo «la quiebra territorial» o la «paz social» con los agentes sociales para aprobar la reforma laboral. Con todo ello, presumió de las previsiones de crecimiento de España que sitúa Europa en un 2,9% por encima de todos los países importantes, aunque reconoció problemas en el apartado de la vivienda, pero como consecución de las políticas de las comunidades autónomas del PP.
DAVID SÁNCHEZ
Para Miguel Ángel Gallardo, la denuncia interpuesta contra él cuando presidía la Diputación de Badajoz («justamente un mes después de ser elegido secretario general y 7 años después de que David entrara a trabajar») se realizó «para desviarnos de nuestro camino» de recuperar el gobierno de la Junta de Extremadura porque «quien no te gana en las urnas intenta destruirte utilizando los juzgados». Y añadió: «Ahora que no nos escucha nadie, querido presidente, tengo que reconocer que la derecha ha fabricado una gran mentira que nos ha hecho daño».
En este sentido, señaló que la denuncia de «una organización instrumental de extrema derecha» (por Manos Limpias) que derivó en un proceso judicial le supuso un «daño muy importante». En este sentido, reconoció: «Lo he pasado mal, no por mí, por mi familia, por mis hijos y también por David, un gran profesional, que vino a desarrollar su talento y generar riqueza musical y que tuvo que marcharse por la presión de la ultraderecha», declaró.
El candidato del PSOE Extremadura defendió la «buena gestión» del Gobierno de Sánchez, con la subida del SMI o de las pensiones, que «es bueno para España y mejor para Extremadura» y hasta consideró que su presencia en Moncloa ha supuesto la mejor etapa para la región extremeña: «La derecha no quiere vernos juntos porque somos lo suficiente fuertes para que el cambio se produzca en Extremadura», señaló Gallardo, quien advirtió que esta región decidió «emanciparse» hace mucho tiempo de los «señoritos de Madrid» que «piensan que sigue siendo la tierra de «los santos inocentes», una identidad que cambiaron «Juan Carlos y Guillermo«, citando de nuevo a sus predecesores en la secretaría general del PSOE de Extremadura.
